[Análisis] Melobot – A Last Song, ¡música, maestro!

Melobot – A Last Song es un videojuego indie que mezcla de manera efectiva la música, la narrativa y la exploración en una única aventura. Al jugarlo en PC, encontramos que este título ofrece una propuesta singular, alejándose de las convenciones del género y enfocándose en las emociones que evoca la música, así como en la relación entre el jugador y el protagonista.

¿Quién dijo hielo?
¿Quién dijo hielo?

Una sinfonía de sentimientos


La historia de Melobot – A Last Song comienza de manera intrigante: controlamos a un androide llamado Melobot en un mundo desolado donde la humanidad ha desaparecido. Nuestro objetivo es usar la música como medio para descubrir qué sucedió y desentrañar las emociones profundas que subyacen en este universo. La trama, aunque sencilla, está cargada de simbolismos y metáforas. A lo largo del juego, exploramos diferentes áreas en las que encontramos pistas y fragmentos del pasado que revelan una narrativa interesante.

Hemos estado muy conectados con la música en cada paso del juego. La narrativa utiliza la música como un lenguaje universal, explorando temas como la soledad, el amor perdido y la búsqueda de significado. Cada melodía y cada canción que creamos o interpretamos revela algo nuevo sobre el mundo y sobre el propio Melobot. Este enfoque en la música como herramienta narrativa es uno de los puntos más fuertes del juego. Nos hizo reflexionar sobre el poder de la música para expresar emociones cuando las palabras fallan, y cómo puede conectar a las personas de maneras profundas.

No obstante, un aspecto que algunos jugadores podrían considerar una debilidad es que la trama, aunque interesante, avanza de manera lenta. Aquellos que buscan una narrativa más dinámica o llena de giros argumentales podrían sentir que el ritmo es demasiado pausado. Sin embargo, para quienes disfrutan de una historia más reflexiva, pausada y atmosférica, esto se convierte en una de las mayores fortalezas del juego. Es, en definitiva, un arma de doble filo.

Los puzzles nos romperán la cabeza

Rompecabezas musicales y exploración


La jugabilidad de Melobot – A Last Song está profundamente ligada a la música. Los rompecabezas que encontramos durante nuestra aventura son de naturaleza musical, lo que significa que necesitamos componer o interpretar melodías para avanzar. La mecánica central gira en torno a escuchar atentamente los sonidos, identificar patrones y replicarlos de manera correcta. Estos rompecabezas no solo son innovadores, sino que también resultan extremadamente gratificantes al resolverlos, ya que la música tiene un impacto directo en el entorno que exploramos.

El aspecto exploratorio también es sólido. Los entornos que visitamos están diseñados para ser explorados con calma, lo que nos permite descubrir secretos, objetos coleccionables y fragmentos narrativos adicionales que enriquecen la experiencia. La interacción con el entorno es fluida y, aunque el mundo es relativamente lineal, la sensación de descubrimiento constante mantiene nuestro interés.

Sin embargo, debemos destacar que la dificultad de los rompecabezas puede ser un inconveniente para algunos. Mientras que los jugadores con buen oído musical disfrutarán enormemente de la mecánica, aquellos que no tienen afinidad por la música podrían encontrar ciertos desafíos frustrantes. Aunque existe una curva de aprendizaje, en ocasiones los rompecabezas pueden resultar un poco obtusos si no logramos identificar los patrones rápidamente. Esto podría alejar a algunos jugadores que prefieren un enfoque más directo en la resolución de acertijos.

El mundo de Melobot es precioso

Un mundo bonito


En el apartado gráfico, Melobot – A Last Song sobresale por su estilo artístico único. Los escenarios que exploramos están llenos de vida, con una paleta de colores vibrante que cambia según la melodía predominante en cada área. La combinación de paisajes industriales y ambientes naturales crea un contraste visual impactante que refuerza la dualidad del juego entre lo mecánico y lo emocional.

