Cuando Akira Yasuda presentó el boceto de Zangief al cocreador del juego (Akira Nishitani) en 1990 tenía miedo de que mandase su idea al traste. Nishitani era un obseso del equilibrio en los videojuegos, así que un personaje tan gigante como Zangief era firme candidato a no recibir el OK. Pese a las sospechas de Yasuda su compañero propuso grandes cambios para el personaje, lo que supuso una buena noticia ya que podría seguir adelante con el. Aunque muchos puedan pensar lo contrario debido a su imponente aspecto, el Ciclón Rojo no es uno de los malos. Ha sido su lamentable representación en el cine la que ha dibujado esa parte de su personalidad: como en la película de Street Fighter del 94 o incluso en Rompe Ralph (donde aparece a modo de cameo en una escena en la que varios malos de los videojuegos hacen terapia). La intención de Yasuda era hacer a un personaje apasionado por la lucha. Un hombre muy pero que muy intenso a la hora de vivirla.