Existe la creencia de que abusar de los videojuegos daña el desarrollo neurológico de las personas. Incluso hace algunos años era típica la expresión de “si juegas tanto te quedarás tonto”. Pero nada más lejos de la realidad.
El avance de la medicina y de las nuevas tecnologías juega a favor de los videojuegos para terminar con estigmas y falsas creencias. En los últimos años se ha demostrado que el uso de la realidad virtual y de los videojuegos es de gran ayuda para la rehabilitación de enfermedades neurológicas.
“Los videojuegos estimulan la movilidad, el habla y la coordinación cerebral”, explica el doctor Francisco Javier Carod Arzal, neurólogo y miembro de la Sociedad Española de Neurología. El especialista comenta que los juegos y aplicaciones de realidad virtual “aportan estímulos para mejorar incluso la toma de decisiones y los déficits de atención”.
Patologías como el alzhéimer, enfermedades neurodegenerativas, trastornos de ansiedad o depresión son algunos de los ‘males’ que se pueden tratar a través de las nuevas tecnologías. No se trata de dejar a un lado la medicación y los tratamientos tradicionales, si no de servirles de apoyo. Pacientes con fobias como a algunos animales o a espacios cerrados, entre otras, se han cometido a terapias de realidad virtual enfrentándose progresivamente a sus propios miedos, obteniendo resultados muy favorables.
El doctor Carod insiste en que no hay que pensar en los videojuegos tal y como los conocemos en el sentido lúdico y recreativo estricto, sino que hay que imaginarlos como “un método de interacción entre el juego y la persona, un proceso de aprendizaje”.
La otra cara de la moneda
Los abusos nunca son buenos, en ningún aspecto de la vida. Según el especialista en neurología, “el exceso en el uso de los videojuegos tiene un efecto pernicioso y puede afectar a la socialización de una persona, sobre todo en la etapa adolescente”, advierte Carod.
Aún así, explica que todos los videojuegos son estímulos para el sistema neurológico y por ello “tienen su aporte tanto externo como interno”. Hay algunas excepciones, los contenidos excesivamente violentos o sexuales pueden afectar negativamente al usuario. “Un exceso en las horas de juego puede alterar el ritmo de sueño y generar ansiedad, depresión, frustración y problemas a nivel físico como contracturas o lesiones oculares”, advierte el doctor.
Precisamente esta semana ha tenido lugar en Los Ángeles la convención mundial del videojuego, una cita ineludible para los amantes de la realidad virtual. Allí se han presentado todas las novedades de una industria que no conoce límites y que ha osado traspasar las fronteras de la medicina y de la ciencia.