He de reconocer que el primer Dragon Age me hizo volver a interesarme por el rol occidental, que desde los tiempos de Baldur´s Gate tenía un poco apartado, principalmente porque, al igual que os pasará a muchos de vosotros, no tenía la fortuna de disponer de 40 horas para dedicar a un solo título. Tras pasar de puntillas por titanes de la talla de Oblivion y Fallout, finalmente, casi sin ser darme cuenta, caí atrapado por las redes de un juego que venía apadrinado por Bioware, una de esas compañías que convierten en oro todo lo que tocan. Efectivamente, esta vez tampoco habían errado el tiro; Dragon Age era casi perfecto. Un mundo nuevo (Thedas), una historia sólida y «creíble» creada desde la nada y un sistema de juego, que aunque fue tildado por muchos de anticuado, cumplía con creces como pasarela para retomar o iniciarse en este mundillo ORPG(rol occidental, vaya), y a través de él, comenzar historias más enrevesadas, como las de The Elder Scrolls. En definitiva amigos ELUers, La primera parte de esta saga, heredera simbólica de Baldur´s Gate, se ganó a pulso mi corazoncito gamer.
Pues bien, después del muy buen sabor de boca que me dejó la primera parte, me enfrento al reto de trasladaros mis opiniones de su secuela, que ha llegado con una idea muy clara en su planteamiento: Hacer llegar el género al mayor número de gente posible. Para ello, en el camino se han casualizado algunos detalles, aunque bien es cierto que otros muchos aspectos que renqueaban en el original han sido pulidos y mejorados. Coged vuestro mejor equipo y adentraos conmigo en el siempre fascinante mundo de Dragon Age II.
Comienza la aventura: El éxodo de Lothering
De entre todas las historias de sufrimiento y huída que los bardos cantaban tras la Ruina que azotó el reino de Ferelden, el Hacedor ha querido que nos pongamos en la piel del hermano mayor de la familia Hawke-Amell. Seremos testigos, a lo largo de más de diez años, de cómo fue forjada la épica historia del Campeón de Kirkwall, y para ello, uno de los más fieles amigos de Hawke, nuestro protagonista, «se ofrecerá» a detallarnos paso a paso como el joven emigrante, hijo de mago apóstata, se convirtió en el hombre más respetado y querido del reino. Una aventura de superación y lucha, que servirá para ahondar aun más en el extenso mundo que Thedas nos ofrece, y una oportunidad para seguir descubriendo los entresijos políticos, cortesanos y sociales de un mundo, que si ya en DAO se tornaba enrevesado, en DA2 da una vuelta de tuerca más a la maquinaria.
Ey Hawke… ¡Tu cara se mueve!
Básicamente, esa es la frase que todos los que jugaron a la primera parte del juego emitirán alegres y ojipláticos. Y es que el diseño de personajes, y sobre todo sus animaciones faciales, están a años luz de lo que pudimos ver en las aventuras del Guardia Gris. El modelado de los escenarios también ha sufrido una importante mejoría, aunque eso era más que fácil, aunque me sigue sorprendiendo el desdén de los grafistas en algunos aspectos tan básicos y tontos como la creación de un árbol. Es increíble que la fauna de una superproducción como esta sea tan cutre. De verdad, puede parecer un detalle nimio, pero afea, y mucho, el acabado final del producto, estéticamente hablando, por supuesto. Otro aspecto que llama la atención, para mal creo yo, es el hecho de que la cantidad de localizaciones sea bastante menor que en el Dragon Age original. Si, de acuerdo, la ciudad de Kirkwall es grande, bonita y extensa, pero una vez que pongamos los pies fuera de ella, los escenarios que nos quedan son pocos, pequeños y repetitivos. Las cuevas son anodinas, nada que ver con las majestuosas grutas donde acechaban los engendros tenebrosos, y las zonas costeras que rodean a la gran ciudad son…como diría yo, ¿patéticas? Si, ese adjetivo le va bastante bien. En definitiva, una de cal y otra de arena para el apartado artístico del juego.
Ey Hawke…¡Ahora también hablas!
Segunda novedad que nos encontramos en el elenco protagonista. Nuestro prota, a diferencia del héroe de la primera parte, es un excelente orador, capaz de tender lazos entre enemigos irreconciliables gracias a su enrevesada oratoria, y así ha quedado patente en el exquisito doblaje que disfrutaremos a lo largo de las 30-35 horas que pasaremos junto a Hawke. Hay, por ejemplo, un mercader que procede de tierras lejanas y al que le han otorgado un acento claramente hispano, con lo que se unen nuevas lenguas a la orlesiana (francés), la Qunari y la élfica. Un gran esfuerzo por parte del equipo de doblaje que tiene un claro beneficiario: El jugador que disfruta los diálogos como un enano.
