Tras el auge de Animal Crossing: New Horizons durante la cuarentena, nos llega este remake de un juego de Game Boy Advanced, Story of Seasons Friends of Mineral Town, otra opción más que recomendable para aquellos que sueñan con una vida tranquila y sencilla en el campo. A pesar de no poder conservar el derecho a llevar «Harvest Moon» en su título, está más que patente el hecho de que forma parte de la franquicia para todo el que haya disfrutado de alguno de sus juegos. Podemos disfrutarlo en Switch, en formato físico gracias a Meridiem Games, y en PC a través de Steam.
La granja familiar
Como en todos estos juegos la historia es más bien simple y casi inexistente. En este caso nos hacemos cargo de la granja de nuestro abuelo después de que él haya fallecido, una granja en la que pasamos las vacaciones durante nuestra niñez y a la que no hemos vuelto desde entonces. Nuestra misión será intentar devolverla a su antiguo esplendor y de paso ganarnos la vida con ello y, si queremos, hacer amigos e incluso encontrar el amor por el camino.
Eres tú el que decide si participar o no en las actividades del pueblo, si conocer mejor a tus vecinos, hacerles favores… No hay nada obligatorio ni ninguna línea argumental que seguir, solo ir hacia adelante disfrutando de lo que nos apetezca hacer y viendo pasar las estaciones del año.
Empezando de cero
En la granja tendremos multitud de cosas que hacer para mantenernos entretenidos. En nuestra parcela tenemos varios edificios importantes a nuestra disposición: la casa, el establo, el corral y el granero. Nuestra casa será importante para descansar, mantenernos al día de los eventos gracias al calendario y cocinar platos para recuperar energía sin tener que dormir, así como disponer de espacio de almacenamiento tanto para comestibles como para materiales. Los demás edificios servirán para dar cobijo a nuestros animales, que pueden ser de lo más variados, desde gallinas a alpacas pasando por diferentes tipos de vacas, como la tradicional o la que nos da leche de fresa. Todos estos animales deben ser cuidados diariamente si queremos disponer de los productos que ofrecen, y no solo hablamos de comida, habrá que satisfacer todas sus necesidades para que su cariño aumente y con él la calidad de dichos productos. La calidad será importante tanto si decidimos venderlos a través de nuestra caja de envíos como si queremos hacer un plato de alta calidad.
No solo de los animales viviremos, ya que si queremos hacer dinero hay otras opciones disponibles, sobre todo al principio cuando todavía no somos solventes para comprar nuestros propios animales. Obviamente tendremos nuestra parcela para cultivos, donde podremos plantar distintos tipos de cosechas según las estaciones (excepto en invierno cuando los campos están nevados). Aparte de cultivables también obtendremos productos a través de los árboles que se pueden comprar en el taller y que también son estacionales y tienen una probabilidad de dar miel cada día aunque no estén en temporada de dar fruto.
La pesca es otra manera de conseguir dinero, sobre todo si tenemos mejorada la caña y por tanto opción a conseguir peces más grandes o algo más especial. Muy recomendable sería ir a la mina para vender los minerales que allí encontremos, teniendo en cuenta que cuanto más nos adentremos en la mina mayores posibilidades habrá de conseguir algo que merezca la pena. Cuando empecemos solo tendremos la opción de ir a la mina de la fuente, pero en cuanto llegue el invierno el lago se congelará y podremos acceder a la mina del lago.
Un paseo por Mineral Town
Aparte de las viviendas en el pueblo tendremos distintos edificios que visitaremos de vez en cuando. En la herrería podremos mejorar nuestras herramientas en cuanto alcancen la experiencia necesaria, teniendo la opción de mejorar a cobre, plata, oro, mitrilo y legendaria. Dichas mejoras no solo nos pedirán cierta cantidad de monedas, sino que además deberemos de tener el material necesario para mejorarlas. Además llegado el momento también podremos comprar aquí maquinaria para elaborar productos más complejos.
