Hoy en Game It os traemos el análisis de Assassin’s Creed: Origins, el nuevo título de la saga de Ubisoft que tras dos años de espera nos lleva de vuelta a los orígenes, concretamente al antiguo Egipto de Ptolomeo y Cleopatra.
Sin duda los fans más acérrimos de la franquicia comenzaban a estar saturados tras juegos tan cuestionados como Unity o Syndicate, que aun así mejoraba al título ambientado en París. Ahora con un gran lavado de cara y con un tiempo prudencial de espera, los asesinos esperan volver a conquistar los corazones de los jugadores.
El defensor de Egipto
Una de las grandes características que hizo grande a la saga, fue el carisma de su protagonista, en donde sin duda el gran rey fue Ezio Auditore, el asesino italiano que controlamos en AC2, AC La Hermandad y ya en sus últimos días en AC Revelations. A partir de ahí contamos con una serie de altibajos que no acabaron de convencer al gran público.
Ahora en Assassin’s Creed: Origins parece que hemos vuelto por los mismos derroteros de antaño gracias a Bayek de Siwa, uno de los últimos Medjay (antiguos protectores de Egipto), y que debido a un hecho traumático que no os vamos a desvelar, busca venganza contra grandes líderes egipcios que se han vuelto tiranos.
Debido a esto, nuestro protagonista comienza un largo periplo por el antiguo Egipto, recorriendo grandes ciudades como Alejandria, Guiza, Menfis o incluso el majestuoso Rio Nilo, y encontrándose a grandes figuras como Ptolomeo XIII y Cleopatra VII. Todo este viaje no será solo físico, sino que cambiará el carácter de un Bayek que poco a poco se va encontrando más a gusto con su rol de asesino.
Esta historia es mucho más adulta y profunda que en juegos anteriores, ya que nos adentramos en una historia de venganza, más que en sociedades secretas y organizaciones milenarias. Si bien no es lo mejor que hemos visto en la saga, es una nueva perspectiva que ayuda a renovar el título de Ubisoft.
En Egipto se lucha así
Aunque la trama de Assassin’s Creed Origins sea totalmente distinta a las anteriores, donde se puede ver un cambio profundo es en un sistema de combate mucho más cercano a los clásicos RPG. No estamos ante un sistema demasiado complejo, ni falta que hace, porque creemos que esta evolución es todo un acierto, aportando un toque de profundidad, pero sin llegar a la densidad de juegos como The Witcher.
Como principales novedades tenemos objetos con un esquema clásico de rarezas: rareza común (azul), rareza épica (morada) y rareza legendaria (dorada), así como crafteos de nuestro equipamiento con su lógica necesidad de farmeo de pieles o madera. Además, en Assassin’s Creed: Origins el atuendo no cambia más allá de algún skin, sino que incrementará su poder mediante mejoras, pero sin modificar su apariencia.
Respecto al combate puramente dicho, ahora tenemos un sistema muy parecido a lo visto en Dark Souls, con un botón de ataque rápido, otro de ataque fuerte, otro para cubrirse y el ataque a distancia, quizás de lo más divertido del título.
En esta ocasión también contamos con un árbol de habilidades muy completo, que nos llevará a decidir si ser fuertes guerreros, hábiles cazadores o videntes sigilosos y astutos. Escojamos lo que escojamos no imposibilita ni cambia nuestras opciones en el combate, simplemente potencia ligeramente alguna de ellas, pero sin llegar a ser concluyentes.
Otro punto en el que Ubisoft ha evolucionado es en los enemigos, y es que, aunque parezca mentira, ahora son más inteligentes, y mucho más duros. Ya no esperan “su turno” para atacar, y cuando lo hacen lo hacen por las bravas, y en ocasiones solo el modo Adrenalina nos salvará de una muerte segura.
Por último, mencionar la aparición de un nuevo compañero, nuestra águila Senu. Si bien no es esencial en el desarrollo de la aventura, nos será útil en muchas ocasiones, tanto para localizar puntos de interés o enemigos, como incluso para embestir a ciertos rivales durante el combate, en este caso incluso de forma pasiva.
A lo largo del vasto Egipto
La saga Assassin’s Creed siempre se ha caracterizado por reflejar magníficamente los entornos en los que se desarrolla. Todos alucinamos con Jerusalem y la Cúpula de la Roca, Florencia y Santa Maria di Fiore, El Coliseo en Roma, Santa Sofía de Constantinopla, Notre Dame de París o la Abadía de Westminster en Londres.
Sin embargo, Origins es más que todo eso. Esta nueva entrega nos pone delante el mapa más grande de toda la saga y nos invita a recoger el antiguo Egipto como nunca antes en un videojuego. La pirámide de Guiza, Menfis, el majestuoso Rio Nilo… Todo se une para dar un punto de interés más grande si cabe a un título ambicioso.
Además de esto, estamos ante una aventura larga, incluso si no nos molestamos en buscar coleccionables o hacer la gran mayoría de misiones secundarias (algunas son necesarias para subir de nivel), fácilmente estaremos más de 30 horas solo con la historia principal. Si ya nos dedicamos a disfrutar de todo lo que nos ofrece Egipto, igual rondaremos las 70 horas.
Un mundo que descubrir
Ha llovido ya desde que Assassin’s Creed se convirtiera en un referente gráfico en su momento de lanzamiento en PS3. Desde ese momento quizás haya sido más famoso por sus divertidos y curiosos bugs que por su calidad.
Unity fue el rey del bug, con un Arno monstruoso y sin cara, o cayendo a un vacío eterno. Syndicate mejoró algo este tema, pero claro, al sacar otro juego tan solo un año después, poco se pudo hacer. Ahora en Origins sigue habiendo problemas, sigue existiendo popping, caídas de FPS con muchos personajes en pantalla y bugs la mar de divertidos, ahora bien, esto ya es otra cosa, estamos ante un juego gráficamente muy bueno en todos los aspectos al que somos capaces de perdonarle (más o menos), muchos de sus problemas.
El apartado sonoro es muy bueno en lo que a la BSO se refiere, algo ya característico de la saga. Ahora bien, el problema ya surge cuando hablamos del doblaje español, y es que tiene unos claro-oscuros muy grandes. Vemos muy positivo el doblaje de Bayek con Jordi Boixaderas (Daniel Craig, Russel Crowe), o incluso, hablando de gente “famosa” el de personajes secundarios por parte de Carlos Caparrós de El Canal de Korah. Ahora bien, otros como el de Clara Lago no pueden hacer menos que recordarnos el desastre de Christian Galvez y el Napoleón de Unity.
Conclusiones Assassin’s Creed: Origins
Un servidor es fan de la saga, es más, me declaro seguidor de Unity y del gran Arno Dorian, sin embargo, es imposible negar que la franquicia de Ubisoft estaba pasando por un momento muy bajo y que necesitaba una importante renovación para volver a enganchar a su legión de fans.
Pues bien, Assassin’s Creed: Origins no es perfecto, pero desde luego es un salto de calidad notable y un soplo de aire fresco para una idea que parecía agotada a tales alturas. No estamos ante una revolución, pero si ante un juego que vuelve a ser interesante de jugar y al que le dedicaremos unas cuantas horas con ganas.
Hay que pulir muchas cosas, sobre todo en el apartado gráfico y en el doblaje, sin embargo, una historia mucho más madura, un Egipto majestuoso y horas y horas de venganza en estado puro hacen de este Origins un título divertido, interesante y digno de una de las sagas más importantes de la última década.