Fernando León de Aranoa («Barrio» -1998-) se acerca a la figura del narcotraficante Pablo Escobar, desde la perspectiva de la periodista y amante del citado narcotraficante con su nueva películas: Loving Pablo.
Se nota que el director español vio » Narcos « (2015) y decidió hacer un “En anteriores episodios” para prepararnos a la hora de ver la tercera temporada. Es de agradecer. Pero en vez de recopilar los episodios de Netflix, llamó a Javier Bardem (» Mar adentro » -2004-, «No es pais para viejos» -2007-) y Penélope Cruz ( «Vanilla Sky» -2001-, «Vicky Cristina Barcelona» -2008- para hacerles protagonizar los dos papeles más lamentables de su vida. El Pablo Escobar de Bardem es muy superior a la Virginia Vallejo de Cruz, pero aún así ambos parecen ser carne de meme.
Puede que los seguidores de la serie Narcos echen en falta los tics mediáticos, con los que los creadores de esta producción para la pequeña pantalla afrontaron la agitada y delictiva existencia de Pablo Emilio Escobar Gaviria; pero Fernando León de Aranoa ha preferido quedarse en el retrato más o menos fiel de tan macabro personaje.
La cuidada ambientación de la época (años 80 y principios de los noventa) sirve al director madrileño para meter al espectador en la neurosis criminal que preside cada una de las escenas del filme, destinadas a mostrar el interior de un individuo tan peligroso como sanguinario. Javier Bardem presta su físico amenazante y camaleónico para el papel pero en este caso naufraga en el intento de dar trasfondo a su personaje que por algunos momentos parece una caracterización de las «míticas imitaciones que ya ha hecho famosas Joaquin Reyes en sus TESTIMONIOS de MUCHACHADA NUÍ «
La oportunidad de contar con la presencia del interprete de Jamón, jamón se diluye en esta cinta demasiado ligera en cuanto a la concatenación de los episodios por los que transitó la relación mantenida entre Vallejo y Escobar, la cual terminó con la colaboración de la mujer con las fuerzas de la DEA y la posterior muerte a tiros del narcotraficante.
A su lado, Penélope Cruz encarna a la perfección el papel de la bella y llamativa Virginia Vallejo: una estrella de la televisión colombiana que cayó en las redes amatorias de Escobar no se sabe muy bien por qué.
Aranoa empieza a contar la trama desde un extenso flashback, provocado por el personaje de Cruz cuando, en la habitación de un hotel estadounidense, ella pide una aspirina y el agente al mando de la operación de traslado (rol que hace verosímil el gesto pétreo del brillante Peter Sarsgaard) se la niega, por considerarse una sustancia dopante en territorio de USA. A partir de ese inciso, la memoria de Virginia Vallejo da un repaso a lo que significó Escobar para ella, sin olvidar la inclusión de las distintas operaciones que este llevaba a cabo desde el cártel de Medellín.
Sin embargo, tanta exactitud en la descripción de los hechos genera la primera incongruencia en el guion, ya que Vallejo no se encontraba presente, o no estaba al corriente, de muchos de los planes criminales que su amante se traía entre manos.
Aunque Loving Pablo sea un producto con una descarada vocación internacional, resulta falso y difícilmente justificable que los personajes colombianos hablen en la mayoría de las ocasiones en inglés con acento colombiano, salvo cuando de forma arbitraria sueltan palabras o expresiones en castellano. Este efecto pasa a ser absurdo cuando en la misma película hay una subtrama en la que intervienen personajes estadounidenses que lógicamente hablan en inglés.
Junto a la cacofonía idiomática, Aranoa tampoco se muestra muy ágil a la hora de escenificar momentos concretos de la cinta, como el que le ocurre a Virginia en una joyería, mientras un supuesto asesino golpea fuertemente el cristal para acabar con la vida de esta. Cruz intenta transmitir el terror que padece su personaje ante la mencionada situación, pero lo que aparece en primer plano es la cojera que esta presenta, al verse obligada a andar con unos tacones de imposible control manual.
Conclusiones de Loving Pablo
Aunque Loving Pablo sea un producto con una descarada vocación internacional, resulta falso y difícilmente justificable que los personajes colombianos hablen en la mayoría de las ocasiones en inglés con acento colombiano, salvo cuando de forma arbitraria sueltan palabras o expresiones en castellano. Este efecto pasa a ser absurdo cuando en la misma película hay una subtrama en la que intervienen personajes estadounidenses que lógicamente hablan en inglés.
Partiendo de esta decisión que elimina la verosimilitud mínima, resulta complicado aceptar lo que cuenta Loving Pablo: la crónica del auge y sobre todo, de la caída de Pablo Escobar desde el punto de vista de la periodista Virginia Vallejo. Ni aunque fuera cierto al cien por cien. Pero tampoco contribuyen a remediarlo la falta de desarrollo de los personajes y una trama que salta de hito en hito, de evento en evento, obviando todo el entramado político de la época.
https://www.youtube.com/watch?v=gMZWsMJVB78