Cuando se habla de juegos de cartas de un jugador, el rey indiscutible es sin lugar a dudas el solitario. Es un juego simple pero desafiante, que obliga al jugador a tomar las decisiones correctas para lograr apilar las cartas, para lo cual se deben seguir algunas reglas básicas.
Aquí se hablará más sobre este juego, cómo jugarlo y quién fue el encargado de crear este divertido entretenimiento de un jugador.
El origen del solitario
No hay prueba precisa que indique cuándo nació este juego de cartas, pero todo apunta a que su origen data desde Europa durante finales del siglo XVIII en Europa. De hecho, algunas figuras célebres están atadas a este juego de cartas, como Napoleón Bonaparte, quien, según algunas historias, jugaba al solitario durante su exilio.
Su popularidad creció especialmente durante el siglo XIX, fecha en la que el juego ya estaba presente en casi todo el continente europeo. Por supuesto, el popular juego de cartas cruzó el mar hasta llegar a América, lugar en donde nacieron muchas otras variantes de solitario que son tan divertidas como desafiantes.
Solitario en formato digital
Aunque el juego tiene siglos de antigüedad, no hay duda alguna que el solitario de Windows es el que impulsó el juego de cartas a lo que es hoy en día.
Este juego nació de la idea de Wes Cherry en 1988, quien en aquel entonces era solo un pasante que trabajaba para Microsoft. Curiosamente, Cherry jugaba solitario desde su Mac, y decidió implementar su propia versión para Windows. ¿Quién pensaría que este juego se volvería tan popular?
Desde entonces, toda versión de Windows traía consigo el solitario para acompañar a los usuarios en esas tardes de ocio, en especial aquellas donde el internet era algo que fallaba constantemente o simplemente no estaba disponible.
Reglas del solitario: ¿cómo se juega?
Antes de explicar cómo jugar este juego de cartas, primero hay que aclarar que existen muchas variantes del juego de cartas que se pueden encontrar en línea, en apps o incluso que se pueden jugar en físico. No obstante, aunque tienen reglas similares, hay algunos elementos compartidos en todas estas variantes.
El primero de estos es que el solitario se juega con barajas de cartas francesas, las cuales presentan varias diferencias si se compara con la baraja de cartas inglesa. Una baraja de cartas francesas está compuesta de 52 cartas, las que a su vez se dividen en cuatro grupos de 13 denominados «palos». Los palos se conocen como corazón, pica, diamante y trébol.
Cada uno de estos palos van desde el as, seguidos del 2 al 10, y finalmente concluyen en J, Q y K, y este orden es fundamental cuando se juega al solitario, pues el objetivo del juego es agrupar las cartas en este orden en ubicaciones específicas para ello. Hay algunas variantes que tienen otros objetivos para ganar, pero ya se hablarán de ellas más adelante.
Klondike: el solitario clásico
Aquel juego de cartas inventado hace siglos ha tenido varios nombres a lo largo de la historia, como Patience en Francia o Klondike en Canadá. Sin importar su nombre, todos se refieren al mismo juego de cartas que Wes Cherry reinventó para Windows hace más de tres décadas.
Sus reglas son las siguientes: se dividen siete pilones de cartas, cada uno con una carta más que el anterior y en donde la primera carta siempre permanece boca arriba y el resto boca abajo. Las cartas sobrantes se convierten en la baraja de reserva, cuyas cartas se pueden tomar una a una para despejar los pilones, o de tres en tres si se prefiere jugar algo más desafiante.
Ahora bien, para despejar las cartas, se deben apilar las cartas boca arriba, siempre que estas sean un número menor a la carta donde se desea apilar y de un color distinto. Por supuesto, se pueden tomar varias cartas de esta forma, pero deben cumplir con la condición anteriormente mencionada.
Ahora bien, el objetivo es reunir todos los palos en las casillas de la esquina superior derecha en orden y con el As como primera carta.
Spider: un solitario de ocho… ¿palos?
Otro solitario cuya popularidad creció gracias a windows y en donde se usan 104 cartas en lugar de 52. No obstante, hay varias reglas que difieren del Klondike:
- La partida se distribuye en un total de 10 pilones.
- La baraja de reserva distribuye una carta sobre cada pilón al utilizarse. Esto puede hacerse cinco veces.
- Se puede jugar en dificultad principiante (un palo), intermedio (dos palos) o experto (cuatro palos).
Por supuesto, el objetivo para ganar es apilar en orden los ocho palos en las casillas de la parte superior.
Pirámide: sumar 13 es la clave
Esta peculiar versión del juego de cartas se distribuye en un solo pilón que empieza en una carta, luego dos, y así sucesivamente hasta tener una base de siete cartas. Para despejar las cartas, se deben tomar cartas de la baraja de reserva o del mismo pilón y sumarlas para tener 13 como resultado. Todas las cartas tienen su valor numérico preestablecido, pero las letras A, K, Q y J tendrán un valor de 1, 13, 12 y 11 respectivamente.
A diferencia del Klondike y el Spider, el objetivo aquí no es apilar las cartas en orden, sino despejar por completo la pirámide; al lograrlo, se gana la partida. No obstante, la baraja de reserva es de un solo uso, por lo que se aconseja usarla con prudencia.
Tripeaks: tres mini-pirámides a despejar
Al igual que el solitario Pirámide, el objetivo de este juego es despejar cada uno de los tres picos que componen el juego, para lo cual se deben despejar las cartas una a una, tomando una que le siga a las reveladas, sea mayor o menor, y sin importar su color.
Otro dato importante de este juego es que también tiene una baraja de reserva de uso limitado, razón por la que usarla solo cuando sea necesario es una buena idea.
¿Otras reglas a considerar?
La mayoría de los juegos de solitario coinciden en su condición de victoria: despejar los pilones o agrupar los palos. Por supuesto, hay versiones del juego más complejas y con otras reglas a considerar, pero las mencionadas en esta lectura son las más comunes que se pueden encontrar al jugar al solitario por internet.