Ya han pasado cuatro años desde el lanzamiento de Brave o Indomable, la película de Disney Pixar estrenada en el 2012. Sin embargo, su excelente gusto artístico y su calidad de producción no se han quedado atrás y todavía hoy en día nos quedamos boquiabiertos ante el diseño de cada pequeño detalle del vestuario, los escenarios, los personajes o incluso el atrezo.
Como muchos sabréis, Indomable cuenta la historia de Mérida: una princesa escocesa que vive bajo el yugo de su madre, Elinor (obviamente, la Reina).
En Brave, Elinor pretende convertir a su hija en un reflejo de ella misma, luchando contra sus formas, su manera de caminar, de hablar, de comer o incluso tratando de imponerle sus propios pasatiempos.
Sin embargo, Mérida ha salido más a su padre: un guerrero luchador cojo que perdió la pierna al enfrentarse al gran Mog’ur, un oso diabólico que habita por los bosques. La situación se desmadra cuando Elinor le informa a su hija que los otros tres clanes traerán a sus propios príncipes para participar en una competición de fuerza y habilidad. El vencedor, obtendrá de premio nada más ni nada menos que la mano de su hija.
Mérida se rebela contra esta idea, afirmando que ella debe decidir con quién se casa. Sin embargo su madre es de otra idea y la lucha entre ambas estallará hasta el momento en el que Mérida, desesperada, se lanza al bosque en busca de un hechizo que le permita cambiar su destino.
Indomable es una de esas películas en las que el conflicto no se representa a través de una «malvada reina» o de un «hombre machista y terrible» si no que representa la lucha de las ideas de dos generaciones que se niegan en absoluto a decidir que las tradiciones marquen su felicidad futura. Pero no es sólo eso por lo que hemos decidido hacer un vídeo-análisis. Y es que Brave cuenta con una complejidad técnica exquisita que queríamos compartir con vosotros.