Activision vuelve, un año más, con una nueva entrega de Call of Duty que nos hace retroceder a los inicios de la saga. Call of Duty WWII nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial, uno de los mayores acontecimientos de la historia. Un hecho histórico y una vuelta atrás pedido por muchos seguidores de la franquicia en estos últimos años. Esta vez desarrollado por Sledgehammer, los encargados de devolvernos a las raíces de uno de los mayores shooter del mercado.
Pero… ‘¿le ha sentado bien este retorno?’ y nuestra respuesta a esta pregunta es un rotundo sí, sin embargo también deja a su paso varias taras en el campo de batalla que explicaremos a continuación con este análisis.
Desembarco de Normandía
Call of Duty WWII nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial, una de las guerras más ilustradas en lo que va de década tanto en videojuegos como en el ámbito cinematográfico y literatura. Un hecho que aún tiene mucho que contar y por ello, Sledgehammer ha optado por regresar a la Edad de Oro, poniéndonos en la piel del soldado Daniels en la batalla de Desembarco de Normandía, así como ingrediente principal. Batalla que por cierto sabe plasmar, y con gran acierto, la película Salvar al soldado Ryan, en la liberación de Europa del ejército nazi.
A priori, si juntamos la Segunda Guerra Mundial con el nombre Call of Duty pensamos: “¿qué podría salir mal?” sobre todo cuando sabemos que es un acontecimiento que la franquicia domina. Aunque parezca descabellado, aparecen varios aspectos a tener en cuenta al formular esta cuestión. Y todos ellos dependen del estilo de jugador y cómo se enfoque la situación presentada.
Como hemos dicho, Call of Duty WWII comienza con la batalla de Desembarco de Normandía con el llamado ‘Día D’, pero a lo largo de los capítulos que componen esta campaña viviremos otros pasajes que afectaron a Europa como la batalla de las Ardenas, una gran ofensiva del ejército Alemán nazi en el Frente Occidental. Además, de situaciones campales en donde nos ponemos bajo el control de vehículos como jeeps, tanques o avionetas, dando un resultado atractivo a la par que gratificante.
En un intento de ofrecer una trama seria y adulta, tratando temas como la frialdad de la guerra vivida en la época o incluso el Holocausto, el Modo Campaña presente en Call of Duty WWII se siente un “más de lo mismo” en muchos sentidos. Que, a pesar de empezar con una de las imágenes más impactantes e impresionantes posibles, la trama se desinfla considerablemente por el hecho de no haber sido exigente, por personajes poco carismáticos ni querer mostrar sucesos con más frialdad y detalle. Dejando apenas escenas para el recuerdo a pesar de su espectáculo visual, haciendo que se aleje bastante de los verdaderos acontecimientos de esta guerra siendo una simple inspiración en ella, hasta que llegamos a su recta final. Momento en el que Call of Duty casi siempre consigue sorprender.
La Segunda Guerra Mundial es un recurso que se ha explotado demasiado en las dos últimas décadas, pero sabiendo que es un tema que la franquicia sabe controlar, no llega al nivel narrativo ni siquiera de emoción presente en los comienzos de la saga. Incluso podríamos decir que del género o hasta del criticado Call of Duty Infinite Warfare, que a pesar de su ambientación futura presentó una historia más atractiva e interesante. Y eso que Sledgehammer no tiene problema alguno en mostrar la matanza de cientos de soldados en este título, a cuál más cruel, que viviremos en la historia narrada. Sin embargo, el guión recurre a bastantes situaciones que nos dan la sensación de haberlas vivido en innumerables ocasiones cayendo, además, en clichés propios del campo bélico.
Aunque la campaña no esté a la altura del acontecimiento que quiere narrar, Call of Duty WWII presenta algunos pequeños cambios con motivo de querer refrescar la fórmula. El cambio más significativo lo encontramos en su jugabilidad, que opta por ser un juego más estratégico y terrestre debido a la exclusión de los saltos aéreos y velocidad de los últimos títulos. Dándole una visión clásica, que sin duda gustará a los más veteranos de la serie. Ofreciendo enfrentamientos frenéticos en los que las coberturas juegan un papel muy importante, y esto se debe a la decisión de eliminar la regeneración automática de salud (solo influye en campaña).
