Es uno de esos símiles del mundo de los videojuegos pero los juegos de rol que tenemos a nuestra disposición son casi tan vastos como los mundos que podemos recorrer dentro de ellos. Entre tanto título es fácil perderse pero, los más fans del género, reconocerán en The Bard’s Tale una saga longeva y que ha llegado a ser todo un referente dentro de los RPG.
b ha querido revitalizar la franquicia lanzando The Bard’s Tale IV Director’s Cut, un nuevo lanzamiento más actualizado y que nos ofrece toda la magia de esta franquicia de los 80 y un poco de los 90, con una perspectiva raramente vista hoy en día y con mucho que ofrecer.
Un inmenso mundo a explorar
Nuestra aventura comienza con un prólogo donde nos hablan de las anteriores entregas para entrar en materia en la actualidad, donde la ciudad de Skara Brae es la localización protagonista. Aquí nos encontramos con Melodía, nuestro personaje que inicialmente será un bardo pero que podremos cambiar a nuestro gusto tras encontrar al jefe del gremio de aventureros.
A partir de aquí tendremos más o menos libertad para explorar el gran mundo que inXile ha creado y que nos permite, entre otras cosas, explorar un gran número de ruinas, lugares plagados de trampas, tesoros y monstruos y que es uno de los principales atractivos del juego. Sin lugar a duda tenemos la esencia de los juegos de rol y es ir descubriendo lugares perdidos, objetos poderosos y derrotar monstruos, los cuales pueden acabar con nosotros en prácticamente cualquier momento del juego (esta sensación la tendremos durante las 40-50 horas que dura su campaña).
RPG en estado puro
Como venimos diciendo, la exploración es uno de los puntos más fuertes e interesantes de The Bard’s Tale IV Director’s Cut, pero para nada va a ser el único y es que hay mucho que tiene que ofrecer. Estamos ante un punto de vista que se utiliza muy poco hoy en día y es que antaño la primera persona era bastante más habitual en los juegos de rol, con títulos como Ravenloft que nos ofrecían una gran inmersión en los mundos de Dungeons & Dragons gracias al punto de vista de moda creado por los FPS de la época.
Aquí los combates se realizarán por turnos, teniendo un componente estratégico enorme gracias a la multitud de posibilidades que nos ofrecen nuestros personajes. Tendremos arquetipos bastante comunes a nuestra disposición como magos, guerreros, bardos o ladrón, así como varias razas entre las que escoger. Pero es que no solamente esto influirá en nuestros personajes, sino que dentro de ellos hay varias habilidades que harán que cada profesión pueda variar y que, por ejemplo, dos guerreros tengan un rol bastante distinto. A esto debemos añadirle la posición en el grupo y es que los que estén delante estarán más expuesto que los de atrás, pero también tendrán más facilidades de atacar que desde la retaguardia.
En nuestros turnos deberemos utilizar puntos de acción para poder llevar a cabo las habilidades, siempre dentro de un límite por lo que la estrategia será muy importante. Combates que pueden ser sumamente complicados, si sabemos exprimir nuestras posibilidades al máximo, se volverán mucho más sencillas.
Un detalle a tener en cuenta es el uso de pociones, algo muy común en los RPGs pero que aquí se complica bastante ya que serán objetos que deberemos equipar, impidiendo utilizar otra clase de items que nos pueden ser de tremenda ayuda. Así deberemos tener cuidado en la configuración y, en el caso de jugárnoslo todo a un solo personaje, rezar para que este no sea el primero en caer, porque entonces nos quedaremos sin pociones.
Mención especial para el bardo, esa extraña categoría que con sus canciones puede hacer que nuestros personajes ganen poder o que los enemigos se vean en problemas, pero que necesitará de un pequeño empuje para poder cantar: el alcohol. Así es, durante los combates deberemos hacer que nuestro barde empine el codo para mejorar su puntos de magia, pero con cuidado y es que si nos pasamos nos encontraremos con que nos quedaremos sin él durante unos turnos porque estará grogui.
Los puzles, como buen RPG que se precie, también van a ser parte del mundo de The Bard’s Tale IV, los cuales están presentes en gran parte de las mazmorras, algunos muy sencillos de resolver y otros no tanto. No os preocupéis ya que el juego incluye una guía que nos lo pondrá bastante fácil, pero a veces hay demasiados y rompe algo el ritmo.
Un juego algo modesto pero precioso de ver y escuchar
A pesar de que inXile Entertainment ha escogido el Unreal Engine 4 para el juego, en algunos momentos parece algo modesto en su uso, y es que se podría haber realizado una mejor implementación del motor. Sin embargo y gracias a un gran trabajo de arte, estamos ante un juego bastante bonito de ver y que se disfruta bastante durante todas las horas que tenemos a nuestra disposición.
Además hay que tener en cuenta que hay bastante variedad de escenarios y, sobre todo, de mazmorras así como de enemigos, cada uno con sus animaciones, por lo que hay mucho contenido que ver y que hacer.
El apartado sonoro es uno de los aspectos más trabajados en el apartado técnico, y es que la banda sonora es una maravilla, con temas celtas donde se utilizan muchos coros vocales e instrumentos propios de la época, todo ello con un nombre propio como es Julie Fowlis, a quien ya pudimos ver trabajar en Brave. El juego llega con voces en inglés pero con textos en castellano, con un trabajo más que aceptable en términos generales.
Conclusiones de The Bard’s Tale IV Director’s cut
InXile Entertainment nos trae una de las sagas del rol más interesantes que nos dejó la década de los 80, con una nueva entrega para PC, PS4 y Xbox One donde podremos disfrutar de un punto de vista que pocas veces se ven hoy en día. No todo es un trabajo redondo y es que hay varios aspectos como la inclusión demasiado grande de puzles y un apartado gráfico que podría haber sido mejor, pero que en términos generales nos deja un título muy disfrutable y bastante redondo en cuanto a experiencia para el jugador, todo con unas 40 o 50 horas ante nosotros, toda una inversión.