Como buenos amantes de las aventuras gráficas, rara vez decimos que no cuando nos ofrecen poder probar una nueva, y menos todavía si vemos en ella claras inspiraciones en algunas tan míticas como I Have No Mouth and I Must Scream o Dark Seed. Strangeland nos llega de la mano de Wormwood Studios, creadores de Primordia, y acompañados en la distribución por Wadjet Eye Games.
Un extraño en una tierra más extraña todavía
El título del apartado en el que hablamos de la historia no está escogido a la ligera y es que todo en Strangeland es raro. Nuestro protagonista es un hombre sin nombre el cual ha llegado a un mundo, una suerte de futuro distópico, donde el carnaval parece ser lo único constante.
Sin saber quiénes somos o cómo hemos llegado ahí, lo primero que descubrimos es que una joven hermosa se arroja a un puente para suicidarse, y no podemos hacer nada para evitarlo. Nuestra primera investigación de qué está sucediendo nos dejará con muchas más interrogantes que respuestas, algo que se incrementa todavía más cuando vemos que la mujer está encerrada en un bucle de suicidio y que hasta nosotros podemos morir constantemente pero que la muerte no es el final.
Además de un chiste malo por parte de nuestro curioso portero a este lugar, una carpa en forma de payaso, morir puede ser solo el principio de la aventura. Muchas veces nos veremos abocados a morir, algunas incluso sin verlo venir, pero es que la muerte en este lugar es muy distinta al mundo real.
Si bien esta historia puede parecer muy extraña, y lo será durante todo el transcurso del juego que dura unas 5 horas, Strangeland nos va a dar mucho en lo que pensar sin dejar de sacarnos constantemente de nuestra zona de confort, tocando temas escabrosos como el suicidio, los asesinatos… Todo ello lo hará manteniendo una atmósfera de lo más espeluznante que nos acompañará hasta su resolución, ofreciéndonos en por el camino referencias a la mitología nórdica y alguna cosilla más que no queremos desvelar.
Jugabilidad clásica con ciertos matices
Strangeland no deja de ser una aventura gráfica point and click, y como buen exponente del género tenemos una jugabilidad de lo más clásica en ese sentido. Su extensión, al menos en cuanto a escenarios, no es demasiado grande, por lo que tampoco vamos a tener que andar cargando muchos objetos de un lado a otro. Por eso nuestro inventario nunca se va a haber rebosante de cosas, ni vamos a estar horas probando qué puede encajar con qué.
Sin embargo no solamente tenemos puzles de uso de inventario, sino que también nos vamos a encontrar algunos que nos harán rebanarnos los sesos. Esto se vuelve especialmente evidente en los usuarios que no estén tan acostumbrados al inglés, y es que algunos nos pedirán una comprensión lectora que nos exigirá un cierto nivel. Sin embargo es algo que se ha solucionado con cierta elegancia, gracias a un sistema de pistas en forma de una cabina telefónica. De esta manera, pulsando 0, una vez nos irá encaminando hacia donde debemos ir, ofreciéndonos a veces la solución directamente si no vemos cómo continuar.
También tendremos algunos puzles de habilidad, pero lo más interesante es que la mayor parte de ellos tienen más de una manera de solucionarse, por lo que nuestra imaginación va a ser una gran herramienta en Strangeland. Durante las 5 horas que dura el juego tendremos una sensación de estar desentrañando una extraña historia, pero que a la vez nos produce una gran satisfacción gracias a el buen trabajo que han realizado a la hora de desafiar al jugador.
H. R. Giger en la memoria
Sería una insensatez por nuestra parte no destacar el trabajo realizado en Strangeland en cuanto a su arte y al apartado técnico, y es que es una maravilla. El juego va a tenernos mucho tiempo en ascuas, especialmente porque al principio todo resulta muy extraño, pero es que el arte del juego y su motor gráfico van a mantenernos en esa sensación constamente.
Los escenarios y, en general, la extensión del juego, son bastante cortos, pero son lo suficientemente potentes como para que cada rincón se pueda disfrutar. Sí es cierto que vamos a tener que estar muy atentos a las localizaciones para no perdernos nada, pero es parte de la experiencia.
En cuanto al apartado sonoro, la localización al inglés es una maravilla, especialmente a lo que a las voces del doblaje se refiere. En un lugar así es complicado perder en algún momento la sensación de descolocación que produce el juego, pero no en este caso. Eso sí, la parte más floja en este sentido la vamos encontrar en la banda sonora, la cual pasa demasiado desapercibida.
Conclusiones de Strangeland
La aventura gráfica de Wormwood Studios nos ha gustado en la misma medida que nos ha descolocado, y es que todo en ella se siente extraño y al mismo tiempo familiar. La sensación de no saber qué estás haciendo, de qué va la historia o de cómo va a terminar ayuda a que esa indefensión sea precisamente la que nos impulse a seguir jugando y a descubrir todos los misterios que se agolpan. Al terminar nos embarga una sensación entre que nos hubiera gustado que dure más y, al mismo tiempo, nos da la sensación de que ya ha sido suficiente, así de potente es la experiencia de Strangeland.
Nota: 8.0
Lo Mejor
- Una obra de culto desde el minuto uno.
- Una sensación de indefensión por parte del jugador que se mantiene durante toda la experiencia.
- Gran apartado técnico y artístico.
Lo Peor
- Puede llegar a resultar algo corto.
- El inglés puede llegar a darnos algún que otro dolor de cabeza en la resolución de ciertos puzles.