Ya caímos en la cuenta de que muchos de los juegos que poseemos, podrían extenderse con eso que las compañías llaman DLCs, compañías que al parecer nos están tomandos por algo más que pobres jugadores.
Mucha ha sido la controversia, incluso hablada en esta web, referente al mundo de los videojuegos en cuanto a los capítulos extra y los modos nuevos para nuestros juegos: DLCs al poco del lanzamiento de un título o incluso DLCs anunciados antes de la salida del mismo. Muchos han sido los que ha investigado y descuajeringado lo que todos temíamos: códigos ocultos y codificados en nuestros propios Blu-Ray en post de su utilización con contenidos extra.
Uno de los últimos juegos que más está dando de qué hablar en el tema es sin duda el último título de lucha de la compañía Capcom: Marvel vs Capcom 3. Este juego, ha sido uno de los condecorados por haber anunciado un contenido descargable incluso antes de haber lanzado el juego a las tiendas. Ahora, tras otras noticias que pululan por la red, nos hemos enterado de otra jugarreta más: el personaje de Jill, que se encuentra dentro del juego, está bloqueado.
Ya supimos con anterioridad que el juego ya traía dos personajes bloqueados: Doctor Octopus y Frank West, pero ya esto es la gota que colma el vaso. ¿Cómo se ha sabido esto? pues todo este revuelo lo ha causado un denominado «hacker» que ha conseguido descifrar el código del juego y ha logrado descubrir la verdad sobre el personaje del que estamos hablando: Jill. Para todos aquellos que duden de su esto es o no cierto, os propongo que veáis la foto a continuación donde se muestra al tal «hacker» jugando con nuestra preciosa chica.
Como puedo suponer son muchos los usuarios que en este momento se están tirando de los pelos y preguntándose el porqué debemos de pagar más dinero por objetos o personajes que YA debería contener el juego de manera gratuita (con esto digo al pagar los 70€ que vale). Pues esto es así, ni más ni menos, y como en la mayoría de las ocasiones, somos los jugadores los que tenemos que jodernos en este mundilllo en el que cada vez se ofrece menos calidad, por más dinero.