En unos días podremos adquirir en las tiendas Dark Souls, un RPG de Namco Bandai. El juego en cuestión presenta unos buenos gráficos y una jugabilidad propia de su género. ¿Cuál es entonces su mayor peculiaridad? Pues que los que lo han probado afirman que es extremadamente difícil. Y es que actualmente, acostumbrados a que nos lo den todo hecho, destaca mucho un videojuego con una dificultad por encima de la media.
Hace varias generaciones (nos remontamos a los 8 y16 bits) un juego podía perfectamente no tener puntos de guardado, y si los tenía, eran bien escasos. En los juegos de plataformas había saltos casi imposibles, los RPG exigían subir muchos niveles para derrotar al jefe de turno, en los de acción un toque te podía matar, y las naves enemigas llenaban la pantalla de los shooters.
En la siguiente generación hubo más variedad. Los juegos se volvieron más accesibles, pero aun así era fácil morir. ¿A quién no le costó superar alguna fase de los Megaman, el Templo del Agua del Ocarina, o los jefes finales de cualquier Final Fantasy? La dificultad seguía siendo inherente a los juegos, y jugar era un reto.
En los 128 bits la cosa se diversificó aún más. Comenzó la distinción entre «hardcore» y «casual», y ya no sólo jugaban los más aficionados. Aun así en esta generación hubo juegos famosos por su elevada dificultad, como Shinobi, de PS2, y el shooter Ikaruga, de GameCube.
Por último esta generación actual no es la mejor para los amantes de los retos. Ahora en la mayoría de los shooters hay puntos de guardado, munición y botiquines por doquier. En muchos videojuegos puedes guardar cuando quieras,y en algunos RPG te curas después de cada combate. Muchos juegos tienen tutoriales muy detallados, en los que prácticamente te llevan de la mano. Y lo que predomina es la linealidad.
Afortunadamente siempre podemos encontrar excepciones, como el ya mencionado Dark Souls. También los Ninja Gaiden son un buen ejemplo, y la saga de RPG tácticos Disgaea. Otro buen lugar donde encontrar juegos difíciles es en la escena indie. Por ejemplo el cada vez más famoso Super Meat Boy, los shooters japoneses Touhou o el célebremente difícil I wanna be the guy (uno de los juegos de plataformas más complicados que se conocen).