Killzone: Shadow fall. Análisis ps4

La gran primera superproducción de Playstation 4 llega de manos de Guerrilla Games y su mítica saga en las consolas de Sony, Killzone. Una nueva apuesta por un FPS diferente y que pueda combatir contra los shooters que dominan el mercado. Esta vez encarnamos a Lucas Kellan, un soldado que verá sus ideales tambalearse por la realidad de la guerra, la destrucción y la muerte. Un juego con una historia muy profunda y madura, que nos enseña que la guerra no es la primera opción. Killzone: Shadow Fall se establece como el gran juego que acompaña a PS4 en su salida al mercado. Vuelve la lucha ISA vs Helghast.

Un conflicto muy real

Uno de los grandes puntos de este juego es, sin duda, una historia muy bien acabada y que no va a dejar a nadie indiferente. No estamos ante los típicos FPS que el modo historia está comprendido casi como un mero entrenamiento para jugar al modo multijugador, Killzone: Shadow Fall tiene un guión maduro, bien estructurado, y me atrevería decir que casi con un fondo social. Los acontecimientos de este título vienen precedidos de la devastación del planeta Helghan en el tercer capítulo de la saga. La ISA permite vivir a los supervivientes enemigos en el planeta Vekta, lugar al que pertenecen los hechos del primer Killzone. Para que no hayan más conflictos, la ISA levanta un muro (un símil del muro del Berlín) para separar a las dos facciones. Pero como en todo conflicto bélico, vuelven las hostilidades y a través de un atentado por parte de los Helghast comienza una nueva lucha entre la venganza y la necesidad de controlar Vekta.

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En este contexto aparece nuestro protagonista Lucas Kellan, un Shadow Marshall de la VSA (Agencia de Seguridad de Vekta). Este soldado fue criado en la cultura de la guerra y de la muerte, y su única meta en la vida es cumplir las órdenes de su comandante, Sinclair.  Pero a medida que avance en sus cometidos, observará como la guerra no es como se la habían mostrado, y que detrás de las balas, existe la muerte, la tristeza y la desolación de la gente indefensa, dando igual de que facción sea.

Guerra futurista y ¿sigilosa?

Metiéndonos de lleno en la jugabilidad del título, Guerrilla Games ha querido darle una vuelta de tuerca a lo que ya conocíamos de su mítica saga. Ahora nos encontramos con escenarios mucho más grandes y con varias opciones para poder llegar a nuestro objetivo. Ahora, a excepción de algunos niveles, podemos elegir si entrar como Rambo o buscar una manera sigilosa de llegar a nuestro objetivo sin llamar la atención de los soldados enemigos. Para ello, contamos con la ayuda del segundo gran protagonista de Killzone: Shadow Fall, el Buho.

Este robot nos acompañará en todo momento y nos ofrecerá distintas posibilidades para afrontar los peligros que tengamos que superar. Desde matar a enemigos alejados, servirnos de escudo, utilizarlo de tirolina, piratear consolas y puertas o curarnos cuando nos hayan abatido. Este instrumento más que una segunda opción, a veces se convierte en arma fundamental para terminar un nivel y sin duda se disfruta en todo momento las diferentes situaciones que ofrece el Buho dependiendo de que órdenes le demos.

Aunque hay que aclarar que el sigilo en este juego es algo bastante complicado, ya no porque no consigamos ser suficiente silenciosos, sino porque al final, no se sabe la razón, siempre algún soldado acabará atacando sin saber bien el motivo de su alerta. Pero lo malo, también, es que cuando pasemos la oleada enemiga y apaguemos las alarmas, todo volverá a la normalidad, y después de un gran tiroteo, los enemigos que apenas están a unos metros parecerán que no han escuchado nada.  En relación a este aspecto, la IA enemiga no está tan depurada como se debe esperar en un juego next gen. No quiero decir que el juego sea sencillo, hay partes que son verdaderos comederos de cabeza sin tener que jugar en niveles de dificultad altos, pero después de que hayas aprendido el lugar de aparición de los enemigos y sus movimientos, no te será difícil terminar el nivel. También hay que comentar que, a pesar de que se ha pretendido que sea un juego más «abierto», al final nos encontramos con muchos niveles lineales y en el que solo tendremos que avanzar y matar a nuestros enemigos.

