Max Payne 3, análisis PS3

Hace más de once años, una empresa llamada Remedy Enternainmet junto a a 3D Realms, sacaron a la venta una nueva IP con una jugabilidad nunca vista antes… un título fresco y cuyo nombre fue Max Payne. El juego fue el primero en implementar el «bullet time» (tiempo bala), un novedoso sistema de disparo que no hace falta explicar en este momento, pues todo el que esté leyendo este análisis sabrá de lo que hablo.

Rockstar Games quiso poner su granito de arena con la tercera continuación de la saga tras el exitoso Max Payne 2: The Fall of Max Payne, trayendo a nuestras consolas de última generación el último eslabón de lo que parece ser una trilogía finalizada. Tras haber jugado horas y horas al nuevo Max Payne 3, si tenemos en cuenta una cosa, y es que por desgracia se echa en falta muchos aspectos que las dos anteriores entregas supieron explotar de manera satisfactoria.

Gráficos

El acabo gráfico del juego no es, desde mi punto de vista, uno de los mejores aspectos del mismo, aunque si es verdad que el trabajo que han hecho los chicos de RockStar Games no es para nada despreciable. El problema principal de Max Payne 3 surge a partir de las comparaciones de sus dos antecesores, algo que puede bajar mucho el listón para muchos jugadores.

Cuando Max Payne salió a la venta para PC, su calidad gráfica asombró a todos los jugadores, convirtiéndose (si no recuerdo mal) en uno de los juegos con mejor calidad de texturas de la época. Max Payne 3 no ha sobresalido por eso, ya que su motor gráfico no dista mucho del observado en otros juegos similares de la compañía. Ahora como jack el Destripador, iremos por partes.

La presentación de los escenarios de MP3 es sin duda uno de los mejores aspectos a criticar en este apartado. Entornos tan cambiantes y distantes como las Favelas (donde se observa realmente bien la pobreza y marginación) y otros más agobiantes y lujosos como el yate de la familia Brasco o el edificio de su empresa. Los acabados y detalles en cada uno de los mismos roza casi la perfección, con entornos muy destruibles y objetos que embellecen cada rincón.

El acabado de los personajes es también uno de los puntos más destacables del título, pudiendo observar un texturizado sobresaliente tanto en los protagonistas principales como en todos los personajes que aparecen en la trama. Los movimientos faciales y corporales siguen siendo, a mi parecer, tan realistas (o incluso más) que los vistos en otros juegos como GTAIV o RDR. La física de los disparos y los impactos de bala denota mucho trabajo tras ellos, que junto al despliegue de animaciones tras las muertes, aumentan notablemente las buenas impresiones del título.

Quizás el fallo más grande que encontramos en el título son los extraños efectos de luz y de sombras que aparecen en numerosos puntos de los escenarios. Errores en efectos que a pesar de pasar casi desapercibidos en algunos momentos, quitan puntos a todo el complejo gráfico a un juego que debería ser punto de referencia de muchos otros en esta generación.

Música y FX

Estaba claro que los chicos de RockStar no podían dejar pasar esas melodías que tan de punta pondrían los pelos a los jugadores de las anteriores entregas, por lo que el tema principal de Max Payne 3 vuelve a repetirse como en sus dos antecesores. Quitando la melodía comentada en un principio, la mayoría de los temas que encontramos a lo largo de la historia suelen ser más ambientales que otra cosa… de manera que no arrebatan protagonismo a las escenas de acción.

Si hay algo que es imperdonable a día de hoy es un juego que no esté doblado al castellano… pero se torna aún más, si el título posee dos antecesores con uno de los mejores doblajes de todos los tiempos. Los dos primeros juegos de la saga estaban completamente doblados al castellano, y he de decir con unas voces dignas del mejor thriller cinematográfico… algo que no ocurre en Max Payne 3, que llega a nosotros con las voces íntegras en inglés.

La densidad de la trama de los dos primeros juegos hacía necesario un doblaje en condiciones que no sacara al jugador de la historia por tener que estar leyendo continuamente unos subtítulos, algo que RockStar a pasado por alto en esta tercera continuación. No es solo que MP3 no tenga las voces dobladas, sino que además existen muchísimas ocasiones en que nuestro protagonista se poner a «rajar» en plena acción, algo que rompe por completo la escena y que nos hará escondernos en cualquier esquina para terminar de leer lo que dice antes de volver a los disparos (un estilo a las conversaciones que se sucedían en los coches en los GTA, que te hacían parar el vehículo hasta que dejaran de hablar). Si a esto le sumamos los «asquerosos» subtítulos que se le han añadido al juego, estamos a las puertas de una pésima nota en cuanto a este punto: subtítulos con letras completamente enanas, de color blanco o gris que se funden con el escenario… y que en ocasiones casi no da tiempo a leer… muy mal RockStar… muy mal.

