Dicen que lo que no mata te hace más fuerte. Desde From Software quieren darnos una nueva perspectiva en lo que se refiere a la muerte, dando lecciones a base de morir repetidamente cientos de veces, siendo esta la principal premisa de su último título, Dark Souls 2.
Secuela directa de Dark Souls, heredero espiritual de Demon’s Souls uno de los RPGs más sorprendente de toda la generación y conocido por su endiablada y poco generosa mecánica por gran parte de la comunidad de videojugadores, sean o no amantes del rol más clásico.
Y como era de esperar, Dark Souls 2 llega pisando fuerte en uno de los momentos más difíciles para la salida de un videojuego, estando completamente instauradas las consolas de nueva generación y haciendo de último estertor para las sobremesas de Playstation 3 y Xbox360, que mucho tienen aún que decirnos.
Aún siendo un título dirigido para un público minimalista, desde su antecesor Demon’s Souls, que vino a Europa sin hacer apenas ruido, ha sabido hacerse un hueco tanto en el mercado como en el corazón de los jugadores más hardcore.
Tampoco ha sido un título exento de polémica, si repasamos algunas noticias de hace un par de semanas, podemos ver múltiples comparaciones in-game del juego con demostraciones jugables presentadas con anterioridad demostraron que él juego había sufrido recortes en su apartado gráfico.
Depende, claro está, de cómo quiera tomarse uno el asunto y la importancia que se le de al tema de los gráficos. Si somos muy exquisitos, puede que nos sintamos un poco decepcionados al no haber una evolución impactante en este aspecto. O al menos no como se había enseñado. El juego muestra dientes de sierra, algunas texturas un tanto descuidadas y sombras de baja calidad que podrían haberse tratado con más esmero. Aunque hay que tener en cuenta que, al igual que los anteriores, no es el factor más importante del juego ni mucho menos.
Por otro lado, el apartado artístico muestra un cuidado excepcional, como ya nos trae acostumbrados la saga. La ambientación lóbrega y cruda tan lograda provoca una inmersión total y nos transmite más sobre el mundo que los propios diálogos del juego.
La cantidad de hermosos paisajes con espléndidas vistas que el juego nos regala nos da la sensación de que son la recompensa por tantos esfuerzos, gracias al juego de zonas que ofrece Dark Souls 2, que intercala mazmorra con paisajes de espectaculares vistas y da un descanso a los entornos claustrofóbicos donde la muerte acecha en cada esquina.
Y sobre todo, para los amantes de la fantástica medieval, la infinidad de detalles en las armas y el diseño espectacular de algunas armaduras es para quitarse el sombrero. Los diversos y variados elementos en el entorno que incluso son partícipes de la divertida jugabilidad del título, donde hasta el más simple jarrón puede fastidiarte la vida.
Pero sobretodo, y algo que gusta destacar a todos los seguidores de la franquicia, es el diseño de los “final bosses”, que nos deslumbraran imponentes, justo al iniciar el combates con ellos. Puede incluso haber algo de controversia, ya que por motivos de historia, la gran mayoría son caballeros y hay menos variedad grotesca que en el anterior juego. No obstante ya hubo declaraciones al respecto antes de la salida del título por parte de los creadores, así que no debería de pillar a nadie por sorpresa.
Aunque todo esto, con sus mas y sus menos no consiguen ensombrecer el plato fuerte de Dark Souls 2. El verdadero potencial del juego se encuentra en su jugabilidad, bastante más pulida que en los anteriores títulos de la saga, despiadada y sin compasión, donde cualquier momento de despiste o poca atención puede hacer que perdamos grandes avances conseguidos. Dark Souls 2 nos ofrece un pastel, para luego tirárnoslo a la cara.
En Dark Souls, TODO es importante y todo se tiene que tener muy en cuenta a la hora de avanzar y luchar contra los enemigos. Aquí, avanzamos progresivamente gracias a la recolección de almas, que conseguimos sobretodo eliminando enemigos o jefes importantes. Almas que podemos perder si morimos sin poder recuperarlas, porque el juego nos da la oportunidad de recuperarlas si fallamos una vez, pero no habrá una siguiente.
Es por eso que debemos estar pendientes de muchas cosas. Conocer bien nuestra clase y la manera de construir el personaje son factores esenciales a la hora de plantear los enfrentamientos. Hay que tener en cuenta que un guerrero defensivo con armadura pesada y escudo no usará las mismas estrategias que un diestro espadachín o que un hechicero. Tanto el guerrero como el caballero pueden ser muy defensivos, pero lentos a la hora de moverse y atacar; por eso tiraran de estabilidad, vida, reversals y parries con escudo, para así tumbar al enemigo y dejarlo completamente indefensos.
Todo lo contrario al espadachín, la nueva y complicada clase de Dark Souls 2 no es tan resistente pero tiende a ser mucho más ágil y rápido, lo que lo hace apto para el juego de esquivas y combos con dos armas, para así desestabilizar al enemigo mediante rápidos aturdimientos y cancels. Una clase que depende más de la habilidad del propio jugador y no tanto del equipo.
