La semana pasada hablábamos de TRON, la original película de 1982 con motivo del estreno de su secuela. Pues ya se ha estrenado dicha secuela y esta semana os hablaremos de ella para todos aquellos que la hayan visto y para los que no, así que no os preocupéis, en este artículo no encontraréis ningún spoiler.
Sam Flynn, un rebelde joven de 27 años es atormentado por la misteriosa desaparición de su padre, Kevin Flynn (protagonista de la cinta original), quien fué tiempo atrás conocido mundialmente como el máximo desarrollador de videojuegos. Cuando Sam va tras las pistas de una extraña señal procedente del local de Arcades de su padre termina siendo llevado al mundo digital para iniciar una aventura trapidante y espectacular en la que tendrá que salvar su vida y la de muchos otros porque el mundo entero está en paligro.
Sam es un tío que cae bastante bien, es un personaje carismático que, a pesar de poseer más del 50% de las acciones de ENCOM, la gran empresa de su padre, se dedica a hacerle una trastada tras otra al consejo admintrativo de la compañía o a dar al traste con todos sus planes de enriquecerse y crecer porque su padre hubiera llevado la empresa de una forma muy distinta si estubiera allí.
La película tiene dos aspedtos fundamentales: La estética, tan importante o más que en la película original, una estética colorista y psicodélica pero a la vez oscura y con un toque algo gótico, y los efectos visuales, teniendo en cuenta que es una pelícuila desarrollada en un mundo completamente imaginario todo está generado por ordenador menos los pocos minutos que se desarrollan en el mundo real.
La música es todo un acierto. La elección de Daft Punk para crear la banda sonora ha sido todo un éxito y la inclusión de temazos clásico ochenteros en los momentos nostálgicos de la cinta es de lo mejor. Eso es algo muy a reseñar, la nostalgia, la película esta llena de guiños a su precuela, no solo en que el mundo y los personajes principales sean los mismos o estén relacionados sino en la aparición de objetos pertenecientes a la veterana cinta, escenas que parecen casi calcadas o incluso frases exactamente iguales y en los mismos lugares, algo que refleja que han querido dejar contentos a los fans de la mítica película de los 80.
Las escenas de acción son espectaculares y las persecuciones en todo tipo de vehículos de luz hacen a la película trepidante y divertida. Hay un personaje (que no nombraré) que está presente durante toda la película con el rostro hecho completamente por ordenador y lo cierto es que, aunque se nota perfectamente no resulta demasiado evidente y «aguanta el tipo» delante de la cámara sin que «rechine».
El argumento y el guión son algo facilones y sin mucho trasfondo pero se desarrolla bastante bien y solo se nota un poco de lentitud en algunas partes de la película en la que se dedican a recordar o a explicar el tema. Se echa en falta, al menos a mi entender, un poco de el «poder» de los programadores que tanto juego daba en la precuela y, sobre todo, la presencia de secundarios y personajes de reparto porque se centra de masiado en los personajes principales sin que estos tengan casi ninguna relación con nadie má y eso llega a cansar.
En definitiva, es una secuela llena de recuerdos a su antecesora, con unos efectos especiales y una música que la hacen merecedora de ir al cine a disfrutarla. El argumento es algo extraño y un poco flojo pero no es lo más relevante en este tipo de cine ¿no? Yo reconozco que la disfruté bastante y a pesar de que nunca la colocaría entra las mejores del año, si que creo que es uno de los mejores y más divertidos productos cinematográficos para estas fiestas.