En respuesta al último artículo de opinión que publiqué (aquí os lo dejo, sobre todo para que hagáis memoria y leáis alguno de los comentarios) veo que ha escocido mostrar ciertas realidades, ya que muchas personas siguen sin querer ver lo evidente. Comentarios como el de Paula me han hecho plantearme muchas cosas y he decidido darle una vuelta de tuerca. Vuestra opinión me importa y me hace mirar las cosas desde otro prisma y he estado toda la semana buscando información.
Retomando el artículo, desde mi punto de vista actual (el de un ateo converso que antes era nintendero), he decidido demostrar el porqué de mi cambio de actitud. Como nintendero debería defender los siguientes argumentos:
- La consola de Nintendo es innovadora.
- Tiene un gran catálogo de juegos.
- La potencia gráfica no lo es todo.
¿Pero sabéis? La realidad es que no hace falta que defienda todos esos aspectos, son puntos que la gente puede creer o no. Además tampoco se puede obviar la otra cara de la moneda.
- Wii U quiere vender innovación y para ello usa el «tableto mando», pero aún no ha sacado ningún título que lo use de manera brillante.
- La mayoría de juegos son versiones avanzadas de franquicias ya existentes: Véase Super Mario 3D World o Zelda: the Windwaker HD.
- La potencia gráfica no lo es todo, pero es importante. Sobre todo para que las third parties puedan desarrollar títulos multiplataforma para la consola, sin que parezcan de la pasada generación.
¿Cuáles son las muestras de humo más grandes que hemos encontrado en los últimos tiempos? Voy a empezar con mi favorita. Mi querida Nintendo. Sí, voy a desmontar una realidad que me duele más a mí que a cualquier otro jugador.
La que debería ser mi consola preferida tiene grandes juegos pero siempre son los mismos. Estoy deseando que llegue el nuevo Zelda (por ahora solo hemos visto un vídeo que está claro que es puro humo; es imposible que Wii U pueda mover eso), el nuevo Super Smash Bros y otros juegos que darían un gran empujón a la consola, como un Pokèmon de sobremesa (solo imaginarme las cosas que se podrían hacer con el mando… ¡Pero si es como tener una Pokedex en la mano! Y si a todo eso le añadimos los Amiibos… Nos pueden dejar en la ruina. Señores de Nintendo, ¿a qué están esperando?).
Me he quedado contento con Mario kart 8, con Donkey Kong Country y con el reciente Bayonetta 2. Son grandes juegos, de eso no cabe duda, pero no son suficientes. Cuando hace dos años salió Call of duty: Black Ops 2 para la negrita de Nintendo pensé:
“Gráficamente tampoco parece que se vaya a quedar tan atrás”.
Cada vez que resuena esa frase en mi interior me dan ganas de meter la cabeza en un agujero como un avestruz y no sacarla hasta que salga la próxima consola de sobremesa de Nintendo, si es que sale. ¡Qué ciego estaba! Y no lo digo por el orzuelo en mi ojo derecho.
Si cojo un juego de lanzamiento de Xbox One, como fue Ryse, y lo comparo con cualquier juego actual de Wii U… las comparaciones son siempre odiosas. Y ahí un nintendero como yo debería decir, –los gráficos no son importantes, lo que importa es lo innovadora que es la consola y los juegos tan buenos que tiene-. A ver, vale que ninguna consola en la actualidad tenga un catálogo maravilloso. Supongo que conforme avance la generación eso irá mejorando. Por ahora, estamos en la generación refrito. Lo mejor de Playstation 4 es The last of Us, un juego remasterizado de Playstation 3 y lo mejor de Xbox One puede ser Forza Horizon 2, un juego que aunque luce muy bonito y es muy divertido no es un juego que pueda vender consolas como puede hacerlo Zelda o Uncharted.
Pero el caso de Wii U es más triste que el resto, porque nos vendieron una consola, según ellos, con una potencia suficiente para esta generación y no es cierto. Pero lo peor es que han abandonado el «tableto mando» antes incluso de darle uso. Más triste todavía es que Zombi U, un juego third party de lanzamiento, sea el que mejor uso le ha dado a sus funcionalidades (no me gusta comparar los minijuegos de Nintendo Land porque, aunque están muy bien, se han quedado a medias por completo y otros esfuerzos como Pikmin 3 tampoco son válidos).
