Como todos sabemos, el mundillo de los videojuegos alberga una cara emocionante y temas sobre los que siempre hablamos los amantes: gráficos, historias, lanzamientos, segundas partes… Sin embargo, existen otras personas que por mero aburrimiento o ganas de llamar la atención, exponen comentarios e ideologías que, muy a nuestro pesar, quedan exentas de tener algo que ver con nuestro mundillo.
No pocas han sido las declaraciones, y por qué no, las acusaciones que hemos recibido los amantes de los videojuegos por parte de personas de diversa índole, desde periodistas aburridos, a jefes de estado.
Sin más que decir por parte de este tema, toda la información gira en torno a lo mismo: los videojuegos y su contenido pervierten a las personas, las convierten en unos asesinos natos capaces de masacrar sin piedad a cualquier persona… Y, claro está, esto es intolerable. Hemos escuchado todo tipo de palabrerías sobre los videojuegos: desde cosas tan mediocres como que provocan agresividad o marginamiento, hasta cosas tan graves e inverosímiles como que provocan en los jugadores un aumento de sus ganas de matar, violar o incluso su incapacidad para sentir pena o decencia ante otras personas.
Este tipo de acusaciones, llamadas calumnias, no tiene ningún sentido y, lo que es peor, ningún estudio en condiciones demuestra tanta palabrería. Siempre han sido eso, palabrerías expulsadas por la boca de cualquier persona aburrida que sin ton ni son, decide hacer mella y daño utilizando el mundo de los videojuegos como plataforma para conseguir un estúpido éxito.
¿A qué viene todo esto? Es muy sencillo, todo viene provocado por nuevas declaraciones que nos ponen a todos de unos malditos obsesos sexuales, al menos así lo indica Carole Lieberman afirmando que:
«Cuantos más videojuegos con carga sexual juegue una persona, más posibilidades hay de que se insensibilice con los actos sexuales violentos y los cometa.»
«Lo irónico es que hay gente tratando de decir que los videojuegos no violentan a la gente, pero los que he leído son muy violentos. Están fuera de control…». «Cuando un videojuego combina elementos sexuales y violentos, particularmente en este medio donde no eres un espectador pasivo, puesto que estás pulsando botones, estás siendo psicológicamente involucrado en este acto. Esto simula el centro sexual de la mente y el centro de la violencia, simulando este efecto.»
Siempre que ocurre una desgracia en la que el asesino, violador, ladrón es un Hardcore Gamer, la culpa es de los videojuegos. Pues de nuevo volvemos a poner desde ELU las cosas claras a este tipo de personas dañinas y que llenan la red de falacias: hay una clara razón para que una persona que juegue a un videojuego se perturbe, y ésta es que YA ESTÉ PERTURBADA.
No señora, una persona que juega a videojuegos no es un posible asesino, ni un violador, ni un conductor temerario… un jugador es eso, un jugador, una persona idéntica a un melómano o a un cinéfilo, solo que a diferencia de ellos, seguimos siendo machacados por un periodismo sensacionalista y por varios personajillos que quieren ganarse un minuto de gloria a costa de nuestro hobby.