Un nuevo escándalo azota al mundo de los videojuegos. Al parecer varios directores de centros de estudios en Inglaterra han decidido unirse contra la violencia en los mismos y ha hecho una advertencia a los padres de sus alumnos. Si les permiten a sus hijos menores de edad jugar a títulos como Call of Duty o Grand Theft Auto, podrían tomar medidas y llegar denunciarlos a la policía por negligencia.
Como sabéis el tema de sistema de clasificación por edades no siempre es respetado por los vendedores en las tiendas de electrónica, ni tampoco por los padres que compran todo tipo de títulos para sus hijos (ya sean adolescentes o no) sin ningún tipo de precaución. En este caso el grupo que ha dado el “chivatazo” en el Reino Unido ha sido la Asociación de Educación Nantwich. Si bien es cierto que gran parte de estos colegios de la asociación pertenecen al ámbito de la educación primaria tiene bastante sentido su protesta, ya que en la edad adolescente es más común observar a los jóvenes jugando a este tipo de títulos, con y sin consentimiento paterno, pero mucho menos habitual a menores de edad.
Aquí en España tenemos el PEGI que nos ayuda a clasificar los juegos no solo por edades sino por géneros, pero la mayoría de padres no presta atención a este apartado y los vendedores aún menos. Desde aquí os planteamos las siguientes preguntas: ¿Qué os parece esta situación? ¿Está suficientemente protegido el menor con el sistema de clasificación de videojuegos o podría regularse de mejor manera? Y para terminar, ¿puede un centro educativo llegar al extremo y meterse en camisa de once varas por el supuesto bien de sus alumnos?
Esperamos vuestras respuestas.