Reconocer los errores, querer compensar al usuario y darle motivos para comprar su máquina es lo que Nintendo debería hacer en estos momentos. Tienen una gran oportunidad con el próximo Black Friday y las navidades, de vender algo más de lo que lo haría en estos momentos (a pesar de la subida en ventas de los últimos meses). Tiene grandes juegos: Bayonetta 2, el nuevo Super Smash Bros Wii U que va a salir en breve, y los que han salido hace unos meses atrás. Bajar el precio de la consola, con esos títulos en las estanterías y regalando algún juego, como hicieron con la promoción de Mario Kart 8, sería una gran estrategia comercial. ¿Lo van a hacer? Lo dudo mucho (si ocurre algo así, quiero mi parte del pastel, Nintendo). ¿Qué más soluciones existen para mejorar la triste situación de la consola de sobremesa en la actualidad? Facilitar a las third parties el desarrollo en su consola. Vale que los juegos de Nintendo son excelentes, pero necesitan el apoyo de compañías externas que también hacen productos muy interesantes, véase Evolve o el cercano Rime de Tequila Works.
Dejo ya a Nintendo en paz, (y mirad que me cuesta, porque es una compañía que me ha dado muchas alegrías… y verla en esta situación me da mucha pena) y me centro en la humareda más grande de Sony, Driveclub. Un juego que se ha retrasado once meses. Iba a ser de lanzamiento y aún a día de hoy no ha salido en PS Plus de manera gratuita, ni lo va a hacer en el próximo mes de noviembre. Tenemos la versión completa (tanto en físico como en digital) pero sigue sin dar soporte a un online decente. Han tardado casi un año en sacar el juego, pero desde el E3 ¿se ha visto alguna mejoría? Como nintendero que soy me importan muy poco los gráficos. Me conformo con casi nada, pero si comparo las imágenes que nos mostraron en el E3 con lo que podemos jugar en la consola… no es ni por el forro similar. Ahora es cuando los fanáticos más alocados de Sony me van a tachar de todo:
«Estás atacando a Sony y a uno de sus juegos».
Espero que si habéis llegado hasta aquí, hayáis visto cómo he atacado con todo a la consola que más me gusta, pero la realidad es alarmante. El humo que nos enseñaron de ese juego todavía nubla mi visión. No es lo que nos prometieron y por eso me siento engañado por Sony.
Es la generación también de los retrasos. ¿Cuántos juegos se han ido postergando hasta fechas tan lejanas como febrero de 2015? Driveclub se retrasó lo suyo. Otros juegos que aún no se han dignado a aparecer han sido por ejemplo The last guardian (aunque en su defensa diré que no es que se haya retrasado, es que aún no se ha dicho ni cuándo va a salir, pero no por ello van a dejar de sacar humo para hypearnos) o Final Fantasy XV (otra saga que me fascina pero que tenía que haber salido la generación pasada). Recordad que iba a ser en un principio Final Fantasy XIII versus y de eso hace ya más de ocho años (aquí os lo explico todo). ¿Cuál es la explicación que nos dan? Silencio y que quieren sacar el mejor producto posible.
Sony ha vendido muy bien este año al ofrecer una consola competitiva en precio y con altas capacidades, pero nos vendieron la moto de la necesidad de la nueva generación y lo que estamos recibiendo son remakes de juegos de Playstation 3 con un lavado de cara, muy bonito por cierto, pero solo con eso unos cuantos retoques (no como lo que le han hecho a la pobre Renee Zellweger). Tomb Raider, The last of Us, el futuro Grand Theft Auto V… Son juegazos, sin ninguna duda, pero ya los hemos disfrutado (entendedme, he calificado a The Last of Us con un 10 y no me arrepiento) pero siempre he pensado que es un juego que podía haberse evitado. ¿Por qué lo ha sacado Sony? Para acallar las voces que son menos fanáticas de PlayStation. Los consumidores no somos tontos y vemos la realidad.
