Hace 7 años que Microsoft lanzó al mercado Kinect, que permitía controlar mediante movimiento y voz la consola Xbox 360. Esta innovación agradó a los usuarios que lo convirtieron en un éxitos durante los primeros meses. Con el paso del tiempo las cifras de ventas obtenidas por este accesorio parecieron estancarse, para remediar esto la compañía de Redmond decidió crear una segunda versión para Xbox One.
En este punto fue cuando comenzaron los mayores problemas, aunque no fueron causados por Kinect. El anuncio durante la presentación de la consola, de que tendría que estar conectada a internet de manera permanente hizo dudar a muchos acerca de la privacidad que podrían tener con este dispositivo en sus casas. Inicialmente se vendió de manera inseparable con Xbox One, lo que supuso un aumento del precio de esta. Este fue uno de los motivos que llevó a la consola a estar por detrás en número de ventas de su competencia directa.
Ahora, con más de 35 millones de Kinect vendidos en todo el mundo, Microsoft ha decidido cesar su producción. Ya no se puede adquirir a través de ninguna tienda oficial. A pesar de esto la compañía americana ha anunciado que continuará dándole soporte y asistencia técnica.