Desde el pasado 28 de febrero, tenemos en nuestras manos Monster Hunter Wilds, y después de dedicarle una cantidad considerable de horas, ya tenemos listo nuestro análisis. Esta esperada entrega trae consigo numerosas novedades y ajustes clave en su jugabilidad, asegurando una experiencia renovada y emocionante. Una de las grandes novedades de esta entrega es su apuesta por un mundo más abierto y, al mismo tiempo, mucho más salvaje, además de un mayor enfoque en la narrativa. No obstante, también incorpora nuevas mecánicas jugables que merecen atención. En cualquier caso, hay mucho que contar sobre lo que, sin duda, se perfila como la próxima gran obra de Capcom.

Análisis Monster Hunter Wilds, las tierras salvajes nos necesitan
Tras la aparición de una civilización oculta que huye de una nueva especie de monstruo, el Gremio de Cazadores nos envía a explorar las misteriosas Tierras Prohibidas. Esta región, desconocida para la mayor parte del mundo, esconde innumerables secretos en cada uno de sus ecosistemas, tanto en las criaturas que los habitan como en la propia tierra. Dependerá de nosotros desentrañarlos y enfrentar los extraños fenómenos meteorológicos que azotan la zona.
En esta entrega, la historia pone un mayor énfasis en el desarrollo de los personajes secundarios. Conoceremos a Nata, uno de los pocos supervivientes de su clan, quien, tras escapar del temible Espectro Blanco, busca refugio y apoyo en nuestra expedición. A lo largo de la trama, nos encontraremos con otros clanes, cada uno con sus propias costumbres y conflictos, que iremos resolviendo como si de una aventura RPG se tratase. Como es habitual, el protagonista mantiene un papel secundario en la narrativa, aunque en esta ocasión cuenta con una mayor participación. La inclusión de más diálogos y una ambientación más envolvente ayuda a que conectemos mejor con él a lo largo de las aproximadamente 10 horas que dura la historia.
Para aquellos que prefieran una experiencia más clásica y centrada en la caza, también hay buenas noticias. La mayoría de las escenas pueden omitirse por completo, permitiendo que la trama pase a un segundo plano y sirva simplemente como un hilo conductor para explorar nuevas zonas y enfrentarnos a criaturas inéditas.

Las novedades son muchas y todas aportan mejoras
Monster Hunter es una franquicia que ha mantenido su esencia a lo largo del tiempo. Aunque algunas entregas han apostado más por cambios de ambientación que por innovaciones profundas, la saga ha conservado el apoyo de una comunidad que ha crecido progresivamente hasta superar los decenas de millones de jugadores. Sin embargo, Wilds marca un punto de inflexión al ser la entrega que más cambios ha introducido, y no solo en lo narrativo. Ahora el juego cuenta con un mundo semiabierto, lo que nos permite abandonar la base sin necesidad de estar en una misión. Esto transforma por completo la exploración, haciéndola más libre, menos restrictiva y mucho más salvaje.
Capcom ha puesto un enorme esfuerzo en pulir cada detalle del mundo, el clima y, sobre todo, los monstruos, logrando que estos tres elementos estén interconectados. Ahora, el clima no se limita únicamente al ciclo de día y noche, sino que introduce estaciones que influyen tanto en la vegetación como en el comportamiento de las criaturas, obligándonos a adaptarnos constantemente.
Desde el mapa del juego, podemos consultar la previsión meteorológica de cada zona y anticipar los cambios que ocurrirán en consecuencia. Este sistema es una auténtica revolución que, como advertimos, cobra aún más importancia en el postgame. Se trata de una evolución significativa para la franquicia, y todo apunta a que este enfoque ha llegado para quedarse. Pero esto es solo el comienzo.

Sistema de apuntado y las modificaciones
Uno de los aspectos más criticados de la franquicia desde sus inicios ha sido su jugabilidad, que para algunos resulta algo tosca. La inclusión de numerosos elementos de supervivencia y su fuerte vínculo con las consolas portátiles no siempre han sido del todo favorables para quienes buscan una experiencia más fluida y cercana a otros títulos de acción. Sin embargo, Capcom es consciente de esto y ha introducido mejoras que refinan este apartado sin sacrificar la esencia de la saga.
Uno de los cambios más notables es el sistema de apuntado, que ahora facilita golpear zonas específicas de los monstruos. Con solo pulsar un botón, aparece una mira en pantalla que nos permite elegir con mayor precisión el punto de impacto. Este ajuste cobra especial importancia, ya que atacar repetidamente la misma zona de una criatura puede generar heridas, haciéndola más vulnerable y otorgándonos más materiales al cazarla. Como en otras novedades, esta función es completamente opcional. Los jugadores más veteranos pueden ignorarla si lo desean, pero en nuestra experiencia, resulta útil para mejorar el control de la cámara en combates caóticos, aunque tampoco supone un cambio radical en la jugabilidad.
Las armas también han recibido ajustes significativos, con nuevos movimientos y combos para cada una. En nuestro caso, siempre hemos sido fanáticos de la cornamusa, una de las opciones más lentas del arsenal. Ahora, este arma cuenta con una nueva habilidad que permite generar áreas de beneficio, reforzando su papel como herramienta de apoyo en el combate. Sin duda, Capcom ha buscado mantener la identidad de cada arma mientras expande sus posibilidades estratégicas.

