De la mano de Sileni Studios os traemos hoy las impresiones de la fase alfa de Mayan Death Robots, una nueva propuesta que hace poco que ha alcanzado el ansiado Steam Greenlight, siendo elegido por los usuarios para debutar en la plataforma de Valve.
Estamos ante un título que guarda grandes similitudes con el clásico Worms, pero que ha dado una vuelta de tuerca al juego de los gusanos, haciéndolo mucho más ágil y poniendo especial hincapié en la toma rápida de decisiones frente a una estrategia más pausada.
Una invasión robótica
Aunque estamos ante un título básicamente multijugador, sí que se le ha querido otorgar cierto trasfondo a nuestros combates llevándonos seis siglos atrás en el tiempo, momento en el que una serie de gigantescos robots llegaron a nuestro planeta y decidieron convertirse en los dioses de la antigua civilización Maya. Una vez asentados, decidieron crear un show en el que combatían ante unos entusiasmados televidentes. Si bien no es una historia muy sólida, parece suficiente para meternos en faena y guerrear hasta la victoria al más puro estilo Worms.
En esta versión alfa contaremos con varios modos de juego, aunque bastante similares entre ellos, ya que solo son pequeñas variaciones de un título multijugador competitivo offline con un marcado sistema de juego. En primer lugar tenemos la campaña, donde iremos aprendiendo las mecánicas básicas y desbloqueando nuevos escenarios y personajes. También contaremos con dos modos torneo, pero que únicamente se diferencian en el número de rondas que los componen. Por último, también podremos jugar una partida rápida sin más pretensiones.
Batallas a cuatro manos
En Mayan Death Robots el campo de batalla se divide en dos “bases”, una para cada bando, y nuestro objetivo será destrozar el núcleo enemigo, representado por una caja a la que tendremos que atacar. Para hacerlo contamos con un sistema de combate por turnos, aunque este es algo atípico, y es que tendremos varios segundos para decidir nuestra maniobra, pero a la hora de la verdad acabaremos atacando, o defendiendo, a la vez. Básicamente el concepto de turnos surge por la limitación de acciones, ya que por ejemplo si disparas no podrás defender en la misma acción, y no porque haya un orden de actuación establecido.
A lo largo de estos turnos decidiremos si usar uno de nuestros dos tipos de ataque, los cuales aunque son parecidos, sobre todo estéticamente, a la hora de la verdad tienen notables diferencias. También podremos saltar para buscar una situación más estratégica para el combate, o bien reconstruir nuestras defensas y evitar que los impactos enemigos alcancen nuestro núcleo. Todas estas decisiones serán vitales, ya que, además estamos ante escenarios totalmente destruibles, por lo que tras cada turno la estrategia puede cambiar totalmente, según que parte de nuestra base siga en pie.
Como extras de esta jugabilidad más “básica”, tras varios turnos aparecerá una ruleta que nos regalará un arma mucho más poderosa pero con un uso muy limitado, además matando a los pequeños ayudantes de nuestro enemigo, mejoraremos nuestra potencia así como nuestro alcance, algo que según avance la batalla se irá haciendo más indispensable.
En relación a esto último encontramos uno de los apartados más curiosos y originales del título, y es que en determinados momentos surgirá de las profundidades un peligroso jefe que tendremos que matar. Para ello deberemos hacer el amor y no la guerra, por lo que durante este tiempo tendremos que cooperar con nuestro enemigo para derrotar al monstruo. Aunque lo fundamental será colaborar, ser el que más daño inflinge provocará que mejoremos, de una forma muy destacable, la potencia y el alcance antes mencionados. Una vez acabemos con el susodicho enemigo, volverán a la pantalla los núcleos y seguiremos batallando.
La jugabilidad es muy simple, teniendo que usar únicamente 6 botones para jugar. Las clásicas flechas, un botón de acción principal y otro que sirve como modificador en algunos momentos. Dentro de este control, destacamos la posibilidad de jugar con otro amigo utilizando el mismo teclado, uno con las teclas de dirección y el otro con ESDF, una ligera variación del clásico WASD que se hace algo incómoda, principalmente por los muchos años que llevamos acostumbrados a la otra combinación. Esto puede ayudar a que nos sea más fácil usar la tecla CTRL y Shift, pero en consecuencia nos equivocaremos unas cuantas veces a la hora de escoger la dirección.
La bella sencillez de los Mayas
Antes de entrar a valorar el apartado técnico y gráfico queremos recordar que estamos ante una fase Alfa, por lo que el resultado final puede variar, motivo por el cual hay que coger con pinzas esta descripción, al menos hasta su lanzamiento. Eso sí, queremos destacar que aunque estamos ante una fase temprana del desarrollo no hemos tenido ningún tipo de bugs, caídas ni nada por el estilo, algo difícil de ver hoy en día y que es digno de agradecer.
Mayan Death Robots cuenta con un apartado gráfico en 2D y con un diseño muy simple y colorido. Visualmente está logrado y queda bonito en pantalla, eso sí, no podemos esperar ningún tipo de alarde que ponga a prueba nuestro ordenador. Respecto a la banda sonora, sencilla y cumplidora, nada digno de mención, suficiente para un juego de estas características. El título actualmente se encuentra íntegramente en inglés, pero esto puede variar de cara al lanzamiento en función de los planes de la compañía.
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Conclusión
Mayan Death Robots es un título mucho más divertido de lo que muestra su fachada. Estamos ante un combate por turnos realmente adictivo y competitivo que puede dejar grandes piques e incluso algún insulto desgarrado al amigo que tengamos al lado. Sin embargo, su gran problema es la escasez de contenido, algo que confiamos se solucione antes de llegar a la fecha de su lanzamiento, por lo que por el momento no lo tendremos demasiado en cuenta. Sin duda, estamos ante un juego que nos ha dejado muy buenas sensaciones y sobre todo muchas ganas de ver su versión final.