Mucho ha llovido desde que Zack Snyder en el año 2006 llevase a la gran pantalla el espectacular comic de Frank Miller titulado 300, donde nos contaban las aventuras del rey espartano Leónidas y de cómo, a pesar de las predicciones de los Éforos, se aventuró hacia la batalla en las Termopilas junto a sus 299 compañeros contra el grandioso Jerjes, Dios-Rey de los Persas.
¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya de su primera parte?, ¿qué es una de las mejores películas de acción de la historia? Lo es; ¿qué es la película más salvaje y violenta de los últimos años? Lo es y nos gusta que lo sea.
¿Alguien de verdad cree que se puede superar esta escena? Dejad de pensar en ello porque realmente es imposible: plano secuencia incluido y especial mención a las portentosas actuaciones de Gerard Butler y Michael Fassbender.
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Zack Snyder impuso un estilo que marcó un antes y un después en la historia del cine actual, copiándose hasta la saciedad en otras muchas cintas, pero sin el mismo resultado tan sobresaliente, aunque más que interesantes: Immortals, Spartacus la serie, etc.
Admito que me llevé una decepción y me asusté bastante cuando me enteré que iban a hacer una segunda parte de ésta 8 años después, que el director no iba a ser Zack (ya que está inmerso en “Superman vs Batman”, después de hacer “El Hombre de Acero”), y que el dibujante y guionista Frank Miller ni siquiera había acabado el comic “Xerxes” en el que, se supone, está basado. Tampoco me gusta Eva Green cuando intenta ir de mujer sexy (no me convences) y menos aún me gusta el protagonista elegido para esta cinta, un tal ¿Sullivan Stapleto?… que os puedo asegurar ya no va a estar al nivel del añorado Leonidas/Gerard Burtler.
Debo confesar que Zack Snyder es uno de mis directores favoritos, no sólo por lo que es capaz de hacer en la postproducción de cada una de sus películas, sino también por cómo es capaz de afrontar retos y llevarlos a cabo de manera sobresaliente como en Watchmen y la posterior Man of Steel: no tengo un adjetivo malo que ponerle en su dirección y montaje, la verdad.
Con todos estos puntos en contra, me dirigí al cine a ver qué me encontraba en “300, el origen de un Imperio”, con el siguiente resultado:
– Espectacularidad en numerosas secuencias y un exceso de hemoglobina digital se dan la mano en un cocktail donde lo más abandonado es su guión, seguido de una música étnica que no aporta nada a nuestros oídos.
– Hay tantísimas escenas Slow Motion que si se reprodujesen a una velocidad normal esta cinta sería más un corto que una película de hora y media. Todo esto conlleva a que no sepa transmitir esa “epicidad” que tan bien marcada tenía su predecesora.
– Eva Green y Rodrigo Santoro, (Artemisia y Jerjes respectivamente), salvan la película gracias al SpinOff, (historias anteriores), de cada uno de sus personajes, cosa que realmente merece la pena ver. Buenas actuaciones que eclipsan al resto de personajes que en ella aparecen.
– Destacar y dar las gracias de que Sullivan Stapleto, (Temístocles), tenga pocas líneas de diálogo y que lo mejor que haga sea matar persas, ya que, cada vez que toma la palabra ante su batallón intenta soltar un discurso lleno de tópicos y frases hechas, pretendiendo así ponernos la piel de gallina sin conseguirlo, imitando al gran William Wallace y sin que llegue a convencer a nadie… Esto no es Braveheart.
Terminaré diciendo que, en líneas generales, no es una mala secuela, solamente es innecesaria a más no poder. A ratos se hace pesada, puesto que la historia no engancha y no te sientes identificado con sus protagonistas, (todo lo contrario que con Leónidas y sus bravos guerreros).
Espero que se piensen muy mucho el hacer una tercera parte, (que vistos los datos de taquilla la harán), y si es así, deberían, desde Frank Miller como todos los guionistas, preparar una historia digna y poner menos interés en buscar la perfección estética, ya que, hasta la historia de Teseo, armado con el arco Epiro contra los Titanes vista en Immortals es muy superior a lo visto en 300: El origen de un Imperio.