Dustborn, es el nuevo videojuego de aventura narrativa desarrollado por Red Thread Games y publicado por Quantic Dream que hemos podido probar. Y, aunque un poco tarde, os daremos nuestro análisis de la versión que hemos jugado en PlayStation 5 y os contamos qué nos ha parecido y cómo hemos podido disfrutar de una experiencia que mezcla una buena narrativa, personajes entrañables y un estilo visual que recuerda a las novelas gráficas.
Un viaje a través de un mundo fragmentado
En Dustborn, nos encontramos en un futuro distópico de los Estados Unidos, donde el país está dividido en facciones y repleto de tensiones sociales y políticas. Nos ponemos en la piel de Pax, una joven fugitiva con una misión crucial: entregar un misterioso paquete al otro lado del país. Pero no está sola; la acompaña un grupo de inadaptados, cada uno con su propia historia y habilidades. Este contexto nos invita a explorar temas profundos como la identidad, la discriminación y la resistencia, todo envuelto en una estética de ciencia ficción.
La narrativa es sin duda uno de los pilares del juego. Desde el comienzo, nos atrapa con su enfoque en las relaciones interpersonales y el poder de las palabras. Sí, en Dustborn, las palabras no son solo herramientas de comunicación, sino armas que pueden cambiar el curso de los acontecimientos. A medida que avanzamos en la historia, las decisiones que tomamos influyen directamente en el destino de Pax y su equipo, lo que nos obliga a reflexionar sobre cada diálogo y acción.
Lo que realmente destaca es cómo el juego maneja sus temas. A través de sus personajes y situaciones, Dustborn nos lleva a cuestionar nuestra propia visión del mundo, enfrentándonos a dilemas éticos y morales en un entorno que, aunque ficticio, resuena profundamente con las realidades actuales.
El poder de la palabra
En términos de jugabilidad, Dustborn se aleja de los juegos de acción tradicionales y nos ofrece una experiencia centrada en la narrativa y la toma de decisiones. Aquí, la mecánica más llamativa es el «combate lingüístico», un sistema que convierte las palabras en una forma de combate. En lugar de peleas físicas, utilizamos la persuasión, la manipulación y el engaño para salir de situaciones complicadas. Este enfoque fresco y original en el combate verbal es uno de los aspectos que distingue a Dustborn de otros títulos de aventuras narrativas.
La jugabilidad se centra en las interacciones entre personajes y cómo manejamos las conversaciones. Cada decisión que tomamos tiene consecuencias, algunas inmediatas y otras a largo plazo. Esto nos hace sentir que nuestras elecciones realmente importan, y añade una capa de profundidad a la narrativa.
Sin embargo, debemos señalar que esta mecánica no será del agrado de todos. Los jugadores que busquen una experiencia más orientada a la acción pueden encontrar el juego demasiado pausado. No obstante, para aquellos de nosotros que apreciamos las historias bien contadas y la toma de decisiones significativa, Dustborn es un soplo de aire fresco.
Un grupo de inadaptados con corazón
Uno de los aspectos más memorables de Dustborn es su elenco de personajes. Cada miembro del equipo de Pax tiene su propia personalidad, motivaciones y habilidades que aportan diversidad al grupo. Nos encontramos con personajes entrañables, cargados de defectos y virtudes que los hacen sentir reales y humanos. Desde el principio, nos vemos inmersos en sus historias personales, y la dinámica entre ellos es una de las fuerzas impulsoras de la trama.
Pax, nuestra protagonista, es una figura compleja. Como líder del grupo, lucha con la carga de la responsabilidad y su propia identidad, lo que la convierte en un personaje con el que es fácil empatizar. Pero no solo ella destaca; cada miembro del equipo tiene su momento bajo el foco, y las relaciones que desarrollamos con ellos a lo largo del juego son uno de los aspectos más satisfactorios.
