Basada en el libro con el mismo nombre, La Habitación, y ganadora de un Óscar a mejor actriz principal, estamos ante una de esas películas creadas para traumatizarnos, darnos un pequeño infarto en la sala y hacer que escondamos lagrimillas de emoción a cada segundo. La historia trata acerca de Jack: un niño de cinco años que vive con su madre una idílica vida en una habitación cerrada donde transcurren sus sueños, travesuras y correrías.
La vida de Jack, aunque apasionante, tiene una rutina exigente y obligatoria: su mamá le obliga a hacer deporte con ella cada día, a lavarse los dientes y a aprender a leer. Aunque su madre es extremadamente buena con él, tiene una regla de oro: cada domingo, cuando el Viejo Nick llega a la habitación, Jack tiene que esconderse en el armario y quedarse muy quieto, como si estuviera dormido.
Conforme pasa el tiempo, Jack descubre que en su concepción del mundo hay pequeñas cosas que no cuadran: si lo real es sólo lo que ocurre en esa habitación y lo de fuera es todo mentira ¿de dónde ha salido ese ratón que se cuela un día por debajo del frigorífico? El odio y el caos aumentan conforme las contradicciones se van haciendo patentes hasta que un día, su madre, no puede más y le cuenta la verdadera historia de esa habitación…
La película es como el mito de la caverna de Platón. Jack, completamente convencido de que no existe nada fuera de Habitación (a la que designa con nombre propio), no cree a su madre cuando trata de explicarle que existe un mundo vastísimo allá fuera: lleno de pájaros, perros, jardines y todo lo que el niño puede ver en la televisión. Su resistencia a creer en algo tan grande hace que incluso Jack reaccione con violencia, tratando de silenciar a su madre para no verse cegado por tal mundo de posibilidades.
La actuación de Brie Larson no sólo es digna merecedora de su Óscar, sino que te pone los pelos de punta. El ver a una chica tan joven, luchando cada minuto de su vida por no hundirse en la depresión para ofrecerle a su hijo las mejores posibilidades de ser feliz, pone los pelos de punta a cualquiera. Cada segundo, la madre de Jack se debate entre tumbarse en la cama y dejarse morir y enseñar a su hijo a leer y a moverse por la habitación.
Odia con todas sus fuerzas al Viejo Nick, pero se esfuerza en parecer amable y agradecida, agachando la cabeza y pasando el mal rato cada momento sólo por no perturbar la salud mental de su pequeño, el que se ha convertido en su vida. Jacob Tremblay (Jack) hace a su vez un papelón al evolucionar desde el principio de la película de un niño tembloroso y miedica a un joven valiente que comprende más de lo que parece en un primer momento y que se convierte, a su vez, en el salvador de su propia madre.
Curiosidades sobre La Habitación
- Jacob Tremblay (Jack), a pesar de ser un actor con una gran experiencia (14 premios cinematográficos y 19 nominaciones) no fue capaz de gritarle a Brie Larson en la escena en la que Jack se pone histérico por no tener velas de cumpleaños. Como nada parecía funcionar, el director obligó a todo el equipo a saltar y gritar como un loco hasta que Jacob, contagiado por la energía del lugar, pudiera realizar la toma.
- Brie Larson, además, para conseguir ese aspecto enfermizo que tiene en la película, se aisló durante un mes entero en el que siguió una estricta dieta para poder entender cómo se sentía su personaje.
- Además, evitó lavarse la cara a lo largo de las grabaciones de cada día para dejar claro que no se estaba maquillando y que la suciedad que se veía era real.
- Muchos lectores del libro y público en general se sintieron confusos al ver que Jack, a pesar de ser un niño, lleva el pelo tan largo. A esas edades es fácil confundir el género y se elaboró una completa teoría en Internet que decía que Joy (la madre) era consciente de que su bebé era una niña, pero decidió llamarle Jack para protegerle de su capturador. En realidad, esto ha quedado completamente desmentido. El hecho por el que Jack tiene el pelo tan largo es simplemente porque el Viejo Nick no les permite tener tijeras ni ningún objeto que pueda ser usado contra él en la habitación.
- La historia que la madre le cuenta a Jack antes de dormir cada día, es El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. Cuenta la historia de Edmundo Dantés, un joven que, traicionado por la envidia de su mejor amigo, acaba encerrado en la prisión de If.