La actividad de un gamer, un fanático de los videojuegos, requiere de una habitación preparada a conciencia para ello. Elementos como el ordenador, la iluminación o las sillas ergonómicas de oficina, entre otros aspectos de la habitación, son clave y su ubicación y características influyen en la creación del mejor ambiente para jugar.
La silla es uno de los elementos centrales de la habitación de un gamer. Es la herramienta que le sostendrá tanto en los momentos de mayor dinamismo como en aquellos en los que el cansancio empiece a hacer mella. Es importante que ésta sea de máxima calidad, cómoda y se adapte a las características de esta actividad. Elegir sillas de color azul o negro siempre es un acierto, gracias a su combinación con todo tipo de mobiliario. Es recomendable que la mesa vaya en la misma sintonía.
La decoración de la habitación dedicada a jugar debe ser sencilla, pero especial. Algún elemento decorativo que genere motivación siempre es positivo, como algún póster relacionado con el juego preferido, alguna figura de sus personajes más icónicos o los diplomas o premios que se hubieran conseguido, si así fuera, en el caso de jugadores profesionales o amateurs que asisten a competiciones.
Una decoración con más elementos puede generar distracciones en el jugador, que nunca debe olvidar que el elemento central de la sala debe ser el ordenador. La colocación de los elementos de una habitación es muy importante. La mesa debe ser amplia y estar situada lo más alejada de la puerta con el objetivo optimizar el espacio y evitar la sensación de agobio cuando el usuario está jugando. Si hubiera alguna estantería u otro elemento en la habitación, la mejor opción es alejarlos de la vista del jugador, ya que podría distraerle.
La iluminación es un apartado fundamental dentro de una habitación de un gamer. Los videojuegos se desarrollan bajo un ambiente muy diferente al que se vive día a día en la realidad, por lo que exigen la creación de un contexto tematizado en el lugar donde se va a jugar. Esto puede conseguirse a través de las luces que van a iluminar la sala en la que se encuentre el ordenador.
Una iluminación cálida o blanca, con colores fuertes o suaves; todo irá en función de la modalidad del videojuego así como de los gustos del jugador. Luces tenues y sin alteraciones o con poca velocidad en los cambios de intensidad o color van ligadas a juegos tranquilos, de arcade; o incluso deportivos. En cambio, si se busca mucha acción y dinamismo, entonces hay que optar por cambios más bruscos que generen un continuo espacio de actividad.
A diferencia de hace varias décadas, cuando los videojuegos se asociaban a todo tipo de ordenadores; ahora hay máquinas específicas y muy desarrolladas, enfocadas principalmente para jugar. Esto también se aprecia en el teclado. Se han comercializado teclados especializados para jugadores en los que estos encuentran todo tipo de comodidades para disfrutar del juego. Suelen ser más grandes que los convencionales, para que las manos tengan mucho margen de movimiento. Disponen, además, de algunas teclas especiales y un ratón, también característico de los vídeojuegos, que suele presentar algún tipo de luz.