Estando en una semana bastante crucial para el género rolero, con la salida de Mass Effect 2 y dentro de un año igualmente crucial para dicho género( Final Fantasy XIII ), en eslaúltima nos gustaría cerrar el círculo de los RPG más significativos del 2009 con Divinity II, un atractivo juego de rol que no merece caer en el olvido.
Hace unos meses un servidor analizaba Risen y os comentaba la teoría de «la metamorfosis» de los RPG, donde en esta nueva generación están saliendo mejor parados los juegos de rol con base occidental y derivados del PC que los míticos Japan RPG que tanto triunfarón en las dos anteriores generaciones, sobretodo en PsOne.
Estamos en la era en que nos creamos a nuestros héroes, influímos en en la trama de la historia e incluso decidimos si somos buenos o por el contrario, malos. Amplios mundos con una libertad de acción inusitada, todo eso enmarcado dentro de un buen guión, dígno de cualquier J-RPG, gozamos de lo mejor de lo oriental y lo mejor de los clásicos juegos occidentales de PC. Es cierto que no todas las conversiones son perfectas, ya que, como comentábamos son juegos derivados de los clásicos de PC, a la hora de jugarlos en consola puede que queden un poco resentidos en forma de fallos técnicos o de jugabilidad. Ni que decir tiene que si la conversión es buena el resultado puede ser de lo más estimulante, sobretodo para los amantes al género.
Así pués, Divinity II és uno de esos elegidos, una conversión más a los clásicos pero que gracias a algunas particularidades lo hacen digno de un análisis:
Estamos en el mundo fantástico de Rivellon, un nombre rimbombante que suena bien ¿ verdad ?, pués las cosas no van tan bien por allí, el mundo está dividido, por un lado están los matadragones, que, junto a Daminan imponen su particular justicia con puño de hierro y severa dictadura, por otro lado están los Caballeros del dragón, unos pocos que luchan contra estos últimos por salvar a una dinastía casi extinta.
Nosotros no seremos otro que uno de esos «matadragones» que, por esas cosas de la vida caeremos presa de una maldición muy graciosa que nos tranformará en uno de los enormes reptiles que paradógicamente exterminábamos. A partir de ahí empezará una aventura con sabor a RPG clásico con todos sus tópicos y con algún que otro guiño, como los asombrosos momentos en que nos transformaremos en dragón y que podremos sobrevolar algunas zonas y entablar impresionantes combates aereos con otros parientes reptilianos. El resto ya os podéis hacer a la idea, un guión mas o menos atractivo, combates en tiempo real, una optimización de nuestro personaje bastante completo y exploraremos un mundo realmente enorme y libre, todos los ingredientes para los amantes del género.
No podrán faltar las ciudades y pueblos que servirán para abastecernos, comprar equipo o entablar conversación con diversos personajes del lugar que a su vez nos introducirán en mogollón de misiones secundarias que tendrán estupendas recompensas. No faltarán tampoco las mazmorras típicas, que infestadas de enemigos tendremos que «limpiarlas» para conseguir las ansiadas recompensas.
Gráficos:
Como ya comentábamos estamos ante un juego con un mundo de enormes proporciones, hacía tiempo que no recordaba un juego de rol con tal mapeado, és gigantesco y creo que por culpa de ese aspecto el juego lo pagará con detalles de cámara, movimiento rotatórios de gran bruquedad y sobretodo en nitidez gáfica, por no nombrar ahora que no toca el movimiento en combate.
La conversión de PC se nota claramente, los escenarios sí, son muy grandes, pero hay fallos técnicos palpables y muy visibles, como en la hierba alta, alguna desaparece al avanzar o aparece de repente, las animaciones son bastante «normalitas» y según que texturas no están a la altura de los grandes. Por otro lado, las espectaculares secuéncias en que nos transformamos en dragón disfrutaremos de escenários muy bonitos y a parte de la sensación de velocidad, que será apabullante, los efectos de las llamas de fuego o el agua de los ríos nos dejará bastante satisfechos. De hecho hay momentos en que nos reguntaremos si és el mismo juego ya que los cambios técnicos de cuando somos dragón a cuando vamos como humano impresionan y se nota que han querido cuidar mucho los momentos en los que vamos transformados, quizás demasiado.
Las ciudades no son muy grandes pero hay muchas y tienen multitud de detalles, al igual que las mazmorras, que el juego goza con un repertorio casi inagotable de ellas, aunque eso si, se parecen quizás demasiado unas a otras y nos da la sensación de haberlas visitado con anterioridad. Los personajes son bastante chulos y nos ha gustado su diseño ( artístico ), pero en el juego se repiten algunas armaduras o caras.., al igual que según que enemigos, que terminaremos por aborrecerlos.
No es por nada pero el apartado gráfico junto al jugable son quizás los apartados menos agraciados del juego, y todo por problemas de conversión de PC a consola, no por otra cosa, por lo que ya nos encontramos con que el juego cojea quizás demasiado para ser considerado uno de los grandes en estos dos apartados y en rasgos generales.
