No soy un jugador de shooters pero cuando nos llega algo bueno al género soy el primero en hacerme con ese shooter que rompe moldes. Me pasó con Resistance 2, después me llegó Far Cry 2, KillZone 2 (este es lo mejor en diferencia) y Call of Duty: World at War donde pude ver lo cruel que es la guerra y lo terriblemente mal que lo pasó la gente por varios gilipoyas racistas de mierda.
Al saber ya la tremenda calidad que tienen los Call of Duty, esta segunda parte de Modern Warfare es inprescindible en mi «juegoteca» aunque como muy bien dije hace unas semanas, me haré antes con Assassin’s Creed II (solo por llevarle la contraria al analista Pachter) y después con el shooter de Activision.
Vale que sea violento, vale que matemos civiles cuando estemos infiltrados en los terroristas, pero por todos es sabido que la realidad siempre supera a la ficción y que la saga Call of Duty no tiene nada de «juego para niños». Es totalmente adulto con un online que atrapa como la droga más potente y donde se pueden hacer perfectamente amigos de juego. ¿No te lo crees?