En cuanto al armamento, además del Buho, contamos con bastante opciones entre fusiles de francotirador, ametralladoras, escopetas o rifles de asalto, además de granadas o minas. De todas formas el juego podría tener algunas armas más, ya que al final siempre contaremos con las mismas y en un título como el que estamos analizando merece un despliegue armamentístico algo más amplio.

Gráficos de la nueva generación

Este Killzone es, por ahora, el mayor escaparate técnico de PS4. El juego es un espectáculo, tanto a nivel de luces, efectos de fuego, explosiones, sangre y movimientos de los personajes. No será raro que después de una batalla nos quedemos quietos observando el nivel de detalle de los escenarios, o la profundidad de campo que se observa en los niveles más abiertos. Aunque existe ciertos niveles que a veces desentonan del resto del juego, y que bajan la calidad general, pero de todas formas es un conjunto muy bonito, que solo nos deja entrever lo que va a deparar PS4 en un futuro no tan lejano. Otro aspecto negativo son los rostros de los personajes, que no están al mismo nivel que el resto del juego. Son caras que podrían ser perfectamente de juegos de corte medio de PS3, y sin duda una mayor depuración de los rostros hubiera puesto el juego entre los grandes titanes técnicos como Ryse.

Otro aspecto que destacar es en su modo online. Normalmente siempre se baja la calidad de los juegos cuando se juega en multijugador. En Shadow Fall esto no sucede, y es una auténtica delicia jugar contra tus amigos con el apartado técnico a su máximo esplendor.

Sonido algo flojo

Quizás sea el apartado que más tenga que depurar Guerrilla Games en sus futuros juegos. Ante todo hay que reconocer, y agradecer, que el juego viene doblado al castellano. Esto siempre es un punto a favor, pero el doblaje quizás no esté tan depurado como un título de esta categoría merece. Además la sincronización labial tampoco le hace justicia al juego. A nivel de banda sonora el juego tiene temas muy buenos y que nos meten de lleno en la acción, pero como a nivel gráfico, hay otros momento que la música no está muy acorde con lo que jugamos o simplemente pasa desapercibida. Una lastima que no se haya depurado este aspecto, puesto que también es un apartado que hace que un juego se diferencia de los demás.

Killzone para rato

En cuanto a modos de juegos, el modo historia nos puede llevar unas 1o horas, además podemos conseguir tebeos, periódicos o archivos sonoros (que escuchamos desde el mando) coleccionables. Para los más exigentes también se puede jugar al título en modos de dificultad altos que, de verdad, son retos que terminarán muy pocos.

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La gran baza de los FPS siempre es su modo multijugador, y Shadow Fall no falta a esta cita. Este apartado se resume en 1o niveles que se pueden jugar en varios modos todos incluidos en el Warzone. Tenemos desde los típicos duelos por equipos de hasta 24 jugadores, batallas con misiones, solo con armas secundarias o escopetas, o recoger balizas. Podemos escoger entre tres tipos de soldados, escolta, asalto y apoyo. Cada uno de estos perfiles tendrá sus armas, sus habilidades y sus apoyos del Buho. Es muy interesante saber gestionar cada uno de estos perfiles para que podamos conseguir un equilibrio táctico en cada nivel. Además el juego está pensado para que juguemos en equipo, y pocas veces saldremos triunfadores si vamos solos en plan héroes.

Además de todo esto, a medida que vayamos consiguiendo puntos en los combates iremos consiguiendo nuevas armas, y nuevos retos y condecoraciones, pero hay que decir que este Killzone no aporta nada diferente a lo que ya hemos jugado a otros juegos del mismo género, o incluso, con los títulos anteriores de PS3.

Conclusión

Killzone: Shadow Fall es el gran juego en la salida de Playstation 4. Tiene una historia muy interesante y compleja, incluso los jugadores que no hayan jugado a los anteriores títulos quizás no se se sitúen del todo, pero en general, es un juego que no tiene ese punto de novedad y de magia para convertirse en un título innovador como fueron los primeros Killzone. A nivel gráfico no va a decepcionar al jugador que busque vivir la nueva generación y tenemos juego para rato. Estamos en el buen camino para hacer una próxima entrega prometedora, pero ahora mismo, tenemos un juego notable pero no sobresaliente.

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