Una novela gráfica en movimiento
Visualmente, Dustborn es un deleite. Su estilo gráfico cel-shaded le da un aspecto de cómic en movimiento, lo que refuerza su identidad única. Los colores vibrantes y los diseños estilizados de los personajes y escenarios contribuyen a crear un mundo que, aunque distópico, es visualmente atractivo y lleno de vida.
En la PlayStation 5, los gráficos se ven nítidos y detallados, beneficiándose de la capacidad de la consola para manejar texturas de alta resolución y efectos visuales avanzados. El uso de ray-tracing en algunas escenas añade un toque de realismo a la iluminación, lo que contrasta de manera efectiva con el estilo artístico más caricaturesco del juego. Nos encontramos explorando paisajes post-apocalípticos que, a pesar de su desolación, están llenos de detalles que cuentan historias por sí mismos.
El diseño visual de Dustborn no es solo una elección estética; es una parte integral de cómo se cuenta la historia. Cada escena, cada entorno, está diseñado para reforzar la atmósfera del juego y sumergirnos en este mundo fragmentado y a menudo hostil.
La banda sonora es complementaria
La banda sonora del juego es otro de sus puntos fuertes. La música, compuesta por temas que varían desde lo melancólico hasta lo enérgico, complementa perfectamente el tono del juego. Cada pieza musical parece estar cuidadosamente seleccionada para resaltar las emociones de las escenas, y en más de una ocasión nos encontramos detenidos solo para apreciar el acompañamiento sonoro.
El diseño de sonido también es impecable. Los efectos de sonido añaden profundidad al mundo del juego, desde el crujido de las estructuras abandonadas hasta los ruidos sutiles que hacen que los entornos se sientan vivos. Sin embargo, lo que realmente destaca es la actuación de voz. Los actores que interpretan a los personajes de este título hacen un trabajo sobresaliente, logrando transmitir emociones de manera convincente y añadiendo una capa adicional de inmersión a la experiencia narrativa.
En términos de rendimiento, Dustborn se beneficia enormemente de la potencia de la PlayStation 5. El juego corre de manera fluida a 60fps, con tiempos de carga casi inexistentes gracias al SSD de la consola. Esto no solo mejora la experiencia de juego, sino que también ayuda a mantenernos inmersos en la narrativa sin interrupciones molestas.
Visualmente, el juego brilla en la PS5, con gráficos en 4K y soporte HDR que hacen que los colores y detalles del mundo sean aún más impresionantes. Aunque hemos encontrado algunos pequeños bugs, como glitches en las animaciones y transiciones que podrían mejorarse, estos problemas son menores y no afectan de manera significativa la experiencia general.
Dustborn no es un juego excesivamente largo; completar la historia principal nos llevará entre 10 y 15 horas, dependiendo de cuánto nos detengamos en las misiones secundarias y exploraciones. Sin embargo, la verdadera riqueza del juego radica en su rejugabilidad. Las decisiones que tomamos a lo largo del juego influyen en la dirección de la trama y en el desenlace, lo que nos invita a revisitar la historia para explorar rutas alternativas y descubrir nuevos matices en los personajes y eventos.
Conclusiones de Dustborn
Dustborn se presenta como una experiencia única dentro del género de aventuras narrativas. Con su sólida narrativa, personajes profundamente desarrollados y un estilo visual que recuerda a las novelas gráficas, logra destacar en un panorama saturado de juegos. No es un título para todos, especialmente para quienes busquen una jugabilidad más enfocada en la acción.
Sin embargo, aquellos que valoren las historias bien contadas, la toma de decisiones con consecuencias y un enfoque artístico cuidadoso, encontrarán que Dustborn es una joya en el catálogo de la PlayStation 5.
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Conclusiones
Dustborn
Hemos jugado Dustborn, un nuevo título inclusivo que nos muestra a un grupo de incomprendidos sociales, donde vemos la realidad del mundo.
PROS
- Los personajes conforman una historia interesante de manera colectiva.
- Los gráficos cel-shalding queda muy bien estéticamente.
CONTRAS
- El juego puede presentar algún bug que otro, pero se espera que lo solucionen en parches.
- La sincronización labial podría ser mejor