Sí, seguro que esa pregunta os la habéis planteado más de una vez en cualquier stand o tienda de videojuegos en el que habéis estado.
Cuantas veces hemos estado buscando algo o simplemente mirando en tiendas de videojuegos, cuando de repente un cliente se acerca al dependiente para hacerle una pregunta y la respuesta de esa pregunta es una barbaridad digna de salir en TVE en el programa de los mejores momentos del año. Es indignante que se contrate a gente que no tiene ni idea para realizar un trabajo que hoy en día mueve muchísimo dinero. Imaginaos que vosotros tenéis que compraros un coche y el empleado del concesionario que os atiende no sabe ni lo que es una caja de cambios, pues esto es lo que pasa en muchas de las tiendas de videojuegos de nuestro país.
Todos tenemos derecho a saber lo que uno está comprando, a saber qué características tiene un aparato y qué diferencias tiene respecto a otro, porqué uno vale 150 euros y el otro 300, y debido a esto, las tiendas deben empezar a plantearse en formar mínimamente a sus empleados. No queremos decir que se conviertan en especialistas en el sector, pero al menos que sepan qué diferencias hay entre la PSP y la PSVita.
Por poneros un ejemplo, hoy he estado en una tienda especializada en videojuegos de un centro comercial (no voy a decir cual… pero bueno), cuando una mujer mayor (de unos 60 años) se ha acercado al empleado de dicha tienda para preguntarle que si podía reservar la nueva consola de Playstation, pero que no se acordaba del nombre, puesto que era un regalo para su nieto y ella no entendía de esas cosas (como es lógico y normal). El empleado le comenta que si que la puede reservar sin problemas, incluso le comenta que puede financiarla, hasta aquí todo normal, el problema viene cuando el empleado en cuestión le dice que aún no conocen exactamente el precio de la consola, a lo que yo, que estaba en la cola justo detrás de la mujer me quedo bastante sorprendido, supuse que el trabajador lo que no sabría eran qué ofertas tendría en su lanzamiento.
El empleado saca unos papeles (se supone que para hacer la reserva) y pide la documentación a la mujer. Cuando termine de apuntar todo, le comenta que en cuanto sepan algo sobre la consola la llamarían o le mandarían un mensaje al móvil.
La señora, preocupada e intrigada, le comenta al empleado que su hija (madre de su nieto) le había dicho que el precio de la consola rondaría entre los 250 y 300 euros, a lo que el empleado lumbreras le contesta textualmente de forma cortante, «no no no no, costará mucho más, alrededor de los 450 euros«. Sí, es lo que estáis pensando, aquí el amigo en cuestión, estaba haciendo una pre-reserva de la consola de Wii U, en vez de PSVita que era lo que la mujer estaba buscando.
Yo, que ya me había dado cuenta del error (por llamarlo de una forma sutil), le pregunté a la señora que si la máquina que estaba buscando se podría llamar PSVita, a lo que la mujer me contestó que si, que esa era el nombre. El empleado levanta la cabeza y pone cara de indignado y mirándome me dice, «¡ah! PSVita, la nueva Playstation 4, esa saldrá algo más barata yo pensaba que querías la Playstation Wii U«.
Después de esto, me hice el loco, me di la vuelta y decidí no preguntar nada, lo que si hice, es aconsejar a la mujer a que fuera a otra tienda a gastarse su preciado dinero, a otra que al menos supieran de lo hablaban y trabajan. Tranquilos, la mujer me hizo caso.
Este tipo de cosas tan raras pero desgraciadamente tan comunes, nos la podemos encontrar en cualquier sitio, un día malo lo tiene cualquiera, pero tristemente, nuestro sector está lleno de estos «días malos», lo que ayuda mucho a que la gente que odia el mundo de los videojuegos pueda atacarnos a su antojo como está pasando últimamente.