Hace escasos días Brainwash Gang, el equipo desarrollador de I am Nothing, estrenaba para Windows, Mac y Linux su nuevo y oscuro trabajo, Nongunz. El equipo de Edu Verz ha decidido salir de su zona de confort y tranquilidad para aventurarse en el terreno de la acción desenfrenada. El título que nos llega es un Roguelite tan oscuro como nihilista, tan violento como confuso.
Una pesadilla hecha videojuego en la que deberemos progresar a base de muertes y más muertes… De intentarlo una y otra vez aprovechando las recompensas que poco a poco se nos irán otorgando. Un montón de armas, vísceras y horrores de todo tipo nos esperarán en Nongunz.
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El castillo de las pesadillas
Nongunz es un indie de acción Roguelite en 2D con una estética muy gore y violenta. El uso de Pixel Graphics se entremezcla con el blanco y negro, dando como resultado una ambientación sombría y un tanto perturbadora. A modo de efecto visual la pantalla nos dará ciertas intermitencias o desenfoques como el de las viejas películas de VHS. El juego apela a lo clásico pero transmite sensaciones que en realidad se sienten bastante frescas dentro de este género. Todo en Nongunz es muerte… pero la muerte es solo el principio.
Esta vez nuestro héroe será un cuerpo esquelético sin cabeza equipado con una pistola. El comienzo de nuestra aventura parte desde el lugar que poco a poco iremos convirtiendo en nuestra base de operaciones… El cementerio. En un principio todo será un bastante confuso ya que el juego aboga por una interfaz simple, tosca y nada clara para generar confusión instantánea en el jugador, dejándole a él la tarea de descubrir cómo funciona el juego. A priori, esto no tendría que significar un problema, ya que como bien sabemos, existen muchas otras fórmulas que presentan este tipo de propuesta y consiguen que su experiencia derive en algo satisfactorio… pero a decir verdad el método que utiliza Nongunz resulta un tanto tosco, problema que en gran medida se debe a lo poco visual de sus menús.
La partida comienza con el jugador emergiendo de su tumba con un único objetivo, adentrarse en la enorme mazmorra que se encuentra en el límite del cementerio. Dentro de ese terrorífico lugar comenzará el verdadero reto, el de avanzar a través de un escenario opresor, en el cuál deberemos mantener constantemente la guardia alta y disparar a todo lo que se mueva si no queremos sucumbir a la muerte.
Cada segundo que pasemos vivos nos sumará puntos en un contador que tendremos en la parte inferior de la pantalla, al igual que cada bala disparada. Efectuar combos y mantenernos con vida el mayor tiempo posible será la gran baza con la que fortalecernos, pero sin duda, para progresar de manera óptima en el juego necesitaremos la ayuda de los cultores oscuros que encontraremos prisioneros dentro de la mazmorra. Al liberarlos, estas almas en pena irán a las catacumbas de nuestro cementerio, allí comenzarán el culto hacia nosotros, aportándonos una bonificación que nos ayudará a sumar más puntos de forma pasiva… O sea, que estos adoradores serán nuestros más importantes aliados para poder equiparnos rápidamente después de cada muerte.
¿Qué hay después de la muerte?
Dentro de la mazmorra encontraremos también a otros personajes que nos prestarán sus servicios o nos aportarán recompensas: atajos, objetos, armas… Cualquier ayuda es bien recibida si nos sirve para luchar contra los engendros del castillo.
Como ya hemos mencionado la dificultad del juego es bastante elevada. Aunque el gunplay esté bastante bien implantado y nuestro personaje goce de varios movimientos de evasión, nunca nos encontraremos cómodos o con sensación de superioridad dentro de la mazmorra. Podremos equiparnos mejores armas y contar con mejores objetos y consumibles , pero el infierno que encontraremos en el interior del castillo siempre estará a la altura de la batalla. Si queremos aprovechar nuestra ventaja deberemos permanecer atentos y saber gestionar adecuadamente nuestra munición y equipo. Algunas trampas y enemigos nos quitarán gran cantidad de vida, y solo podremos recuperarnos de manera ínfima matando enemigos o utilizando consumibles. Además, para abrir la gran mayoría de los cofres que encontraremos deberemos pagar con parte de nuestra vitalidad… obligándonos a ser más selectivos a la hora de apostar o no por conseguir nuevos objetos.
Todos estos detalles deben ser tomados en cuenta, y en caso de sabernos inferiores e incapaces de progresar, podremos salir de la mazmorra a través de unas ventanas que nos llevarán de vuelta al inicio… a nuestro querido cementerio. Así aprovecharemos los puntos conseguidos o incluso almacenaremos los objetos que queramos ahorrar para gastar en futuras internadas en la mazmorra.
Más o menos esta sería la base jugable. Una base que está realmente bien, pero que arrastra algunos fallos consigo. De su elevada dificultad y sus confusos menús puede derivar fácilmente la sensación de juego injusto o frustrante… ya que como os repito no existe explicación alguna dentro del juego que nos ayude a saber qué hacer o cómo hacerlo.
Un infierno en blanco y negro
Artísticamente estamos antes un título verdaderamente genial… Bueno, verdaderamente genial para los que de primeras se ven atraídos por él. Se trata de una propuesta que aspira a seducir a los jugadores y sumirlos en una reflexión apelando a lo visceral de su violencia y a los instintos detrás de la acumulación de poder y superioridad.
El uso de los colores blanco y negro contrasta con la omnipresencia de la carne, de los huesos, de la sangre… Y cómo no, de la muerte.
Muchos de nuestros enemigos serán partes seccionadas de cuerpos aparentemente humanos. El rojo sangre y el color carne serán los únicos que diferenciaremos del resto, transmitiéndonos esa sensación de suciedad, peste, putrefacción… y muerte, por supuesto.
La música que acompaña la acción es realmente buena, temas Western que se fusionan con tonos sepulcrales. Cánticos del más allá acompañados del sonido de una solitaria guitarra… en este aspecto creo que han dado perfectamente en el clavo.
Una cosa que sí hemos percibido de manera un tanto negativa es esa distorsión que a veces se produce de manera intencionada en el juego. Este pequeño detalle puede llegar a ser molesto en momentos de máxima tensión y con la presencia de una buena cantidad de enemigos, ya que dificulta un poco nuestra capacidad de reacción y nos da la sensación de que el rendimiento del juego no es el óptimo.
Una sensación que a la vez es realidad, ya que de salida el juego no se muestra estable en cuanto a FPS. Independientemente del equipo que poseamos, Nongunz baila entre los 60 y 55 FPS constantemente, llegando a tener caídas ocasionales que pueden hacernos llegar prácticamente a los 40 FPS. Un pequeño fallo que seguramente se pueda corregir en el futuro, y que hoy, prácticamente a día de lanzamiento, no hemos querido dar demasiada importancia.
Conclusiones de Nongunz
Estamos ante un juego difícil, adictivo y con una estética muy bien lograda. Para los amantes del roguelite y de los retos, Brainwash Gang les ha traído desde el mismísimo infierno una prueba demencial en la que mediréis vuestra skill. Claramente no es un juego para todo el público y cuenta con una barrera de entrada bastante grande que puede confundir o frustrar a la mayoría… pero los que sepan a lo que van y disfruten de este tipo de experiencias se encontraran con un título de calidad que seguramente cumpla con sus expectativas y aporte decenas de horas. En muchos juegos la muerte es el rotundo final….Pero en Nongunz morir es solo el principio.