Lysander Hulus
Valle de Conall
Cimmeria
Mi Rey,
La situación en el Valle de Conall es mucho peor que antes. Los primeros fríos del largo invierno han oscurecido los cielos de Cimmeria y los clanes de tu gente están preparados para la guerra.
No soy un estratega, Señor, pero confía en mí cuando digo que esta guerra no la podremos ganar solos. Los Cimmerios se han agrupado tras empalizadas improvisadas y ruegan porque los Vanir regresen al norte cuando las primeras nieves se aproximen. Conoces bien a tus enemigos, Señor. Los hombres de pelo rojo nacieron entre la escarcha y se criaron con tormentas de hielo. No titubearán cuando caiga el rudo invierno, esparcirán sobre la nieve la sangre Cimmeria.
Incluso ahora, un nuevo peligro subyace por encima de la amenaza de Vanir, se trata de los habitantes del norte, aquí llamados “Ymirish”, y te diré la verdad, mis ojos nunca habían visto antes un tipo de hombres tan viles. De pelo rubio como la paja, la piel de un blanquecino casi enfermizo, con una talla superior a la de un hombre mortal… Anoche, se necesitaron cuatro Cimmerios armados con flechas para abatir a un único Ymirish. Se dice que la sangre de los gigantes helados late a través de sus venas, y estoy seguro que es cierto.
Camino entre la gente respondiendo a los Jefes Torin. Sus propios guerreros están divididos – algunos ruegan por el comienzo de las nieves y desean defender sus pueblos; otros siguen a Kern Wolfeye, el cazador renegado, golpeando a los Vanir en una serie de agotadoras persecuciones. Pero no es suficiente, Señor. Incluso un hombre ciego podría discernir la verdad de mis propias palabras.
Los días aquí se tiñen con los gritos de sufrimiento de los heridos arrastrados dentro del pueblo por sus compañeros de armas. El eco de las noches se agita con los aullidos de las manadas de lobos y las risas lejanas de los locos seguidores de Vanaheim. Tienen mucho que celebrar, con las vidas que ya han segado y la carnicería que está por llegar.
Los Vanir se cuentan por miles y el número de Cimmerios se ha reducido cada vez más, batalla tras batalla. Aquellos que se antepusieron a los invasores en el norte han sido aniquilados, los pueblos de tu gente, han sido quemados, Señor. Las llamas tiñen el horizonte de rojo cada noche, el orgullo Cimmerio no permite la rendición, la ira Vanir únicamente ofrece la destrucción.
Esta noche tengo que contactar con Kern Wolfeye, para preparar el ataque contra las hordas Vanir. El camino hasta Kern no será una aventura fácil, ya que sus espías han sido vistos por doquier. Si ésta es mi postrera misiva hacia usted, considéreme entre los asesinados, arrancado de la vida a su servicio por el caos que está arrasando el valle.
Estamos perdiendo las tierras del norte bajo una tormenta de fuego y sangre, Alteza
El tiempo apremia.
Lysander Hulus,
Agente Leal del Trono