Melobot, como protagonista, tiene un diseño minimalista pero efectivo. Su aspecto robótico contrasta de manera intencionada con la profunda conexión emocional que desarrolla a través de la música. Este contraste entre la frialdad de su apariencia y la calidez que genera la música refuerza el mensaje central del juego sobre la capacidad de la música para trascender las barreras.

No obstante, un pequeño aspecto negativo es que, aunque el diseño visual es encantador, la falta de variedad en algunos entornos puede hacer que ciertas áreas se sientan repetitivas. Los efectos visuales son consistentes y de alta calidad, pero podría haberse beneficiado de una mayor diversidad en los escenarios.

Podemos mejorar a Melobot

Música y sonidos dinámicos


El aspecto sonoro de Melobot – A Last Song es, sin duda, el corazón del juego. La música es el eje central de toda la experiencia, y no solo está presente como acompañamiento, sino que es interactiva y evoluciona según nuestras acciones. Cada pieza musical que tocamos influye directamente en el entorno, lo que hace que cada melodía que compongamos tenga un propósito en el desarrollo de la historia.

Las composiciones sonoras son variadas y evocadoras, cada una diseñada para generar una respuesta emocional diferente. Nosotros sentimos el impacto de cada nota, lo que crea una experiencia inmersiva y significativa. La música no solo establece el tono emocional de cada nivel, sino que también es una herramienta para resolver rompecabezas, lo que refuerza aún más su importancia.

Sin embargo, para algunos jugadores, el énfasis tan marcado en la música puede ser un aspecto negativo si no se sienten atraídos por los juegos basados en sonido. Para aquellos que disfrutan de una experiencia más visual o narrativa, la mecánica musical podría parecer demasiado central, dejando de lado otros aspectos que normalmente esperarían en un juego de aventuras o puzzles.

La diversidad de biomas estará presente en Melobot

Un impacto emocional


El impacto emocional de Melobot – A Last Song es innegable. A medida que progresamos, sentimos una conexión creciente con Melobot y el mundo que explora. La combinación de una narrativa melancólica, una música evocadora y un diseño visual inmersivo crea una experiencia profundamente emotiva. Nos encontramos reflexionando sobre los temas centrales del juego mucho después de haber terminado nuestra partida, lo que habla del poder emocional que tiene esta obra.

Este enfoque en la introspección y la emoción es, para nosotros, una de las principales fortalezas del juego. Sin embargo, entendemos que no es un juego para todo el mundo. Aquellos que buscan una experiencia más directa o llena de acción pueden no disfrutar de la propuesta pausada y reflexiva de Melobot – A Last Song.

Tráiler de Melobot — A Last Song

Conclusiones de Melobot — A Last Song


Melobot – A Last Song es un juego indie que es excelente en su campo. La combinación única de música, narrativa y exploración crea una experiencia íntima y emocionalmente resonante que pocos juegos logran alcanzar. Aunque su enfoque en los rompecabezas musicales puede no atraer a todos los jugadores, para aquellos que buscan algo diferente y profundamente emotivo, es una experiencia imprescindible.


Otros artículos de interés


Si os ha gustado este artículo, os invitamos a explorar nuestras reseñas de ASTRO BOT, Gestalt: Steam & CinderDungeon Munchies, e incluso Baten Kaitos I & II HD Remaster, en el que os contamos nuestra experiencia jugando de primera manos estos títulos.

Y si estáis interesados en guías para algunos títulos que están por venir, tenéis ya mismo disponible las guías de Life is Strange y Life is Strange: Before the Storm.

Conclusiones

Melobot — A Last Song

Melobot – A Last Song es un juego indie que es excelente en su campo. La combinación única de música, narrativa y exploración crea una experiencia íntima y emocionalmente resonante que pocos juegos logran alcanzar. Aunque su enfoque en los rompecabezas musicales puede no atraer a todos los jugadores, para aquellos que buscan algo diferente y profundamente emotivo, es una experiencia imprescindible.

PROS

  • Gráficamente es precioso
  • La duración es entre 10 y 15 horas

CONTRAS

  • El juego no es para todos los públicos
  • La trama avanza lenta
Salir de la versión móvil