Uno de los estudios más ambiciosos de los últimos tiempos empezó con un pequeño Stand en la Gamescom, presentando un videojuego en el que habían volcado todo su cariño como fans de los RPG de espada y brujería. Dejaron sorprendidos a medio mundo con la primera entrega de lo que hoy es considerada una de las sagas más importantes del medio interactivo.
La compañía era CD Projekt RED y el juego era, como todos sabréis a estas alturas del texto, The Witcher. Con Kingdom Come Deliverance hemos tenido unas sensaciones particularmente similares. El contexto no es exactamente el mismo (Warhorse es una compañía que, pese a no ser muy conocida, cuenta con nombres pertenecientes a grandes sagas) y es posible que Kingdom Come Deliverance no reciba tanto apoyo por parte de la prensa en un sector tan saturado a nivel general. De lo que sí estamos seguros es de que este titánico y ambicioso RPG contiene muchos de los aspectos que todos hubiésemos soñado para el género, a pesar de contar todavía con un camino por recorrer en detalles que necesitan una nueva capa de barniz para acercarse a los grandes. No obstante, Kingdom Come Deliverance cuenta con aspectos realmente impactantes y trabajados.
RPG con trasfondo histórico
Para poneros un poco en situación, Kingdom Come Deliverance lleva ya camino recorrido y un buen número de fans a sus espaldas, sobre todo, después de la beta lanzada hace unos meses. El título se ha mostrado en diferentes tráilers y, pese al trabajo que hay volcado en el producto y lo ambicioso de su puesta en escena histórica, esta es la primera vez que hemos podido asistir personalmente a un gameplay de la última versión explicado por los desarrolladores.
En un contexto inspirado en la Edad Media Europea, el jugador deberá lidiar contra todo tipo de penurias y desafíos en el reino de Bohemia, dividido por la reciente muerte del rey y la ascensión al trono de Wenceslas IV. Porque nosotros no encarnaremos a un imponente jefe de la guardia real ni a un prometedor soldado cuyo objetivo es proteger a su legítimo rey. Somos el hijo de un herrero, nuestro nombre es Herny —sin estar acompañado de ninguna lista de sobrenombres y apellidos que ensalcen nuestra trayectoria— y los acontecimientos nos han llevado a encontrarnos solos, con nuestra familia asesinada y nuestro corazón con sed de venganza.
No somos el elegido, no hay ninguna profecía ni elementos sobrenaturales: somos Henry, debemos demostrar la crueldad de los responsables de nuestra situación investigando sus crímenes, tenemos que decidir si hacerlo usando la violencia o la diplomacia, y no encontraremos fama ni fortuna fácilmente: así es Kingdom Come Deliverance.
Kingdom Come Deliverance, profundidad jugable
Si algo caracteriza a este RPG es su realismo. En este Sandbox todo ocurre en tiempo real: por poner un ejemplo, los días pasarán, los aldeanos harán su vida, los guardias dormirán, comerán y cambiarán de turno, y el entorno se transformará de forma realista como todos hubiésemos soñado para el próximo The Elder Scrolls. De esta forma, si un puesto de avanzada enemigo cuenta con un buen número de soldados, podremos utilizar el sigilo para neutralizar a un vigilante, ponernos su traje, infiltrarnos en la base, envenenar el caldero del suculento estofado de perdiz que están preparando y esperar a que los soldados coman (o no, todo puede pasar). Tras esto veremos varios estados en nuestros enemigos (dolor de barriga, malestar, necesidad de sentarse, dormir y, por último, la muerte). Realmente impresionante, pues todo tiene un tempo estudiado en el devenir de los acontecimientos en el proyecto de este prometedor estudio Checo.
Pero también podremos jugarnos la vida si creemos que tenemos la suficiente habilidad con la espada. Utilizando el sistema de combate procedural del juego, la vista en primera persona nos pone dentro de la acción de forma dinámica e imprevisible. Gracias a la utilización de todas las ventajas del Cryengine, los enemigos recibirán los golpes, reaccionarán ante nuestras embestidas de forma realista y, además, recibirán el daño según el equipamiento que lleven (a nosotros nos pasará lo mismo). De esta forma, si no llevamos casco, un solo golpe certero en nuestra cabeza será suficiente para darnos muerte ipso facto. Aunque si nuestro carisma nos lo permite, siempre es recomendable utilizar nuestra labia para labrar un camino diplomático convenciendo a alguien no muy despierto, para desenvainar nuestra espada en el momento que más nos convenga.
Y aquí radica otra de los aspectos más sobrecogedores del juego. A diferencia de otros títulos, cada parte de nuestro cuerpo cuenta con diversas capas de equipamiento, hasta llegar hasta los 16 espacios de inventario disponibles. Por arrojar algo de luz en este aspecto, nuestro torso puede llevar multitud de ítems; a saber: camisola, cota de malla, armadura de cuero tachonado y armadura de acero reforzado, unas sobre otras. Todo ello influirá en los parámetros de defensa y agilidad de nuestro protagonista. Y eso traducido a todas la partes de nuestro cuerpo da como resultado un sistema de inventario que, aunque puede abrumar, nos permite todo tipo de combinaciones para adaptar nuestro personaje a los requerimientos de cada situación.
Un plano técnico imponente
Como ya hemos comentado, Kingdom Come Deliverance cuenta con el soporte técnico de CryEngine. Eso se traduce en unos entornos tremendamente complejos y realistas, unos efectos de iluminación en tiempo real apoyados por efectos atmosféricos ingame, y un diseño de edificaciones, vegetación y fauna rescatados directamente de la época a la que pertenecen. Porque las aldeas, los ropajes, las armaduras y las armas cuentan con un trabajo de documentación histórica muy concienzudo.
Es cierto que en el tema de animaciones y expresión facial queda bastante por mejorar, así como en el factor sonoro, donde los efectos de choque de espadas e impactos durante la lucha cuerpo a cuerpo no llegan a ser ni contundentes, ni creíbles y mucho menos variados, y las voces y los gritos ingame que se suceden durante la batalla pueden resultar hasta cómicos. A nivel jugable también hay que pulir muchos aspectos para mantener un nivel triple A, y queda también por averiguar si el desarrollo de la historia y las misiones secundarias caerán en la monotonía, pues si algo sabemos es que un proyecto de esta características puede caer en los fallos recurrentes de muchos de los últimos videojuegos de mundo abierto que se han publicado.
Es pronto para evaluar un producto con ideas imponentes y algunos detalles importantes por pulir; de lo que estamos completamente seguros es de que Kingdom Come Deliverance está hecho con tanta dedicación y cariño, que si sus ideas más ambiciosas hubiesen sido anunciadas para el próximo Dragon Age o The Elder Scrolls, todos estaríamos con el Hype en valores absolutamente estratosféricos.