Durante mucho tiempo llevamos comentando en GameIt el porqué y bajo nuestro punto de vista, WiiU no está vendiendo como debía. Así, en artículos como «La paradoja de Iwata» insistimos, en que era un error afirmar que el «software vendía hardware» para asegurar que, cuando WiiU tuviese buenos títulos (como estas pasadas navidades) iba a despegar en ventas. Lamentablemente, no ha sido así (como muchos nos esperábamos), y Nintendo se ha visto obligada en nada más y nada menos, que rebajar sus expectativas de ventas de WiiU en torno al 70%, desde los 9,5 millones iniciales previstos, a poco más de 2.8 millones y lo peor es que no es la primera vez que pasa, ya que para el año fiscal pasado, esperaba vender 5,5 millones y se quedó más de 2 millones por debajo de dicha cifra.
Y es que no es para menos, en el mencionado artículo de la paradoja, se vio con Nintendo 3DS que en cuanto bajaron drásticamente el precio, las ventas despegaron pero sin embargo… ¿qué empujó a Iwata a contradecirse años más tarde? El mismo problema que SEGA con Dreamcast. Nintendo no puede competir en una guerra de precios abierta porque no fabrica ningún componente vital para WiiU tales como la CPU, la tarjeta gráfica o la memoria (otras compañías tampoco, pero por ejemplo Sony tiene fábricas de semiconductores y eso le permite negociar mejor con otros fabricantes, al margen de que en la séptima generación intentó paliar este problema con un procesador propio, el descontinuado CELL). De hecho, si releéis el artículo antes mencionado, ya se decía que Nintendo iba a tener problemas de producción de la RAM puesto que la empresa que se la suministra, Renesas, había sido adquirida por NEC y a su vez estaba en proceso de reestructuración, pero es que la cosa no acaba aquí, recientemente también hemos conocido como Sony, propietaria en parte de NEC, se planteaba con hacerse con algunas fábricas de ésta (entre ellas las de la antigua Renesas) para hacer chips para teléfonos móviles.
Entonces tenemos a una Nintendo que se ve obligada a vender la consola con pérdidas pero a diferencia de SEGA en su día con Dreamcast que no tenía dinero para permitírselo aunque quería (de hecho, de no haber sido rescatada por SAMMY habría desaparecido con todos los intentos e ímpetu que puso para salir adelante), a Nintendo no le da la gana.
Esto ha provocado que Nintendo WiiU siga la misma gráfica que Dreamcast, la de una función logarítmica que tiende a «crecer en plano» o muy poco (como la que os ponemos a modo de ejemplo). Es más, WiiU ya lleva algo más de un año en el mercado y sus apenas 5.25 millones de unidades vendidas, la deja en una situación muy similar a la de Dreamcast, lanzada en USA el 9-9-1999 y descontinuada en Marzo del 2001. Nintendo necesita hacer algo con WiiU y aunque Iwata ha hablado hace unos días para decir dos cosas importantes: 1) Que no va a dimitir y 2) Que quiere cambiar el modelo de negocio de Nintendo pero al mismo tiempo ha dicho que no es tan simple como llevar a Mario a los móviles (o en otras palabras, que no piensa sacar sus juegos fuera de las plataformas Nintendo); lo cierto es que necesita reaccionar ya.
Sus rivales la van a adelantar en meses (o en el caso de PS4, el próximo mes de Febrero) como no haga algo y lo peor es que ya no le queda tiempo. Es más, por desgracia, el atractivo de la consola ha decaído todavía más, por lo que, las recomendaciones que desde este medio (entre muchos otros), les hacíamos llegar a Nintendo de que debía bajar el precio de WiiU a 149€ (consola pelada) y a 179€ con un juego bueno de su catálogo como Super Mario 3D World (un grandísimo juego pero a consecuencia del poco parqué de WiiU, es el Mario menos vendido de la historia y es de los mejores por cierto), ahora podría llegar demasiado tarde o no ser suficiente. ¿Pero significa esto que está todo ya perdido y no se puede hacer nada? La respuesta es obviamente no, pero creemos que igual Iwata debería dimitir y dejarle paso a alguien que pueda resolver el entuerto antes de que la cosa se agrave. Pensamos que Iwata ha sido «un hombre con suerte», ha ido a lo fácil y le salió muy bien con Wii, Nintendo DS y luego 3DS (aunque con esta última ya empezó a divisarse el desgaste del presidente de Nintendo).
También pensamos que para revitalizar las ventas, sería necesario que ya aparezca la primera hornada de «players choice» o lo que es lo mismo, una gama de juegos de WiiU que se venda a un precio más económico para atraer a más compradores potenciales de WiiU.
Cambiando de tercio, otro problema del que adolece WiiU es la poca cantidad de juegos que salen para el sistema por lo que desde estas líneas, animamos a Nintendo a solucionarlo cuanto antes, e incluso, podrían basarse o colaborar con aquellas compañías que lanzan títulos asiduamente en Nintendo 3DS para que hagan también proyectos para WiiU.
Y hablando de Nintendo 3DS, la portátil tampoco ha cumplido las previsiones de ventas, pero a diferencia de su hermana de sobremesa, ha vendido muy bien, tiene el respaldo de los jugadores y un gran catálogo a sus espaldas. Sin embargo, está casi a la mitad de ciclo de su vida, todavía le quedan 3 o 4 años más pero, si verdaderamente desean alcanzar las ventas cosechadas por su antecesora Nintendo DS (casi 154 millones en todo su ciclo vital), deben ahora mismo bajar el precio porque los 179€ de una 3DS XL duelen demasiado a nuestros bolsillos y por otra parte, ya han pasado un par de años desde el lanzamiento con lo que los costes de fabricación, añadido a los royalties que cobran a las thirds parties, deberían revertir en las carteras de futuros potenciales clientes y así ganaría más usuarios y vendería todavía más juegos.
Es cierto, que con una WiiU decadente, Nintendo ahora se sostiene con 3DS y por tanto, no quiera bajar el precio de venta para que no decaigan los beneficios obtenidos con 3DS y así compensar un poco el desastre de WiiU, pero sería otro grave error, por lo que recomendamos a la compañía de Kyoto, a realizar una rebaja de Nintendo 3DS XL y colocarla a un PVP de 149€ dejando a su hermana «capada» de 3D y nada portátil (2DS) a un precio de 109€
Y vosotros ¿qué pensáis? Estamos deseando escuchar vuestros comentarios así que como siempre, ¡no os cortéis!