Festival de Málaga 2018. Día 2: Memorias de un hombre en pijama y La reina del miedo

Segundo día de Festival y este traslada sus proyecciones al solemne Teatro Cervantes. Esto unido al soleado día nos trasmitía unas mejores sensaciones para con las películas de hoy. Si se cumple este paralelismo entre el tiempo y la calidad de los films del Festival, desde luego nos espera una muy buena semana.

Alarma, café, bus y película de animación al canto. Ya son varios años los que cubro el Festival y no recuerdo ninguna cinta de animación compitiendo en la Sección Oficial de Largometrajes, aunque también os digo que mi memoria a veces es muy selectiva. Memorias de un hombre en pijama es la transformación animada de las viñetas creadas por Paco Roca, las cuales ya se utilizaron en la bien considerada Arrugas (2011).  Lo primero, decir y alabar el riesgo de una propuesta de este tipo; la animación para adultos autóctona es una rareza y me atrevo a decir que poco o nada considerada. Existe algo de experimental y se palpa cierta austeridad, ya nos advertían en la rueda de prensa, pero igualmente podemos ver el mimo y el esfuerzo puesto en este proyecto. Lo que nos cuenta no es nada trascendental o reflexivo, simplemente una sucesión de tópicos típicos sobre un soltero empedernido al que le cuesta ceder parte de su territorio, realmente no hay mucho más allá, bueno sí, algunas pinceladas sobre la inspiración artística pero poco remarcables.

Además de destacar la participación de Raúl Arévalo que pone voz y muecas al protagonista, tenemos que comentar la polémica surgida y que seguro se extenderá más allá de la rueda de prensa. La cinta ha sido tildada de machista, para mí de manera algo injusta; si bien es cierto que existen algunas frases que podríamos catalogar como malsonantes, no por ello menos habituales o irreales, estas a mí entender sirven más como una sátira o un chascarrillo cómplice que como una normalización de dicho comportamiento. Algo que no ha dudado en resaltar el actor protagonista (Raúl Arévalo) incluso de manera aireada en la rueda de prensa. Más allá de las polémicas surgidas, creo que debemos destacar el atrevimiento y la simpatía que trasmite el proyecto, que sin embargo me crea enormes dudas sobre el público objetivo y su andadura comercial. Veremos…

Afrontando los miedos de la inexperiencia, Valeria Bertuccelli ha saltado a la tarima con su ópera prima titulada La reina del miedo. La afamada actriz, que ya hemos visto por estos lares, presenta ahora su primera película, co-dirigida y escrita por ella además de protagonizada. Tras una excepcional acogida en el Festival de Sundance, donde Valeria obtuvo el premio a mejor actriz y una exitosa taquilla en Argentina, aterriza con optimismo aquí en el Festival de Málaga 2018. No es difícil percibir lo intimista y personal que es esta obra para Valeria Bertuccelli; sus miedos más profundos, sus dilemas y sus filias y fobias forman parte de esta creación que trata de arrojar luz al atrevimiento y a la valentía, un atrevimiento y una valentía necesarios para no sucumbir a los miedos que nos constriñen. Tengo que decir que a pesar de que la actriz y directora confesó que no era una cinta autobiográfica, siempre siento cierta veracidad en estos casos: actriz que interpreta a un personaje que a su vez es actriz y que encima ha sido escrito y dirigido por ella misma. La novata directora se aprovecha de su carisma interpretativo para sostener una trama a menudo algo dispersa y que por momentos puede llegar a marear al espectador que no hilvanará fácilmente el propósito de las diferentes escenas. Eso y la obscena y hasta ridícula promoción de la empresa encargada de la seguridad, son sus puntos más negativos dentro de una cinta como digo interesante y que encierra un potencial enorme tal y como vemos a la realizadora en su faceta actoral.

A grandes rasgos podemos decir que este segundo día de Festival ha superado lo visto en el primero, así que, lo dicho; en Málaga vuelve a salir el sol.