De la mano de Damage State Ltd. en el desarrollo y de Kwalee en la distribución, nos llega Scathe, un nuevo shooter que imita el marcado estilo de los 90. Acción a raudales, sangre y hordas de demonios es lo que nos vamos a encontrar en este título que ya está disponible.
Hemos podido realizar este análisis gracias a un código enviado por la propia distribuidora.
Que tiemble el infierno: la caza ha comenzado
A pesar de que seguramente os suene de algo, Scathe va a ofrecernos una historia bastante típica dentro de su género: seremos un arma fabricada por el Creador Divino en las propias entrañas de la tierra. Nuestro objetivo será muy sencillo: escapar del infierno y arrasar con todos los demonios en nuestro camino.
Para completar nuestro trabajo deberemos conseguir seis runas que desbloquearán las puertas. Estas runas están custodiadas por unos demonios muy poderosos (minibosses para entendernos) y serán de las peleas más duras que tendremos dentro del juego.
Si bien es cierto que el título va a ofrecernos muchísimas horas de jugabilidad, especialmente si queremos encontrar todos los objetos distribuidos, no va a ser todo de gran calidad y nos vamos a encontrar de vez en cuando repitiendo una y otra vez los mismos escenarios. Sí, vamos a tener muchísimas horas a nuestra disposición, y en multijugador son muy entretenidas, pero es un título que nos va a ofrecer una sensación de repetición bastante a menudo.
Armas, acción y un ritmo acelerado
Como no podía ser de otra forma, Scathe va a imitar bastante bien la fórmula de los FPS de los 90: muchas armas, mucha velocidad y gore por todos lados. Sin embargo no solo de eso se nutren esta clase de títulos y la jugabilidad poco a poco se va a volver repetitiva.
Iniciamos el juego con nuestra fiel arma principal, la cual tendrá munición infinita en ambos modos de disparo: metralleta y misiles. Los modos de disparo secundarios tendrán un tiempo de relanzamiento en todos los casos, pero en el arma inicial, además, la munición también será infinita. De esta manera tenemos un arma bastante interesante y que será la que utilicemos la inmensa mayoría del tiempo ya que va muy bien para todas las situaciones.
A medida que vayamos despejando salas y avancemos en el mapa, descubriremos lugares que nos ofrecerán distintas opciones de arma y artefactos antiguos con capacidades únicas. De esta manera, cada vez que acabemos con un enemigo ganaremos almas demoníacas que nos servirán como maná para los conjuros.
Un anillo que nos curará, otro que nos dará un plus de daño y velocidad, un pistolón o un anillo que genera tiempos bala son algunos de los artefactos que tendremos. Estas son las herramientas, además de un buen arsenal de armas como un lanzabalas de fuego, una ballesta o un arma eléctrica, que tendremos a nuestra disposición. Sin embargo, con el pasar del tiempo veremos que las peleas se vuelven repetitivas, en parte por la poca variedad de enemigos. Unos pocos son los tipos principales, que después se dividirán en subgéneros, vamos, los mismos enemigos pero con más vida, un tipo de ataque distinto o que hacen más daño pero que son iguales a los citados anteriormente.
Otro problema lo encontramos a la hora de explorar. Cada mapa puede tener más de una salida y recorrer todos sus secretos será indispensable para poder avanzar. Habrá escenarios con un arma nueva, otros tendrán una reliquia… aunque la inmensa mayoría solo tendrá enemigos y runas ocultas. Estas runas serán la moneda de cambio para poder habilitar las zonas de los minijefes.
El problema aquí lo tenemos en el método de viaje y es que cada mapa tendrá sus puertas y caminos, pero no podremos viajar de un lugar a otro con facilidad. Si estamos en una esquina del mapa y queremos irnos a la otra punta porque cuando encontramos el mapa de un minijefe no teníamos suficientes runas, deberemos recorrer todos los mapas de nuevo que haya en el medio. Esto implica acabar con todos los monstruos de nuevo, buscar en mapas laberínticos… Para los exploradores más aguerridos puede ser divertido, pero cuando ya vas bastante avanzado y quieres ver los minijefes puede ser bastante engorroso.
