Nubla. Análisis PS4

nubla

El estudio español Gammera Nest, con el apoyo de Sony, nos invita a vivir una aventura gráfica llena de minijuegos relacionados con el mundo del arte. Un proyecto que despierta nuestra curiosidad que tal vez podría haber sido mejor ejectuado aunque sus destinatarios sean los más pequeños de la casa.

El añadido de aprender jugando

Si algo tiene Nubla que le suma valor al proyecto, no es su arriesgado, llamativo y poco convencional apartado gráfico, ni su extraña jugabilidad que nos invita a pensar en otros géneros aunque se autodenomine aventura gráfica. Tampoco su bajo precio, pues podremos encontrar su descarga digital por un precio cercano a los diez euros. El principal atractivo de Nubla es el concepto que da nacimiento al juego. En cuanto elegimos entre un joven personaje masculino o femenino, eso ya depende de los gustos de cada uno, la aventura tiene lugar dentro del museo Thyssen de Madrid. La idea principal de la aventura gira en torno a las obras de arte que los visitantes de dicho museo pueden apreciar en sus visitas y es ahí donde reside el principal atractivo del juego.

Recuerda uno en su infancia de jugón cuando echaba las horas maravillándome de juegos como Terranigma en SNES. Dentro del argumento propio del RPG realizado por Enix –antes de su fusión con Squaresoft- interactuábamos con Thomas Edison (Eddy), a quien ayudábamos a descubrir la electricidad, o con Graham Bel,l a quien ayudábamos a comunicarse con su novia en la distancia descubriendo el teléfono. Más tarde han sido varios juegos los que han introducido elementos de la historia para hacer que aprendamos mientras jugamos, a veces de forma más consciente que otras. Unas con más utilidad didáctica y otras de forma anecdótica.

En Nubla paseamos por diferentes estancias del museo y nos introducimos en algunas de sus obras, haciendo que también esta vez aprendamos jugando, casi sin darnos cuenta, ofreciendo un valor añadido a lo que el juego propone, que por otra parte, no es especialmente ambicioso.

Errores que empañan la idea

Si en otros juegos se nos hacía algo ameno aprender jugando, en Nubla como ya os hemos comentado, su principal atractivo está en lo referente al arte. Y es que en lo que al aspecto jugable se trata, el juego no nos ha resultado especialmente llamativo. Como aventura gráfica, sus opciones se quedan algo corta y son poco profundas. En cierto modo por momentos el juego parece un híbrido con un plataformas light o un título de minijuegos. Una mezcla que aporta cierta variedad a su desarrollo, aunque sin grandes alardes. Y si esta mezcla de géneros que ni mucho menos es mala nos deja algo fríos, es porque mientras vamos avanzando en el juego, descubrimos varios aspectos muy mejorables.

El primero de ellos es su propia jugabilidad, que resulta tan tosca como mecanizada. Los movimientos son poco naturales y se echa en falta alguna animación intermedia en la actividad de nuestro personaje. Tampoco es algo que nos impida disfrutar del juego pero hubiese sido un aspecto mejorable.

Su aspecto gráfico como ya hemos señalado, es curioso, en cierto modo atractivo; arriesgado. Y disfrutaríamos más de él sin algunos bugs que nos han resultado algo aparatosos en su desarrollo y que llaman demasiado la atención para dejarlos pasar. Todo esto nos hace pensar que su testeo no ha sido tan exigente como debería. Y si la jugabilidad no nos llama la atención para bien, tampoco lo hace la historia. El argumento del juego brilla por su ausencia. Si bien es cierto que con el paso del tiempo cada vez se estila más eso de “jugar por jugar”, más aún en un título que engloba varios minijuegos como es este, sí es exigible una breve historia que sirva de nexo de unión entre las diferentes situaciones. Por desgracia en Nubla no lo encontramos, por lo que todo se reduce a avanzar y avanzar según nos vaya exigiendo el juego sin más motivo que el de querer terminarlo.

Y el tercer “error” o elemento que nos ha parecido menos atractivo es la duración, pues en apenas un par de horas ya podemos haber terminado el juego. Es cierto que el proyecto no invitaba a pensar en mucho más y que a nuestra cabeza viene esa frase de ¿Qué más queremos por ese precio? Pero por supuesto, su breve duración no es un elemento a su favor.

Luces entre la oscuridad del museo

Pero entre esos factores poco atractivos, también hay luces en el juego que atraen más allá del valor educativo. Su apartado gráfico que ya hemos denominado como arriesgado y curioso, está muy acorde al juego. El apartado artístico del juego en algunos puntos es atractivo, dejando muestras de diferentes estilos artísticos como el impresionismo en varios diseños y su banda sonora está cuidada y es divertida, acompañando bien las situaciones que nos propone el juego. Si a eso le sumamos el bajo precio al que lo podemos encontrar, encontramos algunos de los mejores incentivos para disfrutar de Nubla.

El juego propone recolectar objetos para seguir avanzando y de esta forma nos propone un aliciente a la aventura dando un toque clásico al título, aunque cuando lo terminas, no ofrece ninguna otra meta u objetivo que lo haga rejugable.

Conclusiones de Nubla

Arte, un apartado gráfico diferente y buenas melodías en un juego de carácter educativo destinado a los más pequeños a muy bajo precio que por el contra podría haber obtenido mejores resultados con un testeo más exigente, cuidando los bugs y poniendo un poco de más dedicación a la jugabilidad. Por desgracia su duración es corta y no hay un argumento que conecte situaciones y aspectos jugables, lo cual le resta enteros al título. En definitiva, un juego discreto cuya principal virtud es su factor educativo y que encontrará ahí el mejor aliciente para hacerse con él.

Salir de la versión móvil