Playdead es un estudio independiente fundado en Copenhague el 7 de diciembre de 2006 por Arnt Jensen y Dino Patti, dos diseñadores de gran talento y con una capacidad innata para impregnar sus obras con un aura de misterio fácilmente reconocible. Su primer gran pelotazo fue Limbo, juego que fue estrenado en 2008 y que formó parte del boom que dio a conocer los juegos indies al público mayoritario. Ocho años más tarde el estudio danés estrenaría Inside, obra que les ha catapultado definitivamente al estrellato gracias a la cantidad de premios recibidos en su momento, entre ellos el de mejor videojuego independiente en los Game Awards. Hoy, con la llegada de ambos juegos a Nintendo Switch, haremos un breve repaso a estas dos joyitas. Dos juegos hermanados no solo por su procedencia, sino por un inconfundible estilo.
Limbo
Limbo es un juego complicado de valorar a día de hoy si no se entiende su contexto. En 2008 la producción de juegos indies no sólo era mucho menor que la de ahora, si no que la difusión y mercado para este tipo de títulos era tremendamente inferior a la que tenemos hoy en día. Alabado por su tétrica presentación y haciendo gala de un minimalismo que enmascaraba a la perfección sus carencias, el juego consiguió labrarse una buena reputación gracias a las sensaciones que era capaz de contagiar en los jugadores.
Limbo no necesitaba demasiado para entrarnos por los ojos. Su aspecto poco convencional y la ausencia total de música provocaban que en tan solo unos segundos nos encontrásemos inmersos de lleno en esta oscura odisea en la que un niño debía viajar por unas oscuras tierras en busca de… ¿algo? ¿alguien?
En Playdead saben a que juegan, y como ya comentaremos en Inside, saben crear esa aura de misterio sin aparente respuesta a la cual deberemos dar forma nosotros mismos. Con el sonido de nuestros paso como únicos compañeros nuestro objetivo será ahondar en este mundo de oscuridad, sin entender un pimiento de lo que hace este pequeño joven perdido en él. La soledad y la hostilidad del entorno pronto nos harán comprender que este no es un cuento con final feliz, algo que comprobaremos de primera mano cuando veamos morir al pequeño de formas horrorosas cada vez que cometamos un error.
Haciendo uso de las plataformas y los puzles (con una kinestética casi perfecta) el juego nos llevará a descubrir poco a poco los peligros que esconden estos parajes, sorprendiéndonos en numerosas ocasiones en las que deberemos reaccionar rápidamente si queremos seguir con vida, algo que inevitablemente acaba haciéndole caer en el ensayo-error.
Si bien el juego es capaz de sorprender en numerosas ocasiones, esto último provoca cierta monotonía en su dinámica, algo que quizás muchos hayan apreciado rápidamente y otros no hayan llegado a notar gracias a su corta duración. Aun así, estas deficiencias no restan demasiado a un título que en su momento sorprendió por lo diferente y chocante de su estética, por lo desolador que puede llegar a ser y por la cantidad de incógnitas que es capaz de dejar en nuestra cabeza nada más terminarlo. Con sus más y sus menos un juego obligatorio para cualquier jugador amante de los videojuegos independientes.
Inside
Pero por mucho que hiciese Limbo y con toda la relevancia bien merecida que se ha ganado durante aquellos años, Inside (su “hermanito pequeño”) es sin duda alguna la obra maestra del estudio danés. Inside es uno de esos juegos creados para confundir al jugador, pensado al milímetro para sugerir su intrincada historia y diseñado de tal manera que cada escenario o puzle forma parte de un todo que nos dejará boquiabiertos.
El estilo del título puede recordarnos en muchos momentos a Limbo (hasta el punto de hacer varias referencias a este), pero salvo por pequeños destellos hablamos de una obra bastante diferente y menos experimental que el primero.
Esta vez el juego nos vuelve a poner en la piel de un niño perdido en un bosque, aunque en esta ocasión la oscuridad y la soledad no serán constantes puesto que más pronto que tarde comenzaremos a ver a otros humanos enmascarados (y hostiles) que parecen servir a algún tipo de organización que esclaviza/trata con ¿humanos discapacitados mentales?… o directamente ¿zombies?.
Por causas obvias no haré demasiado hincapié en la historia/desarrollo del título, principal atractivo y arma fundamental para elaborar lo que se masca desde un principio… un final de esos que dejan sin neuronas. Jugablemente no dista demasiado de lo visto en Limbo, aunque si es cierto que la variedad de situaciones y mecánicas es bastante mayor. Inside también goza de esa perturbadora crudeza que caracterizaba el anterior juego, aunque esta vez no nos lo suelta en la cara violentamente.
La escasa duración del título y el preciso orden de sus fases hacen de él un juego disfrutable desde el minuto uno hasta su apoteósico final, dando además la posibilidad al jugador de rebuscar en los escenarios para encontrar unas balizas que servirán para conseguir un final alternativo. A nivel artístico el juego muestra un acabado tan tétrico y desolador como precioso en algunos momentos. La soledad es una constante incluso en este mundo en el que todavía encontramos más vida inteligente. En cuanto a la banda sonora esta se reserva para los momentos más evocadores, por lo que la mayoría del tiempo tendremos como principales compañeros los pasos de nuestro protagonista y su nerviosa respiración.
Personalmente me ha resultado increíble la mano maestra que Playdead ha demostrado en este juego a la hora de contar una historia tan compleja y llena de misterios sin utilizar una sola palabra. Inside es más que un plataformas o un juego de puzles, muchísimo más. Es una reflexión distópica sobre la libertad que puede dar lugar a decenas de interpretaciones y seguramente todas ellas sean válidas. Sin ningún tipo de dudas uno de los mejores juegos independientes de los últimos años.
Conclusión de Limbo/Inside
Como habéis podido comprobar hemos querido juntar estos dos análisis en uno para dar un repaso a la obra completa de Playdead y con ello explicar más cómodamente las referencias/parecidos que guardan ambos títulos entre ellos. Debido a la condición de clásico que posee Limbo tras 10 años a sus espaldas hemos decidido valorarlo como parte de un conjunto (los dos juegos) sin que repercutiese en la nota final de Inside, por lo que la nota de este análisis irá ligada EXCLUSIVAMENTE al análisis de INSIDE. Ambos títulos llegan a Nintendo Switch con un acabado similar al de otras plataformas, con la única diferencia de que podremos disfrutarlos cómodamente tirados en el sofá, así que lejos de analizar su factura técnica hemos querido centrarnos en lo que ofrecen ambos títulos jugablemente y como experiencias. Concluyendo, Playdead es sin duda una de las compañías mas importantes del panorama independiente a día de hoy (se lo han ganado a pulso) pero viendo la evolución plasmada en sus obras y sobre todo la apabullante calidad de esta última, apostaría a que todavía no hemos visto la punta del iceberg.