Esta semana en Game It hemos vuelto a ir al cine, esta vez para ver otra de las favoritas a los premios Oscars y que, a título personal diré que si el jurado de esos premios fuese imparcial y objetivo al 100%, La Teoría del todo (The Theory of Everything) seria galardonada con gran parte de estos premios.
Os dejamos con su tráiler y con su posterior crítica:
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Tenía muchas, incluso demasiadas ganas de ver esta película, ya que Stephen Hawking (persona y científico) siempre me ha interesado mucho, desde su vida hasta todo su trabajo que rodea al espacio, agujeros negros, universos, y como no, el tiempo. Si hemos visto el tráiler, uno puede pensar que la película se va a centrar mucho en su vida sentimental, desde que conoce su querida Jane en la facultad hasta que su enfermedad degenerativa se agrava de manera inimaginable, y así es, aunque también nos deja detalles de su doctorado sobre el tiempo y algunos datos científicos sobre los agujeros negros que se nos muestran de una manera “coloquial” para que todos nosotros, los espectadores no científicos, podamos entenderlo.
El cine inglés nadie duda de que tiene un “algo” especial a la hora de contarnos historias, como ya hicieran en su día filmes como Expiación, El discurso del Rey y este año La teoría del Todo. Ese ambiente, esos escenarios, esos colores tenues, ese amor con el que está rodado atraviesa la pantalla y llega al espectador entusiasmando y encantando, cosa que Hollywood muchas veces intenta imitar pero que aún no ha sabido hacer.
Hay dos factores claros que hacen que La Teoría del todo sea simplemente perfecta. El primer factor y más claro es la simbiosis de la pareja de protagonistas, Eddie Redmayne como Stephen y Felicity Jones como Jane. Pura química entre ellos que hacen que te creas ese amor que los ha llevado a todo lo que son hoy en día, un amor incondicional y verdadero. Debo hacer hincapié en la espectacular actuación de Eddie Redmayre, el cual yo conocí gracias al musical de Los Miserables. No solo imita a la perfección a Stephen, expresiones faciales y movimientos, sino que lleva la actuación a un nivel superior haciendo justicia a toda la vida de Hawking, el cual, debe estar orgullosísimo de verse con tal fidelidad en la gran pantalla.
¿Supera la actuación de Eddie Redmayne a la de Michael Keaton en Birdman? Yo diría que sí.
El segundo factor que hace grande a esta película es el hecho de que esté basada en una realidad, esa realidad que hoy en día podemos seguir apreciando en Stephen Hawking cada vez que lo vemos postrado en su silla de ruedas. Lo realmente destacable de Stephen es que, aún teniendo estos problemas físicos que le han acompañado durante la mayor parte de su vida, éstos no han sido capaces de recluirlo, ni quitarle así las ganas de vivir y disfrutar del día a día.
La verdad es que no quiero desvelar mucho más sobre esta cinta que, para un servidor, ha superado con creces lo que esperaba de ella siendo posiblemente la película más bonita que voy a ver en este 2015. Con una cuidada dirección, fotografía y montaje de la mano de James Marsh su teoría del todo ha sido capaz de emocionarnos (soltando alguna que otra lagrima), hacernos reír, y como no, hacernos soñar, soñar en lo que Stephen quería conseguir y que sigue empeñado en ello pese a sus limitaciones físicas, el saber todo sobre el tiempo, como funciona y lo más importante, ¿podremos volver atrás y cambiar el futuro reviviendo un pasado que podemos intentar convertirlo en perfecto? Solo Stephen Hawking lo puede conseguir.