El hechicero, por ejemplo, tiene poderosos hechizos con los que limpiar la zona de enemigos en un santiamén, pero deberá aprender a guardar las distancias siempre debido a su pobre constitución y baja vida.
Hay que tener en cuenta que a pesar de los diferentes roles que nos dan a elegir en la creación de personajes están basados únicamente en la repartición de puntos inicial del juego. No es tan cerrado como otros títulos del género, una vez empezado podemos subir y mejorar a nuestro personaje como nos venga en gana o moldearlo según vayamos avanzando. No hay mejores o peores maneras de construirse un personaje, solo tenemos que elegir la que mejor se adapte a nuestro estilo de juego.
Cerrando ya el tema de las clases, hay que tener muy en cuenta también las habilidades y movilidad del personaje. Cada acción cuenta y movimientos como rodar, correr, cubrir un golpe o atacar consumen barra de stamina, por tanto, debemos aprender a suministrarla bien para así no quedarnos vendidos delante del enemigo. Calculando el número de golpes que podemos efectuar sin salirnos de rango, reservando siempre un poco como precaución. Una rueda bien realizada en el último momento puede marcar la diferencia entre la victoria y la muerte.
Es esencial observar muy atentamente los movimientos de ofensiva del enemigo, repiten patrones y en la mayoría de enfrentamientos se obliga al jugador a sabérselos de memoria y conocer cual es la manera más óptima de actuar. ¿Ataco, ruedo o huyo despavorido? Todas las opciones son válidas si uno sabe en que momento usarlas.
También es importante mantener el control sobre el escenario, no siempre nos veremos envueltos en un combate en la mejor de las circunstancias, a veces tendremos que luchar en un estrecho pasillo, unas incomodas escaleras o una pequeña plataforma rodeada de lava. Y por un fallo absurdo podemos acabar en el vacío.
La exploración es un punto importante del juego. A medida que vayamos avanzando, iremos desbloqueando nuevas partes del mapa, por las que podremos viajar a través del sistema de hogueras. Así que tendremos que memorizar la posición de diferentes puntos importantes repartidos por el mundo, ya que nos serán esenciales para avanzar, tales como PNJs, tiendas, zonas de farm, puertas cerradas…
En resumen, se trata de una mecánica basada en el ensayo y error, aprendizaje con una alta curva de dificultad en sus inicios y de avance progresivo por niveles.
En cuanto a diferencias notables con el primer Dark Souls, ahora las recompensas en almas por derrotar a ciertos enemigos peligrosos y a jefes finales serán mucho mayores, así que si somos bastante buenos, el progreso del juego puede ser bastante más rápido que el de un jugador novato. Para compensar esto, las zonas de enemigos limitaran su respawn si las limpiamos con frecuencia, aproximadamente 1 enemigo desaparecido por cada 10 veces que muera. Así que los trucos de jugador lento del anterior juego han sido erradicados y nuestro farmeo se verá limitado.
Cerrando ya el tema de la jugabilidad, uno de los aspectos en los que también ha mejorado bastante es en el multijugador. Siguen estando los mismos elementos que en los anteriores cuando jugamos online, los charcos de sangre y mensajes escritos por los jugadores serán la salsa que mantendrán a la comunidad motivada. Ahora las invasiones y las ayudas serán mucho más accesibles mediante los pactos y las marcas de invocación, otra manera diferente de enfocar el juego de forma divertida y satisfactoria, gracias en parte a la maravillosa comunidad de este título y a las diferentes maneras de comunicación con los otros jugadores que dispone el juego. Invadir y sobretodo ayudar a los demás nos beneficiara en nuestro avance en la partida, a más de ser uno de los aspectos más divertidos de Dark Souls.
El último apartado que nos queda por destacar es el sonoro, la banda sonora luce bastante bien y acompaña al juego mejorando su ambientación con melodías siniestras y tétricos cánticos que junto a la visión de los imponentes enemigos finales harán eco en su “invencibilidad”, nos pondrán la piel de gallina y nos harán plantearnos la posibilidad de salir por patas.
Como seguramente hayáis deducido, Dark Souls 2 no es un juego para todo el mundo, está dirigido a un público muy concreto de jugadores que saben que van a tener que tirarse horas y horas para completarlo y rejugarlo. Y aún así, a sabiendas de que seguramente no muchos lo terminen, viendo las estadísticas de jugadores que se terminaron el juego anterior. Pero con un poco de dedicación todo se puede en esta vida y Dark Souls 2 no va a ser la excepción. Puede resultar frustrante a los inicios de la partida. Pero después de eso notaremos como el camino se suaviza lentamente, mientras crece nuestra habilidad como jugador, y ese es el fundamento principal del juego. Que no cunda el pánico, jugaremos a esquivar a la muerte.