A parte del doblaje, la música continua con el tono épico y medieval de la precuela, alzando el tono en las batallas y acompañando sin molestar durante los largos momentos de búsqueda y exploración de parajes. No tararearéis ninguno de sus temas, pero si escucháis por ahi algún corte de su BSO, lo reconoceréis al instante. Buen trabajo en este aspecto.
Cuando Dragon Age encontró a Mass Effect
La gente de Bioware no es tonta, y eso lo sabéis todos. Son más que conscientes de que el ORPG no es un plato de gusto para todo el mundo, y ya en la primera parte intentaron que origins fuera «console friendly», vamos, que quisieron acercar su nuevo mundo a XBOX360 y PS3 y vive el Hacedor que lo consiguieron. Pero estos chicos siempre quieren más, y ellos cuentan con un as vendeconsolas que no todas las compañías tienen la suerte de poseer: Mass Effect. A sabiendas de ello, Dragon Age 2 ha visto remozada toda su interfaz, «inspirándose» para ello en la ópera galáctica por excelencia. Gracias a ello encontramos unos diálogos frescos y elocuentes, que otorgan más calidad si cabe al gran guión elaborado en este juego, que abandona a los engendros tenebrosos y nos acerca a un mundo más social, donde las intrigas palaciegas, las relaciones entre razas y las tensiones políticas dan un vuelco al argumento épico y desesperado de la primera parte.
Otro de los aspectos que más controversia han levantado en el lanzamiento de este juego bebe también directamente de la fuente de Mass Effect, concretamente de su segunda parte. Estoy hablando, como muchos habréis adivinado, de las batallas. Muchos han sido los jugadores que han puesto el grito en el cielo y se han quejado de que les han cambiado su Dragon Age por un Action RPG, hasta he leído por ahí comparaciones con Dinasty Warriors…a ver amigos, sí pero no. Bien es cierto que ahora podemos machacar el botón de acción a nuestro gusto, y a veces hasta parece que hacemos combos, y digo parece porque no es un sistema trabajado como en Lord of Shadows, sino que simplemente podemos lanzar unos golpes tras otros, podría haber dado mucho más de sí, la verdad. Eso si, para los amantes de la tranquilidad y la estrategia, DA2 conserva y mejora el sistema de habilidades tácticas y estratégicas, pudiendo pausar el combate en cualquier momento para reorganizar y avituallar a nuestro equipo, aunque desafortunadamente, la dificultad y la planificación necesaria para encarar las batallas han descendido su nivel notablemente, y pasaremos por todas ellas con gran facilidad. Ahí si que se nota la casualización de este juego, y no en la implementación de la acción directa, que de hecho se puede hasta desactivar en el menú de opciones para continuar con el ataque automático de la primera parte.
En resumidas cuentas, este nuevo Dragon Age abraza sin tapujos a los consoleros, añadiendo un toque de acción interesante a los combates, pero perdiendo dificultad y algo de profundidad en el camino, y por ende ese afán de superación que era la estrella de Origins.
Conclusión
Dragon Age 2 es un muy buen juego que hace honor al nombre que lleva. Tarda un poco en arrancar, pero termina ofreciendo una historia muy sólida, que peca quizás de ser algo corta. La masseffectización sufrida ha sido considerable, y eso es bueno y malo a la vez, pero sobre todo dependerá del gusto del usuario final, que podrá disfrutar más de algunos de los aspectos implementados, aunque quizás eche de menos los que se han quedado por el camino.
Algo que ha quedado patente al concluir la historia, es que el mundo de Thedas tiene aun muchas historias que susurrarnos, y es que la riqueza de este universo mágico todavía no nos ha ofrecido ni una mínima parte de lo que tiene dentro, por lo que podemos estar tranquilos en lo que a entregas venideras respecta.
Si probaste Origins y la historia del Guardia gris te conquistó, no lo dudes y hazte ya con esta segunda parte. Sin duda satisfará tus ganas de rolear de una manera no muy hardcore, sin llegar, eso si, a las cotas de simplismo de la saga Fable.
Lo mejor
– La mejoría gráfica en las animaciones faciales.
– Las misiones secundarias alargan el juego y le dan variedad y profundidad.
– Aun nos queda mucho Thedas por descubrir.
Lo peor
– El mundo que rodea a Kirkwall es soso, repetitivo y nada vistoso.
– Se echa en falta una presencia más importante de los engendros tenebrosos.
– La historia principal es un pelín corta.
NOTA: 8,5
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