Jugabilidad

Max Payne 3 ha intentado beber de sus antecesores, aunque ha mejorado considerablemente algunos aspectos. Los movimientos de nuestro protagonista son más fluidos y reales y facilitan en gran medida la jugabilidad. Nuestro protagonista se podrá cubrir casi en cualquier parte (algo que hará mucha falta), aunque no saltará a menos que activemos el tiempo bala… (hola Square Enix…); también podremos rodar y tirarnos a una cubierta siempre que nuestros enemigos nos estén acribillando.

El título permite elegir el modo de apuntado: semiautomático y libre. Yo, como buen gamer, me lo he pasado en disparo libre… y he de decir que hay ocasiones en las que asesinar a todos nuestros enemigos es un auténtico suplicio. El punto de mira no se puede cambiar (al menos yo no he podido), y si juegas, te darás cuenta que este no es más que un punto blanco que se torna color sangre cuando apunta a uno de nuestros objetivos. No sé, quizás una cruz o un redondel con cuatro lineas hubiera sido mucho más agradable para muchos videoadictos.

Lo mejor que posee el título es sin duda el Bullet Time, algo que no podría faltar en Max Payne. Con él podremos ralentizar el tiempo, de manera que podremos disparar a todos nuestros enemigos con más certeza, pero también podremos utilizarlo para volar (lateralmente, hacia atrás o hacia delante) mientras disparamos a todos nuestros objetivos. De vez en cuando, el título nos ofrece unos «quick time events» (aunque sin pulsar botones), en el que tendremos que asesinar a cámara lenta a numerosos enemigos que acabaran con nuestra vida en el caso de no hacer nosotros lo propio con la suya. Además, en el caso de que nos maten… tendremos una última oportunidad de sobrevivir (siempre y cuando tengamos al menos un analgésico): cuando nos den el disparo de gracia, el tiempo se ralentizará dándonos la oportunidad de matar a nuestro «asesino» a la vez que nos tomamos el recuperador de vida… algo que se agradece en más de una ocasión.

Si hay algo de lo que peca este MP3 es de la cantidad de cortes que posee, ya sea por animación, video o por una simple conversación. Los dos títulos anteriores poseían una linealidad compleja, sin cortes (a menos que se necesitara), en donde los enemigos podían aparecer de cualquier lugar. Esto en MP3 no sucede, ya que tras cada escena de tiroteo, cuando asesinamos al último enemigo en un impresionante tiempo bala automático, ya no aparecerán más hasta la siguiente entrada en escena… de esta manera podemos sintetizar el juego así: comienzo, tiroteo, conversación, tiroteo, video, tiroteo, animación, final…. puede sonar un poco «exagerado», pero si has jugado lo entenderás.

Modos de juego

El título cuenta con un extenso modo campaña que nos contará la situación de nuestro protagonista tras los hechos ocurridos en Max Payne 2, y como intentará escapar por fín de ese pasado que le atormenta. La historia podremos pasarla en numerosos niveles de dificultad: Facil, Normal, Dificil, Extremo y otro modo que no permitirá tomar ese último analgésico para salvar la vida… complicando seriamente nuestra posición.

Posee otro modo de juego llamado «Minuto en Nueva York», en el que tendremos que pasarnos cada uno de los niveles en el tiempo indicado, obteniendo así las mejores puntuaciones entre nuestros amigos.

El multijugador no es uno de los mejores que hayamos visto, pero sin duda alargará notablemente las horas de juego. Con multitud de modos de batalla y muchísimos retos por conseguir, echaremos horas y horas en competiciones de todos contra todos, bandos contra bandos o cumpliendo objetivos… algo que aumentará de manera gratificante la sensación de juego con este titulo.

Como último apunte añadir que en todos los modos de juego podremos elegir el tipo de puntería, semiautomática o libre.

Conclusión

¿Es Max Payne 3 un título al nivel de sus antecesores? No. ¿Merece la pena comprarlo? Si. RockStar Games nos presenta una continuación de gran calidad, tanto en su jugabilidad como en su aspecto gráfico, y que a pesar de sus errores no deja de ser un juego digno de estar en nuestras estanterías.

Multitud de horas de juego, de multijugador y cientos de retos a nuestras espaldas, Max Payne 3 es uno de esos juegos que no desprestigiará a sus dos hermanos mayores… algo que desde mi punto de vista, es difícil de cumplir.

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