La moda de volver a lanzar títulos de hace tiempo puede llegar a resultar, en algunas ocasiones criticable, en otras puede llegar a ser, agradecidamente, una manera de que los jugadores que no probaron la obra original tengan la oportunidad de catar a precio reducido en sus propias manos un juego que, o bien por falta de dinero o bien por no tener de salida todos los contenidos de los que el juego se iba a nutrir con el tiempo (véase DLCs) echarán para atrás a los gamers no muy aférrimos a la saga en sí, pero que con el tiempo se pudieran plantear jugar a un juego que ha recibido muy buenas críticas por parte de los medios y de la propia comunidad.
Metal Gear Solid V: The Definitive Experience reúne un poco de los dos factores. En primer lugar la crítica a la propia Konami al intentar exprimir hasta límites insospechados a una de las sagas más laureadas de la historia y a un videojuego que, en 2015, se alzó con una de las notas más altas del año por parte de la prensa y en segundo lugar estamos ante una especie de ventana abierta para la gente que en su día no lo pudiera probar. Si eres de este grupo de personas, estás de enhorabuena, si por el contrario eres fan de la saga de Hideo Kojima no te pierdes nada ya que el contenido es exactamente el mismo al que ya ofreciera el prólogo del juego (Ground Zeroes) en 2014 sumado a el juego grande (The Phantom Pain) que vió la luz el 1 de septiembre de 2015 más, por supuesto, todos los contenidos descargables que tuvo el juego hasta que Kojima quiso.
El reto que nos proponemos con este análisis, ya que el juego original tiene más de un año, es comprobar cómo ha sobrevivido a lo largo del tiempo y, ya que a estas alturas estamos fuera de la línea imaginaria que separa el hype del olvido vamos a ver hasta qué punto ha sido la quinta y última entrega de un Metal Gear de la mano de Kojima valorada por la nostalgia y no por el contenido real que nos ofrecía.
Sobreviviendo al Hype
Como ya hemos dicho, Metal Gear Solid V: The Definitive Experience reune Ground Zeroes y The Phantom Pain más todos los DLCs publicados hasta la fecha. Resumidamente y, para no caer en spoilers, Ground Zeroes nos lleva a rescatar a dos rehenes secuestrados en una cárcel secreta llamada: Campamento Omega, pero mientras intentamos cumplir con nuestra misión la Mother Base es atacada por Skull Face, el líder de una organización llamada XOF, siendo en ese momento cuando comenzamos con The Phantom Pain, el juego principal y la venganza de Big Boss empieza a tomar forma a lo largo de la aventura ambientada nueve años después de lo ocurrido en el prólogo del juego.
Estamos ante un título de culto para muchos sectores de la comunidad gamer y no por el juego en sí, sino por lo que acarreó el juego después a su lanzamiento. La quinta entrega de Metal Gear Solid es el cierre a una franquicia (por lo menos por parte de Kojima) que a muchos nos ha acompañado desde prácticamente nuestra infancia y ese aire a nostalgia nos acompaña a lo largo de toda la aventura, pero con un sabor agridulce según nos vamos aproximando al final del recorrido ya que el principal problema que tiene The Phantom Pain es la monotonía que desprenden sus misiones finales en jugabilidad y lo vacío que se siente todo al final del juego. La pregunta de ¿ya está? ronda nuestra cabeza nada más acabar la última misión del mismo. Puede ser porque estemos saturados de tantas misiones parecidas entre sí o que nuestro subsconsciente esperaba una traca final que no llegó a aparecer, pero todos nos quedamos con ganas de más.
Gráficamente seguimos teniendo un juego sobresaliente y, jugablemente, con unas mecánicas muy bien implementadas y una manera de afrontar las misiones prácticamente infinitas. Por no hablar del sentido del humor «made in Kojima» que nos encontramos en casi todo el juego. Un juego redondo con el pequeño lunar antes comentado referente a la variedad de misiones pero solventado perfectamente por la manera de dirigir y de narrar del maestro Kojima.
Conclusiones Metal Gear Solid V: The Definitive Experience
Si no tuviste la oportunidad en su día de descubrir qué ofrecía Metal Gear Solid V, The Definitive Experience es la excusa perfecta para ponerte en la piel de Big Boss y descubrir por ti mismo porque fue uno de los juegos del pasado año pero, si por el contrario, ya disfrutaste de la última obra (hasta la fecha) de Hideo Kojima, sinceramente, no merecerá la pena que te hagas con el juego ya que no ofrece nada nuevo de lo que ofrecieran Ground Zeroes y The Phantom Pain.