Sonido y efectos FX:
Si la jugabilidad o los gráficos eran los apartados menos agraciados de Divinity II, puedo decir de antemano que el sonido, su banda sonora, los efectos FX y el doblaje al castellano és el punto más fuerte del juego, simplemente de lujo. La BSO emociona en todo momento, recuerda a la de las grandes películas de aventuras y acompañan la acción del juego a la perfección, mención especial a los momentos de persecución enre dragones, con arranques orquestrales muy buenos. En los combates igual y en los momentos de exploración las melodías se vuelven muy agradables y en ningún momento son repetitivas o nos molestan. El resto de la banda sonora goza de un buen nivel.
Por otro lado, los efectos de sonido y demás samplers cumplen bien con su cometido pero lo que de verdad nos ha gustado es el fantástico doblaje al castellano, no solo por el nivel que se alcanza sinó por la enorme cantidad de frases que hay traducidas y dobladas. Contar que en cada conversación nos dan a elegir unas posibles respuestas, como ya hemos visto en otros RPG, pero lo que asombra mas es la cantidad de frases posibles y la cantidad de conversaciones dobladas, un trabajo sensacional.
Realmente me ha gustado mucho el nivel que alcanza en el apartado sonoro de Divinity II, no es por nada pero hemos jugado a juegos de rol con mayor nombre y con menos dialogos en sus conversaciones, por no decir que no están ni dolados a nuestro idioma.
Jugabilidad:
Los combates son en tiempo real y las posibilidades del juego no son grandes, son enormes pero como ya he comentado la conversión no es perfecta ni mucho menos y donde más lo notaremos es en su apartado jugable. A parte de la curva de dificultad, que és inexistente, nos podemos cargar un jefazo de unos pocos golpes mientras que un enemigo normal de mazmorra a veces nos puede dar una sorpresa matándonos, en combate la respuesta puede ser desesperante por sus constantes desajustes, en lo que en más de una ocasión nos jugará una mala pasada y lo más seguro que terminen matándonos otra vez.
Por otro lado los movimientos son demasiado bruscos y los controles, adaptados a consola son demasiado confusos, con unos menús que no ayudan en absoluto a una dificultad para auténticos profesionales del género. No en muchas sinó en la mayoría de ocasiones tendremos que pasarnos mucho tiempo ( horas ) subiendo de nivel, como en los viejos tiempos, ja, ja, para poder continuar o empezar las misiones que nos vayan dando, si vamos a lo loco lo pagaremos bien caro.
Eso si, el juego ofrece unas posibilidades colosales, más de 40 horas de juego con infinidad de misiones secundarias, trofeos, armas, armaduras y un sin fín de habilidades por desarrollar en varias profesiones, mago, sacerdote, montaraz, guerrero o matadragones y podremos optimizar a nuestro personaje y sus aliados como queramos en la Torre de Batalla, en este aspecto el juego es completísimo.
Conclusiones:
Divinity II junta todos los tópicos de los buenos juegos de rol de fantasía y consigue añadirle un «toque» de originalidad con la posibilidad de no solo cazar dragones sinó de transformarnos en uno de ellos y protagonizar escenas absolutamente fascinantes mientras estamos transformados. Eso sí, su conversión de PC a consola no es perfecta y eso lo notaremos sobretodo en sus combates, su jugabilidad y en algunos aspectos técnicos del juego. Un problema que está empañando a algún que otro título del género que vienen directos de la versión de PC, un problema que también se pudo apreciar en el reciente Dragon Age: Origins por ejemplo. Por este típo de fallos y junto a su desmesurada dificultad podemos decir que Divinity II se ha de quedar para los auténticos fans al género de los RPG, que son los que de verdad lo disfrutarán, el juego les puede ofrecer un abanico de posibilidades y de tiempo de juego enormes, a aparte de un guión enrrevesado pero atractivo. Ni que decir tiene que se queda detrás de títulos tan enormes como Oblivion o Fallout 3 e incluso del reciente Dragons Age: Origins, que lo superán en todo, eso sí, lo dicho, si te gusta el género y has jugado a los ya comentados Divinity II puede ser tu juego, miles de posibilidades y un toque personal que seguramente os gustará.
Lo mejor:
– Podernos transformar en dragón es una de las mejores experiéncias que hemos podido probar.
– El apartado sonoro es de cine, consigue una ambientación estupenda, al igual que su doblaje al castellano.
– Los expertos podrán sacarle buen partido, es un juego muy largo en un mundo enorme con cientos de retos y posibilidades para optimizar a los héroes.
Lo malo:
– Los fallos técnicos por culpa de su conversión a consola dificultan el control, la jugabilidad, los menus…
– La extrema dificultad del juego, a veces desesperante.
– Algunos fallos gráficos, tanto en diseños de personajes y sus animaciones como en escenarios, cantan demasiado.
Puntuación: 7