Hacía más de 10 años que esta mecánica no se veía en un Call of Duty y en absoluto es un paso atrás en cuanto a su jugabilidad. Gracias a esta decisión, se han implementado otras funciones atractivas que añaden un plus a la experiencia como la ayuda de nuestro pelotón. A medida que vayamos completando misiones, también iremos consiguiendo ciertos personajes que nos ayudarán a reabastecernos cuando tengamos poca munición, nos darán botiquines para recuperar vitalidad o que desvelarán la posición de las tropas enemigas.
Por otro lado, la esencia de los Call of Duty pasilleros de antaño regresa en esta entrega. Sabemos que posiblemente este punto, para muchos de los seguidores será algo negativo, sin embargo para nosotros no va a ser así. La saga en estos años se ha ido haciendo bastante pasillera (eso es cierto), pero en esta ocasión lo hace con un estilo más parecido al de los primeros lanzamientos de la franquicia. Cogiendo como referencia entornos más focalizados a la acción -aunque pequeños-, en donde todo sucede de manera premeditada. Compuesta, a su vez, por un renovado sistema de Quick Time Event capaz de juntar con gran soltura una mecánica vista, por primera vez, en Call of Duty 3 con toques modernos.
Terreno de combate
Call of Duty WWII continúa asentándose sobre la base de la saga en cuanto a modos de juego se refiere, la Campaña impresiona sin acabar de cuajar del todo, sacando pecho con un completo Multijugador y unos Zombis Nazis imponentes capaces de cortar hasta la respiración. Resumiendo todos estos apartados en una gran ingesta de horas de entretenimiento y diversión.
En primer lugar, el Multijugador Online es el que menos cambios ha sufrido en su planteamiento y código de desarrollo. De hecho, es una de las vertientes del juego más continuista con respecto a la jugabilidad. A excepción de las modificaciones requeridas por la ambientación del conflicto bélico en el que se inspira, retocando, de esta manera, todo el contenido de armamento, cosmética y control. Dando paso a enfrentamientos más lentos y estratégicos en donde los reflejos ya no son tan importantes como en entregas anteriores. Ahora, con los pies en la tierra, se piensa mejor.
Asimismo, en este capítulo de la franquicia retomamos costumbres pasadas afectando al sistema de clases -manteniendo la mecánica de Fichas para desbloquear contenido. En donde las divisiones toman un peso importante a la hora de crear nuestro soldado, dejando elegir entre: Infantería, Aerotransportada, Blindada, Montaña y Expedicionaria; todas ellas con cuatro habilidades únicas que ayudan en el combate. De la misma manera, una vez en el menú de clases, a parte de las opciones para escoger armas, tenemos las Instrucciones Básicas. Estas Instrucciones vienen a funcionar como las Ventajas de otros Call of Duty, con la diferencia de poder llevar tan solo una equipada de las 21 disponibles.
Profundizando más en esta vertiente volvemos a tener los clásicos niveles de subida de personaje y armas, así como sus respectivos prestigios con los que demostrar nuestra habilidad. Junto a las demás características del juego como desbloqueo de accesorios o las estadísticas, punto que Activision sabe mostrar muy bien en pantalla y que hará que todo se vuelva más competitivo.
Con respecto las modalidades disponibles, Call of Duty WWII opta por mantener la fórmula, sin apenas arriesgar en absoluto, trayéndonos estilos como los ya tradicionales Duelo por Equipos, Baja Confirmada, Dominio o Tomar la Bandera entre otros que se ejecutarán en un total de 9 mapas disponibles. Destacando Terreno de Juego, una reinterpretación del balón de Infinite Warfare, y el “novedoso” Guerra. Este modo de juego se disputa, únicamente, en tres mapas de gran tamaño diseñados especialmente para él, en el que dos equipos intercambian papeles de atacante y defensores. Un tipo de partida que bebe del característico Carga de Overwatch, pero que sabe muy bien llevarlo a su terreno.
