Existen ciertos patrones que se suelen utilizar para analizar un juego, escribiendo un articulo mas o menos completo. En el caso del juego que nos ocupa, debe ser analizado de otra forma completamente distinta, como si de una película o una obra de teatro se tratara y es que gracias a este tipo de juegos tan minimalistas con un mensaje tan claro, la pregunta recurrente de ¿los videojuegos son arte? se responde prácticamente con echar unas horas a Inside y descubrir la respuesta por uno mismo.
Inside es arte
Limbo e Inside son juegos que, seas o no aficionado a este mundillo, todo fan del arte debería probar alguna vez, ya que estamos hablando de arte, con todas las de la ley. Para comenzar con este análisis sin caer en spoilers vamos a centrarnos única y exclusivamente en las primeras horas de juego ya que si nos ponemos a hablar del juego en sí, no podemos evitar hablar del final magistral que ofrece Inside y hemos de ser sinceros, en el momento de escribir estas líneas no podemos dejar de pensar en las sensaciones tan placenteras y a la vez tan contradictorias (para bien) que nos ha dejado la última media hora. Por todo ello simplemente vamos a dar una valoración del comienzo del juego.
Correr sin mirar atrás
Nada más apretar el botón X en el menú principal de nuestro sistema PlayStation 4 y seleccionar Inside nos topamos de frente, sin menús y sin nada externo a la propia aventura en sí, con un niño escapando de algo (o alguien), nada más, esa es la historia que nos plantea Inside: escapar sin saber muy bien por qué.
Si sois habituales a leer los análisis en nuestra web, y en particular los análisis de un servidor, sabréis la debilidad que tenemos con los juegos que nos hacen investigar la historia por nosotros mismos, sin cinemáticas ni nada externo que nos «obliguen» a entender la historia sí o sí mientras estamos jugando. En Inside hay historia, pero si vas a piñón fijo a pasarte el juego y no te paras a atar cabos por ti mismo, no lograrás entender la historia que se oculta tras el gameplay. Y aún así, aunque intentes entender más o menos por dónde van los tiros, necesitarás, a parte de rejugar el juego conociendo ya el final principal y normal de la historia, navegar un poco por internet e ir recabando información que la comunidad experta en lore (que la hay y muy buena por cierto) va aportando dando a entender según sus propias investigaciones.
En Inside hay dos finales, uno normal que le consigues al acabar la partida y otro más, el final oculto que sólo conseguirás desbloqueando distintos artefactos que andan escondidos por cada pantalla y nivel del juego, este último es más o menos un final alternativo que si bien no explica la historia como tal sí que presenta una fuente de luz para entender la filosofía y el mensaje que Playdead, los desarrolladores, nos quieren contar con este juego. Pero basta de hablar de los finales, que ya veis que nos cuesta, y hablemos de las sensaciones de Inside.
No hay piedad
Playdead fue el mismo estudio que nos trajo Limbo, si bien es cierto que Inside parte de los cimientos de éste, en la faceta jugable no tiene nada que ver, podéis decirnos que la base es la misma si los dos parten de controles minimalistas como es el uso de exclusivamente dos botones del dualshock (la X para saltar y el cuadrado para interactuar) o la mecánica de superar puzles para avanzar en la historia, pero la forma que tenemos de afrontar el gameplay de Inside poco a poco va siendo única y terminamos olvidándonos de ella mientras vamos jugando a la aventura del que podría ser un Limbo 2, e incluso olvidarnos completamente de que Limbo existe.
Los puzles de Inside se sienten mucho más reales que los que pudiera tener su antecesor, que estaban más orientados a la faceta psicológica y un poco más fantasiosos, y se centran en superar escollos reales retándote, por ejemplo, a saltar milimétricamente para escapar de perros que quieren devorarte o huidas bajo una luz que te desintegrará si no estás a cubierto.
El ensayo-error en este juego es algo que debes interiorizar muy pronto si no quieres sentirte frustrado en la aventura, probar y probar distintas combinaciones hasta dar con la tecla que funcione es, a veces, bastante complicado, pero la satisfacción que produce cuando lo consigues es suficiente motivación para seguir adelante continuando con la historia.
La maquinaria perfecta
Como ya hemos dicho, Inside es como una obra de arte, y parte de eso tiene la culpa el diseño del juego. Es un juego que si bien es cierto que los controles o los puzles tampoco son nada del otro mundo, el global de la aventura hace maravillarnos a cada segundo que pasamos dentro de este universo que Playdead se ha inventado para nosotros. Hay escenarios que desafían todo tipo de leyes de la gravedad y otros que parecen sacados de la peor de nuestras pesadillas resultando verdaderamente asfixiantes.
Por no hablar de los efectos sonoros, ya que, tanto la música (poca, pero perfecta) como el propio sonido ambiente nos ayuda a resolver muchos puzles siguiendo patrones auditivos y no seguirlos a milímetro seguramente nos lleve a una muerte. En resumen, todo el engranaje de Inside funciona a la perfección.
Conclusiones Inside
Inside es el típico juego que si hablas mucho de él lo terminas perjudicando, ya que es una aventura que para entenderla deberás probarla, no es un juego largo, pero las apenas tres horas de aventura que tiene son suficientes para darnos a entender que estamos a los mandos de algo grande y que seguramente esté en la lista de los mejores juegos de la historia pero eso sí, que cada uno lo coloque en la posición que quiera ya que es un juego que aún habiéndolo jugado varias veces, nunca dejará de sorprenderte.