Los mapas también son sumamente parecidos entre ellos, ya que son zonas del infierno pero que no están muy diferenciadas. Sí que es cierto que encontraremos entornos tipo alcantarilla, otros más volcánicos y demás, pero no hay prácticamente diferencia entre ellos. Eso sí, a menudo, y en los peores momentos, nos encontraremos que es bastante fácil atascarse con el escenario, así que este será otro hándicap a tener en cuenta.
La exploración va a ser una parte fundamental del juego. En ese sentido vamos a encontrar bastantes cosas ocultas y nuestro doble salto y el impulso hacia adelante se volverá bastante importante. La localización y adquisición de runas es una parte muy importante por lo que deberemos prestar bastante atención a los botones ocultos en forma de calavera que hay por los escenarios.
No vamos a encontrar niveles para subir, ni puntos de habilidad para distribuir ni coleccionables ni nada por el estilo. Todo será en base a la exploración y a las armas y reliquias que encontremos. Esto no es algo necesariamente malo. Debemos recordar que estamos ante un juego indie con mucho que ofrecernos.
El multijugador sí es algo novedoso y que pocas veces vemos en esta clase de juegos, al menos el cooperativo. Durante las partidas tenemos un número de vidas finitas que podremos aumentar con objetos repartidos por los mapas. Eso sí, en el multijugador todos comparten las mismas vidas por lo que si iniciamos esta aventura con gente que no conocemos, debemos atenernos a las consecuencias…
Cumple con su propósito en lo técnico
Scathe tiene un marcadísimo estilo al más puro estilo shooter de los 90, pero con un uso del Unreal Engine que siempre le da un acabado bonito. En lo técnico, salvo por los atascos que nos pueden matar más de una vez, la verdad es que funciona bastante bien y no hemos encontrado bugs ni problemas de rendimiento en ningún momento.
El sonido, por otro lado, sí que tiene algunas lagunas. La BSO es muy buena, con pocos pero temas de metal muy buenos, pero en lo que a efectos sonoros tiene algunas carencias. Hay algunos que están demasiado altos con respecto al resto, hay monstruos que nos pueden llegar a dar dolor de cabeza (¿las pelotas suicidas que lloran como bebes?)… Está perfectamente traducido al castellano (salvo por algunos textos que siguen en inglés a la hora de realizar el análisis) con un doblaje decente en inglés.
Conclusiones de Scathe
El juego de Damage State es cierto que tiene cosas muy interesantes que ofrecernos: acción sin fin, multijugador cooperativo, balas, balas y más balas… pero si lo vamos a jugar solos va a volverse repetitivo con el paso del tiempo. En dosis pequeñas puede darnos muchas horas de acción y diversión, pero si no sabemos dosificarnos, por su sistema de mapas y exploración, puede acabar siendo un tanto tedioso. Si a eso le añadimos que las vidas son finitas y que los objetos que las dan no reaparecen, repetir ciertas zonas puede no ser la mejor de las opciones.
Conclusiones
Scathe
Scathe es un título forjado en los infiernos de los shooter de los 90 y que nos va a dar unas cuantas horas de diversión, pero que se pierde por el camino y acaba volviéndose bastante repetitivo. El multijugador cooperativo nos va a salvar sin dudas, pero para los lobos solitarios racionarlo va a ser una necesidad.
PROS
- Acción a raudales
- Una recreación de los estándares de los shooters de los 90 bastante fiel
- Un buen arsenal y mucho gore
- El multijugador cooperativo, qué gran añadido
CONTRAS
- Jugándolo solo se volverá demasiado repetitivo con el paso de las horas
- El sistema de viaje entre mapas nos acabará dando mucha pereza
- Mapas llenos de recovecos que pueden acabar con nosotros fácilmente