No obstante, entre todos estos cambios que no dejan de ser superficiales, hemos visto un añadido que nos ha agradado e intenta ofrecer algo completamente nuevo a la saga. En Call of Duty WWII tenemos una zona llamada Cuartel general (y no, no es el modo de juego) que funciona como punto de reunión de todos los jugadores presentes en la sala previa o equipo antes de entrar en una partida. Desde este lugar -muy parecido a lo que vemos en Destiny-, podemos realizar una serie de tareas para obtener recompensas, revisar nuestro correo y conseguir sueldo y/o objetos, así como aceptar Contratos o comprar equipo. Complementado por una sección de órdenes con las que recibir más obsequios, una zona recreativa donde probar todas las Rachas de Puntos y más opciones a descubrir.
Junto a esta modalidad tenemos la vuelta de los paquetes de suministros, cajas que nos ayudarán a obtener recursos de todo tipo en el juego. Desde gestos hasta tarjetas de visita, aspectos para armas y nuestro personaje de forma totalmente aleatoria. Estos se pueden adquirir al finalizar una partida, con Contratos y Órdenes, o jugando el Modo Zombis. Aunque también se podrán comprar con dinero real a través de los COD Points.
Y aquí es donde vuelve a caer el sistema de Call of Duty. En un principio estos micropagos no afectan a la jugabilidad multijugador online ni son obligatorios, siendo meras variaciones estéticas o power-ups para enfrentar a los no-muertos. Sí, vale, los Zombis no son una vertiente competitiva como tal pero, sinceramente, este es el primer paso para empezar a cobrar de más, y mucho de más, a un consumidor cada vez más alerta con esto de los micropagos. Dando una ventaja clara a aquellos jugadores que decidan invertir dinero en esta modalidad.
El último Reich
Los Zombis, con el paso de los años, se han ido convirtiendo en uno de los modos más demandados e importantes de cada entrega de Call of Duty. Que, al igual que le ocurre a ciertos lanzamientos de la franquicia, han sufrido sus altibajos. Todos sabemos que los títulos de Treyarch son los que marcan la diferencia con los no-muertos. Sin embargo, Call of Duty WWII nos trae uno de los mejores zombis de los últimos años.
Este modo de juego nos presenta un grupo de cuatro nuevos personajes: Jefferson, Drostan, Marie y Olivia, que se alejan por completo del absurdo y desenfrenado humor vivido el año pasado. Cogiendo una personalidad más seria debido a la forma de contar dichos acontecimientos. Los cuales ahora son oscuros, de las mejores ambientaciones que podemos encontrar en toda su historia.
Y no solo han cambiado los zombis, porque también lo ha hecho su sistema de personalización junto al de combate. La variedad para preparar a nuestro personaje es abrumadora, manteniendo un poco lo visto en Infinite Warfare mejorándolo con más habilidades y mejoras. El Armamento es donde personalizamos la clase a utilizar, bien sea con cualquier arma principal de las disponibles y habilidad especial. En esta ocasión tenemos un total de cuatro distintas a escoger con un efecto único que se ve potenciado con las Modificaciones. Cada Especial cuenta con sus propios modificadores haciendo que se vuelvan más potentes, así como un modificador universal en donde encontramos varias opciones para fortalecer las aptitudes naturales del propio personaje.
Una vez dentro de la partida, como es costumbre, a lo largo y ancho del escenario aparecerán armas esparcidas por las paredes. Al igual que ciertos elementos claves de este sistema como las máquinas de ventajas, la famosa caja misteriosa y los potenciadores, con algunos añadidos, que dejan caer los no vivientes al ser derrotados. Otras novedades que nos han sorprendido, son la del cambio del cuchillo para el cuerpo a cuerpo por una pala (la cual, en ocasiones cuesta dominar) y la opción de poder compartir puntos con nuestros compañeros. Un gesto que da más profundidad y compañerismo al juego.
Ahora bien, con respecto al contenido que este Zombis nos trae, podríamos decir que se hace un tanto corto. Pero luego las sensaciones son totalmente diferentes ante el mando. En un primer instante contamos con dos mapas para esta experiencia. El primero de ellos: El último Reich, que se irá desarrollando a través de oleadas y apertura de zonas, una serie de eventos muy tradicional con un tamaño bastante grande y una gran cantidad de secretos a descubrir y zombis a los que matar. Mientras que el segundo, llamado Gröesten Haus, rompe con la temática situándonos en una casa abandonada en la que hay que sobrevivir de la mejor manera posible. Este último mapa es bastante intenso sacando a relucir los miedos de los no-muertos. Como punto negativo comentar que ya no se podrán sellar las ventanas ni zonas por las que aparecen estas criaturas, añadiendo un pequeño nivel de dificultad.
