He de reconocerlo, no soy un consumista desmedido que se deja llevar por el primer impulso y compra las cosas nada más salir al mercado. Con el tema de los videojuegos soy igual de precavido. Leo críticas y comparaciones, espero a que bajen los precios y siempre compro los juegos de importación para intentar conseguir el mejor precio posible y sin sorpresas desagradables.
Si un juego me interesa mucho veo material de él antes de su salida al mercado intentando no spoilearme y una vez que tiene fecha de salida concreta entro en Zavvi, compruebo el precio, investigo el idioma de su versión y empiezo a barajar la compra mientras espero a que bajo algo el precio. Todo esto lo hago por dos motivos: la convicción de que es absurdo pagar los hasta 70€ que te cobran en una tienda por un juego recién estrenado y porque, a pesar de ser un afortunado con trabajo, no soy rico. Para que nos vamos a engañar… Pero todo esto no se puede aplicar a las plataformas de descarga y mucho menos a PlayStation Network.
En las plataformas de descarga puedes esperar la oferta, pero poco más. No puedes buscar alternativas para descargar el contenido más barato o antes a no ser que seas un suscriptor de cierto tipo o tengas un código para la descarga otorgado por los hados a las distribuidoras. Sony lo vió claro cuando creó PlayStation Plus, su sistema de suscripción «premium» para PlayStation Network. Cada cierto tiempo aparecen contenidos exclusivos para los usuarios suscritos en este programa que pueden resultar más o menos interesantes, pero no llegaban a tentarme hasta hace bien poco.
Suscribirme a Plus me parecía un gasto innecesario. En ocasiones hay contenido que me tentaba, pero no tanto como para hacer el gasto. O bien esperaba a que el contenido pasara a ser «abierto» o me conformaba con el contenido al que podía acceder y ya está.
Hace un par de semanas lo ví, ahí estaba uno de los mejores juegos descargables en PSN: Plantas contra Zombis, el ya clásico de Pop Cap GRATIS (la palabra mágica) si eras suscriptor de PS Plus. Entonces surgió la duda. Sin ser suscriptor de el juego me costaría 14.99€ y tres meses de PS Plus me costaba lo mismo. Sony lo había conseguido, me encontraba haciéndome suscriptor de Plus. Me hice mi cuenta de tres meses y ahora cada actualización de PSN puede traer contenido interesante (o no) y cada vez que veo un GRATIS (de nuevo la palabra mágica) en color amarillo me apresuro a pulsar la [X] como si mi vida dependiera de ello.
Estos de Sony saben lo que se hace, no han llegado a ser lo que son por casualidad, está claro. Conmigo han logrado lo que no parecía posible y seguro que con más usuarios también lo han conseguido. Ahora Sony está empezando a revitalizar su plataforma con un nuevo plan lleno de contenidos exclusivos y clásicos de PS2. Espero contenido jugoso, pero ya se verá.
Ahora solo me ronda una pregunta: ¿Me volverá a pasar? ¿Volveré a picar dentro de unos meses, cuando mi suscrcipción caduque, al ver algún otro «caramelito»? Ya os contaré…