El escenario es nuestro principal recurso
Ahora, algunas bestias pueden desplazarse en manada según su tipo, lo que significa que en ciertos momentos tendremos que enfrentarnos a grupos de monstruos grandes, una situación que puede volverse realmente desafiante. Afortunadamente, el escenario juega un papel más importante que nunca, permitiéndonos aprovecharlo a nuestro favor.
La interacción con el entorno ha sido ampliada significativamente. Ya sea utilizando la eslinga—una herramienta capaz de absorber habilidades de los objetos que atrapa—o aprovechando el propio terreno, podemos derribar paredes o incluso provocar que el propio monstruo las destruya, infligiéndole un gran daño. Esto nos anima no solo a centrarnos en la caza, sino también en cómo sacar el máximo provecho del entorno.
También regresan las luchas territoriales, que se desencadenan cuando el monstruo que estamos cazando se cruza con otra criatura con la que comparte territorio. Cuando esto ocurre, ambos comienzan a luchar, brindándonos la oportunidad perfecta para atacar sin descanso. Estos encuentros demuestran una vez más la excelente integración entre los monstruos y su entorno, haciendo que el mundo del juego se sienta más dinámico y realista.
Como siempre, los verdaderos protagonistas son las bestias. Algunas clásicas y carismáticas, como el Congalala, están de vuelta, mientras que nuevas y temibles criaturas hacen su debut. Sin embargo, que seas un veterano de la saga no significa que lo tengas todo bajo control, ya que todos los monstruos han sido revisados con nuevos movimientos y comportamientos. Además, su inteligencia artificial ha sido mejorada notablemente, reflejándose en su forma de atacar y esquivar. No obstante, siguen siendo auténticos colosos de resistencia, lo que convierte cada cacería en un desafío tanto de habilidad como de paciencia y estrategia.

Una infinidad de horas de cacería, solos o en compañía
Para aquellos menos familiarizados con la saga, recordemos que al derrotar a los monstruos grandes, podemos recolectar materiales de sus restos. Con estos materiales, podemos crear nuevas armas y armaduras, cada una con sus propias habilidades, resistencias y debilidades, dependiendo del monstruo. Por ejemplo, la armadura de Rathalos es extremadamente resistente al fuego, pero nos hará más vulnerables frente a ataques de agua. Además, cada conjunto de armadura cuenta con habilidades únicas que podemos aprovechar según el monstruo con el que estemos combatiendo.
En cuanto a los enemigos, el elenco de criaturas a las que nos enfrentaremos en Wilds es impresionante, quizás el más grande de la franquicia hasta la fecha, y lo mejor de todo es que se irá ampliando con actualizaciones periódicas. El objetivo es mantener a la comunidad activa y unida en el juego, a pesar de que el lanzamiento inicial ya ofrecerá una gran cantidad de contenido.
Aunque es cierto que se notan algunas ausencias de criaturas conocidas, también tenemos muchas nuevas incorporaciones. Como ocurre en cada entrega, algunas criaturas ceden su lugar para que otras puedan regresar, aunque no descartamos su regreso en futuras expansiones o en la hoja de ruta del juego. Nos gusta resaltar las virtudes del juego, pero como en todo, hay algunos cambios que no nos han convencido por completo. Si bien la libertad que ofrece ahora la saga al salir a explorar es un gran avance, esta apertura ha afectado algunos sistemas tradicionales que no terminan de encajar del todo.

Se echan de menos algunos elementos clásicos en la saga
Las misiones de gremio han desaparecido, lo que significa que ya no contamos con un lugar fijo de reunión donde contratar misiones de alta dificultad que incentivaban el rejuego y la completación. En su lugar, tenemos a Alma, quien nos acompañará a lo largo de todo el juego, lo que nos permite comenzar misiones desde casi cualquier lugar. Aunque siguen existiendo misiones secundarias, estas son mucho más limitadas, y su verdadero potencial solo se desbloqueará en el postgame. Ahora, las misiones se activan explorando y encontrando monstruos nuevos, pero desafíos como cazar varias criaturas en una sola misión han quedado bastante ausentes.
Los felyne, nuestros compañeros de caza, también han experimentado cambios. Ya no son tan personalizables como antes, y hemos perdido la posibilidad de formar una banda y asignarles roles específicos o enviarlos de expedición. Aunque su arma y armadura siguen siendo personalizables, este recorte podría estar relacionado con otro aspecto del juego que exploraremos a continuación. Monster Hunter está muy enfocado en la experiencia multijugador, ya sea con amigos o con jugadores desconocidos. Podemos hacerlo de diversas maneras: formando un grupo antes de lanzarnos a la misión o lanzando una bengala de rescate si las cosas se complican en medio de la batalla.
Lo interesante es que, cuando no hay jugadores dispuestos a ayudarnos, algunos bots se ofrecen como compañeros de caza. Esto garantiza que, incluso cuando la vida comercial del juego termine, podremos seguir cazando acompañados. Este sistema nos ha parecido extremadamente útil, ya que la IA aliada está muy bien programada. Sin embargo, este cambio podría explicar por qué los felyne son menos personalizables, aunque no lo justifica por completo.