A pesar de su corto contenido en escenarios de base, que se irán ampliando a medida que salgan los respectivos DLC -para aquellos dispuestos a pagar-, los Zombis de Sledgehammer cumplen perfectamente con su cometido. Ofreciendo lo que todo jugador espera de este gigantesco a la par que adictivo modo.
Segunda Guerra Mundial
Para ir finalizando este enorme análisis de Call of Duty WWII, nos toca hablar un poco de su apartado gráfico y sonoro. La obra de Sledgehammer luce un aspecto visual llamativo y atractivo a la vista, recreando lugares reales con gran soltura mostrando escenarios carismáticos. En donde destacan los elementos cinemáticos que componen la Campaña, con un delicado juego de sombras e iluminación bien ejecutados tanto en el Modo Individual como Multijugador. Eso sí, en ciertos momentos veremos algunas sombras mal representadas haciendo efecto de diente de sierra en su proyección.
Las texturas, por su parte, funcionan adecuadamente en la gran mayoría de ocasiones sin importar la modalidad en la que estemos jugando. Encontrando pocos modelados con una definición menor que los del resto. Haciendo una digna mención a la caracterización de los nuevos Zombis y los personajes presentes en la Historia de Call of Duty WWII, que derrochan una calidad envidiable siendo exactamente iguales a los actores que les dan vida. Un claro ejemplo es el del actor Josh Duhamel como William Pierson o Jonathan Tucker en el papel de Robert Zussman.
Un repertorio de actores que hacen un trabajo excelente en este campo, ofreciendo su cara y gestos además de voces. Otorgando a esta entrega de la franquicia un nivel de doblaje abrumador en su versión original y uno muy notable en la localización al castellano. Respecto a la banda sonora, para cerrar el campo de audio, tenemos un conjunto que no llega a estar a la altura de la producción, destacando únicamente el tema principal que sí sabe muy bien llevar el compás del acontecimiento y algún que otro según qué momento. Eso sí, los efectos de sonido posiblemente sean unos de los mejores de la serie hasta la fecha.
En cuanto al diseño de escenarios del Multijugador, estamos ante un acabado de gran nivel, poniéndose por encima de bastantes entregas anteriores pero sin llegar al de la competencia. Y siendo sinceros, es algo que a Call of Duty casi nunca le ha llegado a importar, ya que, en la mayoría de los casos como en este, han sabido responder con una calidad por encima de lo esperado. Sin embargo, repetimos lo mismo que cada año, se nota que el motor gráfico se está desgastando a pesar de las mejoras que sufre y ya va siendo hora de dar un gran paso hacia delante en este sentido.
Conclusión Call of Duty WWII
Activision por fin escucha a su grupo de seguidores y junto a los chicos de Sledgehammer nos traen Call of Duty WWII, el regreso a los orígenes de la saga y un reinicio muy esperado por muchos de una marca demasiado quemada con el paso del tiempo.
Que para esta ocasión se haya hecho caso -en cierta medida- a lo que la gente pedía, no quiere decir que estemos ante el mejor Call of Duty en lo que va de década. Presenta elementos atractivos y bien ejecutados, y también otros tantos que se llevan lastrando desde hace mucho pidiendo a gritos un cambio urgente. Call of Duty WWII se mantiene firme a su fórmula e ideales, arriesgando más bien poco en sus novedades y trayendo un modo campaña que podía haber dado mucho al consumidor. Donde la jugabilidad se torna continuista en todos sus sentidos, aunque sigue siendo igual de adictiva y divertida que de costumbre. Haciendo que sea un muy buen juego en su totalidad.
Para aquellos que disfrutan de la saga año tras año, es bueno saber que siempre tendrán una entrega con la que pasar el rato. Pero para los que buscan una evolución más profunda y alejarse del “más de lo mismo”, seguirán con esa sensación un año más. Está claro que sigue cosechando un éxito en ventas, no obstante, el que siga siendo una franquicia anual le está pudriendo, poco a poco, por dentro. Un respiro para aclarar ideas y elementos no le vendría para nada mal, sobre todo cuando esta entrega podría convertirse en un buen ejemplo a seguir de cara al futuro.