Ahora vamos con mi querida Microsoft. Xbox One nos dijo que Kinect 2 era la panacea, la solución y el futuro de todos sus juegos: «Lo mejor de la consola y un producto imprescindible». Y es cierto, es una utilidad inigualable e indispensable. Aquellos que lo tenemos lo disfrutamos, pero al igual que pasa con el «tableto mando» de Wii U, aún está muy verde y el uso que se le da es mínimo. No solo eso, sino que además para competir contra Sony, ¿qué hacen? Sacan un pack de la consola sin Kinect, porque en realidad no era tan necesario.
¿En qué quedamos? Es que no me aclaro. La niebla es tan densa que apenas distingo si estoy viendo a Sony o a Microsoft. ¿Es un gran uso? Sí. ¿Se lo están dando las desarrolladoras? Con cuentagotas. Solo con juegos como Dance Central se le ha dado uso a esta característica de la consola. Vale que gritar en Ryse: -«Disparad una salva«- es una maravilla y hace que te sumerjas más aún en el juego, pero solo es eso, un comando de voz y nada más. ¿Dónde están esas funcionalidades increíbles que nos iban a dejar atónitos? Sigo sin verlas y la confianza del usuario se pierde al ver que la propia Microsoft decide vender la consola sin Kinect. En cambio, el uso que le da Alien Isolation me parece brillante y así debería ser con muchos más títulos. Pero si de veinte juegos que salen, solo dos le dan buen uso… la estadística es desoladora.
No es un «aparatito» cualquiera, cuesta 100 euros la broma. Tampoco me parece justo por parte de Xbox One todas las limitaciones que ha puesto a su consola desde un primer momento, pero sí que valoro positivamente su rápida actuación para solucionar los problemas y adaptarse en gran medida a las quejas del usuario.
Otra de las cosas que no me ha gustado, en todas las consolas de esta generación, son las continuas actualizaciones de software. No pasan ni dos semanas sin que se actualice algo por tener algún error. No me parece mal que lo arreglen, pero me hace pensar que muchos de los errores podrían haberse solucionado, si no hubiesen tenido tanta prisa en hacer caja. El ejemplo más sangrante es el de Battlefield 4, un juego que salió a medias pero que necesitaba salir de lanzamiento. ¿Por qué? Para vender lo máximo posible aprovechándose del tirón de la nueva generación. ¿Hace falta que recuerde el hype de Watchdogs y sus imágenes y en qué quedó al final? No, ¿verdad?.
Todo esto que he dejado aquí plasmado son humaredas que se han ido levantando conforme pasaba el tiempo. Pueden ser más escandalosas de un lado que de otro, pero lo que está claro es que ninguna compañía ha cumplido lo que prometieron desde el minuto uno. Siempre han ido reculando para bien o para mal. Los jugadores no tenemos esa opción. Nadie nos devuelve el dinero de la consola que hemos comprado, ni tampoco el de los videojuegos. Es culpa solo nuestra, pero cuando la información que se nos da está maquillada, para que parezca otra cosa, ahí ya sí que nada podemos hacer.
Estimadas compañías a las que dedicamos parte de nuestro dinero. Está muy bien que os aprovechéis de nuestra ansia, pero es vuestro último aviso. Muchas veces pienso si de verdad era necesario tan pronto el salto de generación y con vuestra actitud cada día me lo replanteo más. Os vanagloriáis asegurando que la Next Gen tenía que llegar ya y que estabais preparados. Permitidme que sea escéptico. Ha pasado ya un año y aún no hemos visto nada increíble, solo humo. Espero que muy pronto pueda sacudir mi vista, respirar con tranquilidad y ver de nuevo con claridad. Si de verdad estáis listos, este 2015 va a ser vuestra gran oportunidad. Masamune acaba de aterrizar en Playstation 4. Hay muchos juegos como Sunset Overdrive o Super Smash Bros Wii U que van a dar el pelotazo estos meses que se acercan. Os esperamos con mucha ilusión y esperanza. No nos defraudéis.