Moonray Studios, es un pequeño estudio independiente que en el año 2015 decidió dar un cambio radical a su estructura y manera de trabajar planteándose colaborar con otros medios interactivos. Así surgió una propuesta de videojuego con un guión de unas 40 páginas, el cual recibió el nombre de Debris, lanzado recientemente en Steam.
Bajo del mar…
Lo que nos encontramos en Debris es un Walking Simulator con toques de terror y que consigue crear tensión con el ambiente y los enemigos que se van encontrando, todo esto con un pequeño toque de shooter que hace que el juego sea entretenido a la vez que interesante.
En Debris, un meteorito que cayó en la tierra, va a ser investigado por la empresa Atlas. Esta empresa quiere encontrar una nueva fuente de energía, para ello contratan a Ryan, un reportero que tiene la función de explorar el interior de Debris acompañado de Sonya. Una vez iniciada la aventura encuentran una serie de complicaciones por el camino que harán que su periplo por el interior del meteorito no resulte ser muy agradable.
Hay que decir que la parte de la historia cuenta con una introducción corta pero eficaz, que se va a ir revelando a través de los diálogos de estos exploradores mientras van descubriendo que se oculta en el interior de Debris. Momentos de angustia, de no saber cómo salir de allí y de descubrir que no todo es lo que parece permiten estar prácticamente sin parar de jugar durante las aproximadamente 3 horas que dura el juego.
En cuanto al apartado jugable personalmente creo que se descuida, aun siendo un walking simulator, ya que prácticamente lo que mas vamos a hacer es nadar por túneles laberínticos y entre medias encontrar una serie de enemigos que tendremos que destruir o distraer de la misma manera… durante las 3 horas de duración que ofrece. Es algo que en otros juegos del mismo género se ha visto más cuidado intentando meter nuevas mecánicas… por lo que al final da la sensación de que, aun siendo un «juego de andar», sientas que haces más cosas y más variadas. Además de lo dicho, el juego se basa en seguir a tu compañera Sonya, la única que porta algo de luz y principal remedio contra la completa oscuridad, por lo que si jugamos solos con la IA tendremos una papeleta bastante fácil delante ya que solo siguiéndola podremos acabar el juego inequívocamente.
El enigmático fondo marino
En cuanto al apartado gráfico y al diseño de los escenarios ,como ya hemos comentado, se trata de túneles laberínticos que de vez en cuando acaban en una pequeña zona abierta. No aportan demasiado y no hacen que el juego luzca mejor, sumado al gran porcentaje de momentos de completa oscuridad que tiene el juego. Sin embargo, en los enemigos sí podemos ver un aspecto artístico más claro y depurado, ya que aun siendo fauna marina se le introduce una luz a cada uno de ellos que además de darle un aspecto atrayente permite indicarte al jugador en qué estado se encuentra: verde significa tranquilo; azul es que esta incómodo y rojo es que esta alterado y querrá pelea.
Algo que me ha parecido sorprendente es el sonido ambiental y la música, ya que sin duda meten mucho en la situación que se esta viviendo y no desentona en ningún momento. La tensión en los instantes críticos se elevaba gracias a ciertos temas o sonidos.
Se respira cierto clima de terror, aunque con esto tampoco quiero decir que personas que son reacias a este tipo de juegos deban preocuparse, no es un juego que se centre en eso, y posiblemente los únicos momentos en los que puedas asustarte o tener miedo sean en los primeros 30 minutos.
Conclusiones de Debris
Si ya eres veterano en esto de los Walking Simulator es posible que encuentres Debris como un juego bueno pero un poco repetitivo. Aunque cuenta una historia que puede interesar, su corta duración y la poca variedad de situaciones que presenta condenan en cierta medida al título. Aunque una cosa esta clara, para la gente que se adentra por primera vez en este género puede ser una buena oportunidad de iniciarse.