El taller no solo se dedica a vendernos árboles, también tienen distintas piezas de mobiliario a nuestra disposición y, lo más importante, aquí podremos hacer mejoras en nuestros edificios y comprar alguno nuevo. Esto no nos vendrá nada mal cuando nos demos cuenta de que con cuatro gallinas no llegaremos muy lejos.
El bazar es donde podremos comprar nuestras semillas, así como ciertos utensilios para cocina de los cuales nos irán notificando su disponibilidad a través de correos. Además encontraremos ampliaciones para nuestra mochila, lo cual es de agradecer, sobre todo en el espacio para herramientas, que se nos hará escaso muy pronto. Teniendo en cuenta la de veces que podremos mejorar nuestras herramientas, no será el primer día que tenemos que dar la vuelta al llegar a la herrería porque nos hemos olvidado de coger la herramienta que queríamos, poder llevar todo encima nos ahorrará más de un viaje.
Aparte de estos edificios, que seguramente sean los más visitados, podemos pasar por el rancho o el gallinero para comprar nuevos animales o comida para los que ya tenemos; la iglesia, en la cual se puede uno confesar (con distintos efectos según la confesión) o acudir a alguna actividad que allí se celebra; las aguas termales donde nos relajaremos mientras recuperamos energía; la cafetería de la playa; la bodega; la biblioteca y, por supuesto, las casas de nuestros vecinos.
Podemos acceder al mapa de la ciudad a través del menú y así comprobar los horarios de todos los comercios, ya que no solo tendremos que ser conscientes de la hora a la que vamos, sino también de los días que permanecen cerrados. El menú también nos será muy útil a la hora de ver el progreso de nuestras herramientas y si están listas para ser mejoradas (aunque por suerte el juego nos avisa en el momento en que eso sucede) y el nivel de cariño de nuestros animales, mascotas, duendes o residentes. Además del mapa de la ciudad tenemos el mapa individual de nuestra granja, por si queremos ver los campos que tenemos arados y cultivados, las piedras o tocones que nos quedan por limpiar o quizás saber donde está nuestro caballo sin tener que dar vueltas por la granja buscándolo.
El reclamo de lo tierno
Teniendo en cuenta el tipo de juego del que hablamos es de esperar que no sea el colmo de las virtudes gráficas, ya que su éxito se basa más en que sea estéticamente bonito y no sorprendente. Está claro que cumple su objetivo, tanto los escenarios como los personajes y animales son adorables y resultones y los cambios de estación tienen su encanto.
Los personajes no tienen voces, aunque sí tenemos los sonidos de los animales cada vez que interactuamos con ellos. Las músicas son alegres y ligeras, casando perfectamente con un juego relajado y adaptándose también a las estaciones y cambiando según estemos en la ciudad o en nuestra granja y los bosques.
Conclusiones de Friends of Mineral Town
Si eres de los que disfrutan de un juego tranquilo en el que poder pasar el tiempo como más te guste sin presiones, al que puedas volver sin perder el hilo de la partida y que no se haya agotado en diez horas, es sin duda perfecto. No existen los momentos estresantes ni el ser incapaz de realizar las tareas necesarias, no hay derroches de acción ni ningún sitio al que llegar. El título cumple lo que promete, una vida en la granja para vivirla a tu aire.
Está claro que no es para todo el mundo, pero apela a todos aquellos que han disfrutado con los Harvest Moon y los Animal Crossing y dentro de su contexto no decepciona para nada. Hay multitud de cosas que podemos hacer y variedad como para no aburrirnos y tampoco es exigente para aquellos que no quieren tener que entrar todos los días o incluso todos los meses.
Nota: 8
Lo mejor:
- La cantidad de cosas que hay por hacer.
- Poder jugar a nuestro ritmo.
- Un juego que nos durará años.
Lo peor:
- BSO un tanto repetitiva hasta el punto de querer quitarla.
- La falta de objetivos puede desmotivar a ciertos jugadores.