[Análisis] Mika and The Witch’s Mountain, vuelve el estudio Chibig

El estudio español Chibig ha ido forjando su lugar en el mundo de los videojuegos indie con un estilo propio, caracterizado por historias encantadoras, visuales coloridos y una atmósfera acogedora. Desde sus inicios con títulos como Deiland y Summer in Mara, Chibig ha creado un universo único donde personajes como Koa y Mika viven sus aventuras en el mágico mundo de Mara. Su enfoque en la narrativa y la exploración relajada ha sido una constante en sus juegos, logrando conquistar a un público que busca experiencias más tranquilas y reconfortantes.

A lo largo de los años, el estudio ha evolucionado, colaborando con otros desarrolladores en títulos como Koa and the Five Pirates of Mara. Ahora, con Mika and the Witch’s Mountain, Chibig se aventura en una nueva propuesta. Aunque mantiene esa esencia relajada que caracteriza a sus juegos, esta vez nos invita a vivir la historia de una joven bruja en formación, en un juego que mezcla mecánicas de simulación y exploración con un toque mágico.

Si ya has disfrutado del universo de Mara o simplemente te atraen las experiencias acogedoras con un toque diferente, este nuevo título es una apuesta que vale la pena explorar. Te invitamos a seguir leyendo para descubrir todos los detalles de esta encantadora aventura.

Sección historia

En Mika and the Witch’s Mountain, la historia nos presenta a Mika, una joven aprendiz de bruja que debe completar su entrenamiento para ganarse un lugar dentro de la comunidad de brujas. Como parte de su formación, Mika es enviada a la Isla de la Montaña, un lugar apartado lleno de habitantes que la recibirán para que demuestre sus habilidades.

Sin embargo, la llegada de Mika a la isla no es precisamente tranquila. En su primer día, Mika es empujada de la cima de la montaña por una bruja mayor, lo que provoca que su escoba, su herramienta más importante, se rompa en pedazos. Este incidente marca el comienzo de su aventura, ya que sin su escoba, Mika no puede continuar su formación como bruja ni explorar plenamente la isla. La misión de Mika es clara, debe volver de nuevo a la cúspide de la isla para poder seguir formándose.

Para solucionar este problema, Mika consigue trabajo en un servicio de mensajería local, donde deberá entregar paquetes a los habitantes de la isla. Poco a poco, con cada entrega, Mika va conociendo mejor a la comunidad y ganando dinero para reparar y mejorar su escoba. De esta manera, no solo ayuda a los isleños, sino que también progresa en su camino hacia convertirse en una bruja completa.

La historia de Mika está llena de encuentros con personajes peculiares, desafíos y la búsqueda de superación personal, todo mientras reconstruye su vínculo con el aire y el vuelo que su escoba le proporciona.

Sección jugabilidad

La jugabilidad de Mika and the Witch’s Mountain gira en torno a la exploración, las entregas y el vuelo, creando una experiencia sencilla pero envolvente. Mika, tras perder su escoba, se convierte en la repartidora oficial de la isla, lo que significa que gran parte del juego se centra en completar encargos para los diversos habitantes. Cada entrega ofrece diferentes desafíos, desde evitar que los paquetes se mojen o se dañen, hasta llegar a zonas de la isla que solo son accesibles a medida que Mika mejora su escoba.

El vuelo es uno de los elementos más destacados de la jugabilidad. Mika puede surcar los cielos utilizando corrientes de aire para ganar altura y desplazarse más rápido. A medida que progresa, puede mejorar su escoba, lo que le permitirá viajar más lejos y con mayor agilidad, desbloqueando nuevas áreas de la isla que no estaban disponibles al principio. El control de la escoba es fluido, lo que hace que la exploración aérea sea divertida y dinámica.

Cada día de trabajo implica una serie de entregas, y la estructura del juego se basa en un ciclo que mezcla la gestión de las entregas con la exploración del mundo abierto. Aunque el sistema de misiones puede parecer simple, la isla está llena de sorpresas y secretos que invitan al jugador a explorar cada rincón. Sin embargo, esto podría ser un punto negativo para algunos. A pesar de que la jugabilidad evoluciona de forma gradual, llega un momento en que el núcleo del juego deja de ofrecer nuevas mecánicas, lo que puede hacer que la experiencia se vuelva algo repetitiva durante sesiones prolongadas.

