Parece muy lejano ya el día en que una película como El lado bueno de las cosas, fresca, divertida y con trasfondo, catapultó a la indomable Jennifer Lawrence en la consecución de su primer Oscar, y digo primero no porque tenga ninguno más, sino porque estoy convencido que lo tendrá. El lado bueno de las cosas data de 2012, si pensamos bien apenas algo más de tres años, pero en este tiempo Jennifer Lawrence ha crecido y pasado a convertirse en una estrella brillante dentro del «star system» Hollywoodiense, confirmando que su Oscar fue casi premonitorio. Sacamos esta cinta a colación no solo porque los Oscars están cerca y muy posiblemente «J-Law» se pasee por la alfombra roja, sino también porque tanto Joy, la cinta que nos ocupa, como El lado bueno de las cosas comparte similitudes en compañeros de reparto y más importante aún, en la dirección.
David O. Russell, cineasta que parece ser muy del gusto de la Academia, y bueno, no es raro porque es solvente cuanto menos, y que tiene en sus vitrinas un Oscar como guionista, vuelve aquí acompañado de sus «colegas» en este interesantísimo y biográfico filme; sobre la tenacidad, el éxito y lo duro que es conseguirlo, más para unos que para otros.
Sinopsis:
Joy nos cuenta la historia de una muchacha (Joy/Jennifer Lawrence) que consigue encauzar su camino y encontrar el éxito laboral convirtiéndose así en la matriarca de una familia, que es en sí una pesada losa para ella, por tradición y a veces incluso por deslealtad. En este duro camino vemos lo impersonal y engañoso que es el mundo empresarial y como la competitividad y el timo están a la orden del día. La película está basada libremente en la vida y ascensión de la inventora y estrella de la teletienda Joy Mangano, que en los años noventa fue todo un símbolo empresarial y estrella mediática.
Joy. Videocrítica
https://www.youtube.com/watch?v=aM2UYddl8xY