Las salas de alcanzan los 100 jugadores y es una verdadera locura
Como mencionamos al principio, ahora ya no contamos con una base fija desde donde partir. En cambio, cualquier lugar del mapa puede ser un buen punto de inicio para embarcarnos en una misión con nuestros amigos. Y más aún considerando que las salas de jugadores ahora pueden albergar hasta 100 personas, lo cual es una locura.
Esto permite que veamos a más jugadores, incluso cuando no estamos en una misión, y facilita el encontrar partidas en las que podamos colaborar. Es un acierto total, sobre todo cuando se considera la vastedad del mundo del juego. Aún tenemos muchas cosas por probar, pero sabemos que pasaremos decenas de horas explorando y cazando.
Como era de esperar en una producción de este calibre, el apartado técnico es impresionante, aprovechando al máximo las capacidades de la actual generación de consolas. Los detalles en los monstruos son asombrosos, especialmente aquellos que tienen un sistema de pelaje más complejo, lo que se ve realmente impresionante.
Este nivel de detalle también se refleja en las armas y armaduras, que muestran pequeñas imperfecciones como arañazos, lo que les da un aspecto más realista. Incluso el pelo de los personajes, incluido el avatar, es impresionante, con una calidad y naturalidad sobresalientes en las escenas. Además, la interacción con el escenario está muy bien lograda, y cada fase climática está minuciosamente cuidada para ofrecer una experiencia visualmente rica.

Técnicamente lleva al límite a las consolas actuales
El apartado gráfico también ofrece opciones de personalización, comenzando con tres modos base. Entre el modo rendimiento y el modo calidad (más centrado en los gráficos), hay una opción intermedia que ajusta el nivel de detalle sin sacrificar demasiados fotogramas. Este modo intermedio ha sido el que más nos ha convencido, al menos en la PlayStation 5, que es la plataforma más optimizada para el juego. La tasa de fotogramas puede limitarse en algunos de estos modos, evitando caídas repentinas o fluctuaciones de FPS, al igual que la tasa de hercios.
Siendo justos, la potencia de las consolas actuales puede quedarse algo corta para exprimir todo el potencial del juego, y creemos que en ordenadores de gama más alta, el rendimiento será aún mejor. Además, el día del lanzamiento también se espera una revisión para la PS5 Pro, que estamos ansiosos por probar para ver cómo mejora el rendimiento.
A nivel sonoro, el sonido ambiental es envolvente y, como cabría esperar, está muy bien cuidado, aprovechando las capacidades del sonido 3D de esta generación de consolas. Si decidimos jugar sin auriculares, el DualSense también emite sonidos, lo que resulta útil, por ejemplo, para detectar la presencia de un monstruo a través de sus gruñidos.
Finalmente, no podíamos cerrar esta sección sin mencionar el doblaje al castellano. Algunas voces nos han gustado más que otras, pero en general, la calidad es bastante buena. Como curiosidad, podemos elegir si el felyne habla en su propio idioma o en castellano. Su doblaje ha sido uno de los más divertidos del juego, y además suele soltar consejos útiles durante el combate, que solo podemos escuchar si tenemos esa opción activada.
Conclusiones finales | Análisis Monster Hunter Wilds
Monster Hunter Wilds representa un verdadero avance para la saga. Su mundo expansivo, la evolución de los monstruos y las mejoras en la jugabilidad son claras muestras de que Capcom todavía tiene mucho que ofrecer con esta franquicia. Si tenemos que señalar algo negativo, su mayor énfasis en la historia ha afectado algunos aspectos de la jugabilidad. Ya que la acción en la caza es más directa y menos enfocada en la exploración. Afortunadamente, el postgame sigue brindando una experiencia sobresaliente, manteniendo la esencia de la saga con horas de juego, ya sea en solitario o acompañado.
Aunque Monster Hunter ha renovado algunas de sus mecánicas más clásicas, sigue siendo tan divertido como siempre, si no más. Elementos nuevos como la previsión meteorológica nos parecen realmente impresionantes. Y su apartado técnico es una auténtica joya, sacando el máximo provecho a la generación actual de consolas.
Conclusiones
PROS
- El clima, la organización de los monstruos y como da forma su mundo.
- Mejoras jugables que lo hacen más accesible.
- Gráficamente es una obra maestra más.
CONTRAS
- Algunas decisiones argumentales perjudican la jugabilidad.
- Se han perdido algunos elementos clásicos en la saga.
- Que se acabe el juego.
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