Juego de Exploración y mejoras

Además, el juego introduce mejoras que no solo permiten volar más rápido, sino que añaden habilidades como saltos o impulsos mágicos, haciendo que las rutas se vuelvan más estratégicas. La personalización también está presente, con la posibilidad de desbloquear skins y objetos decorativos para la escoba, aunque su impacto es más estético que funcional.

Hemos disfrutado enormemente con la propuesta jugable de Mika and the Witch’s Mountain, un juego que claramente nace del corazón de su estudio, donde la premisa es jugar y disfrutar sin estrés. Sin embargo, un punto negativo se presenta al principio, cuando conseguimos las primeras reparaciones de la escoba. Volar puede resultar incómodo y difícil al inicio, ya que apenas se logra mantener estabilidad en el aire. Aun así, es posible que esta sensación de torpeza inicial sea una decisión deliberada del estudio para reflejar el crecimiento y la progresión de Mika a medida que mejora sus habilidades.

Otro aspecto a considerar es su corta duración, que ronda entre las 5 y 8 horas, dependiendo de tu habilidad y experiencia en los videojuegos. Mika and the Witch’s Mountain es un título que, aunque se pasa rápido, ofrece una experiencia muy disfrutable. A lo largo de su breve recorrido, repartir paquetes y buscar la forma de regresar a la cima de la isla te mantendrán entretenido, pero puede dejar a algunos jugadores deseando más contenido.

Apartado gráfico y sonoro

En el apartado gráfico, Mika and the Witch’s Mountain destaca por su estilo visual encantador y colorido, manteniéndose fiel a la estética del Chibig Universe. Los gráficos tienen un toque cartoon con paletas de colores vibrantes que logran crear una atmósfera cálida y acogedora. Los paisajes de la isla están llenos de detalles, desde las playas y acantilados hasta los pueblos y las zonas más altas de la montaña, todo ello diseñado para invitar a la exploración. Los personajes, tanto los habitantes como la propia Mika, tienen un diseño adorable y expresivo, lo que añade un toque de simpatía y conexión emocional con nosotros los jugadores.

El diseño artístico tiene claras influencias de producciones como Kiki’s Delivery Service de Studio Ghibli, lo que refuerza esa sensación de aventura mágica en un mundo reconfortante. Aunque el mundo de la isla no es gigantesco, está bien diseñado para sentirse vivo y creíble, con pequeñas sorpresas visuales que mantienen al jugador inmerso en la experiencia.

Una música que te acompañará en este vuelo

En cuanto al apartado sonoro, la música de Mika and the Witch’s Mountain acompaña perfectamente la atmósfera del juego. Las melodías son suaves y relajantes, ideales para crear un ambiente tranquilo mientras se explora la isla o se realizan entregas. Aunque las transiciones entre algunas áreas pueden sentirse un poco bruscas, la banda sonora en general cumple su cometido de sumergir al jugador en este mundo de fantasía.

Los efectos de sonido, desde el suave silbido del viento mientras Mika vuela hasta los sonidos del entorno, como las olas o el murmullo de los habitantes, están bien logrados y contribuyen a la inmersión. Sin embargo, algunos jugadores han notado que en ciertos momentos el audio puede quedarse en silencio durante demasiado tiempo, lo que puede romper ligeramente la continuidad de la ambientación​

Conclusiones de Mika and the Witch’s Mountain

Mika and the Witch’s Mountain es un juego que destaca por su encanto visual y su jugabilidad relajante, ideal para aquellos que buscan una experiencia tranquila en un entorno acogedor o bien para los jóvenes de la casa. El vuelo y las entregas, aunque simples en su concepto, logran mantener el interés gracias a la exploración y las mejoras progresivas de la escoba.

La historia es encantadora y las interacciones con los personajes de la isla añaden un toque personal y entrañable. Sin embargo, su corta duración y la repetitividad de algunas tareas pueden dejar a los jugadores con ganas de más contenido. A pesar de estos puntos, el juego sigue siendo recomendable y una adición sólida al universo de Chibig, que seguramente encantará a los fans de sus anteriores títulos.

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