El mundo de los monitores se extiende hasta donde alcanza la vista, y es que son muchas las marcas que están a nuestra disposición y muchísimos los modelos que cada una de ellas tienen, siendo realmente fácil perdernos entre tamaños, paneles, resoluciones… Hoy os traemos una muestra más con el Philips 278E8QJAB, un monitor de 27 pulgadas curvo que nos ha dejado muy buenas sensaciones, y más teniendo en cuenta su precio.
Antes de comenzar, agradecer a la marca que nos haya permitido probar el dispositivo para poder realizar este análisis.
Características principales
Como es costumbre, dejamos que sea la propia marca la que nos relate las principales características del dispositivo.
Como podemos ver el Philips 278E8QJAB monta un panel VA, el cual os recordamos que da muy buena calidad de imagen y color, pero a costa de sacrificar algo de refresco. Sin embargo en este modelo vemos que esta se ha situado en los 4 ms, lo estándar en el mercado por lo que no hemos detectado durante su uso ninguna señal de ghosting que pueda arruinar la experiencia. A esto hay que añadirle su tamaño, de 27 pulgadas, siendo además un monitor con una suave curva de 1800R y con una resolución FHD o, lo que es lo mismo, 1920 x 1080.
Contamos con tres entradas de señal: VGA, DisplayPort y HDMI, por lo que en este sentido estamos cubiertos, echando de menos quizás el DVI pero nada que un adaptador no pueda arreglar. Para completar el lote vemos que el Philips 278E8QJAB lleva integrado dos altavoces de 3W de potencia cada uno.
Unboxing
El Philips 278E8QJAB nos llega en una gran caja plagada de protecciones, algo que suele ser habitual en este clase de dispositivos ya que el más mínimo golpe puede arruinar por completo nuestra compra. Por fuera de la caja no vemos demasiada información, ya que solo veremos el modelo, una imagen del monitor y algunas de sus características especiales, siendo exactamente igual por delante que por detrás.
Una vez que la abrimos vemos directamente las anteriormente citadas protecciones, y es que el Philips 278E8QJAB viene encerrado entre moldes de polispán que lo protege durante el transporte, así como de la propia caja que es de cartón bastante gordo.
Una vez lo sacamos todo de la caja no tenemos nada más que ponerlo encima de la mesa y podremos disfrutar de él casi inmediatamente. El montaje del Philips 278E8QJAB no puede ser más sencillo y es que solo tendremos que anclar la base al monitor y estaremos listos. Como podemos ver el paquete incluye un cable VGA, jack 3.5 mm. para el audio y la alimentación propia, aunque a esto hay que añadirle un cable HDMI y es que la muestra enviada por Philips no lo incluía, ya que en el devenir del monitor por las distintas redacciones se ha perdido por el camino.
Philips 278E8QJAB
Para este análisis vamos a comenzar por lo más simple e ir subiendo, por lo que empezamos por la peana, la cual tendremos que anclar al monitor. Esto es una tarea sumamente sencilla ya que solo tendremos que apretar el tornillo ya colocado y estará todo listo para utilizarse. Además de ser estéticamente fina, simple y bonita, en su parte de abajo descubrimos algunas zonas engomadas que se asegurarán que no se nos va a mover del sitio fácilmente, todo un acierto.
Lo primero a destacar del Philips 278E8QJAB es su estética y es que estamos ante un monitor con algo de marco, totalmente negro y ligeramente curvo. Hacemos hincapié en lo de ligeramente curvo ya que estamos ante un dispositivo de 27 pulgadas, por lo que la sensación que nos dará esta curvatura va a ser algo limitada. Esto no quiere decir que no sea útil, ya que los laterales se ven más definidos que en un monitor plano gracias a que se acerca más a nuestro punto de vista, pero no vamos a poder sacarle todo el jugo como sí lo haríamos con uno de 35 pulgadas ultrawide por poner un ejemplo.
Para aquellos que nos gusta tener nuestra zona gaming configurada a nuestro antojo, debéis saber que el Philips 278E8QJAB no nos permite regular la altura de su pantalla, pero sí que nos permitirá hacerlo con su ángulo de visión y es que tal y como vimos en sus características su oscilación va de los -5 a los 20 grados. A esto debemos añadirle un ángulo de visión de 178º y es que no importa desde lo estemos mirando, se verá perfectamente a no ser que haya alguna luz que refleje, aunque se mitiga bastante gracias a su panel.
Mirando sus conexiones la verdad es que vamos bastante bien servidos ya que tendremos a nuestra disposición un HDMI, VGA y DisplayPort, todo lo necesario para poder utilizarlo sin problema alguno. A esto debemos añadirle dos jacks 3.5 mm para poder utilizar un sistema externo de altavoces si no queremos utilizar los que lleva el monitor o un headset, los cuales cumplen sin alardes su tarea. Nosotros siempre recomendamos utilizar altavoces externos pero eso ya depende del uso que vayamos a darle.
Estamos ante un monitor que podemos encontrar por 250€, lo que sumado a su tamaño, 27 pulgadas curvo, y a todas sus capacidades es realmente meritorio el esfuerzo que ha realizado Philips por darnos tanto por tan poco. Pero todo esto tiene un precio y es que estamos ante un panel VA, el cual nos ofrece muy buena calidad de imagen pero sacrificando un refresco, todo ello sin contar con el V-Sync de Nvidia o FreeSync de AMD, lo que nos evita el tearing (esas líneas horizontales que aparecen en las imágenes rápidas). Esto nos obliga a utilizar la sincronía vertical en los juegos que son compatibles con ello (hoy en día prácticamente todos), por lo que tendremos que quedar a merced de una sincronización de gráfica-monitor artificial.
Interfaz
Habitualmente hablamos de los botones de gestión en nuestra parte del análisis, pero en esta ocasión lo hemos dejado para la interfaz ya que son prácticamente lo mismo. A nuestra disposición tendremos un único botón, el cual tiene 5 usos: desplazamiento arriba, abajo, derecha, izquierda y pulsación. De esta forma manejamos todo lo que necesitamos de su interfaz, así como podremos encenderlo y apagarlo, esto último siendo algo tedioso ya que tendremos que esperar pulsando durante unos 4 segundos para que esto ocurra.
En cuanto a su interfaz propiamente dicha estamos ante un monitor que no tiene demasiadas opciones ya que las posibilidades de gestión son bastante limitadas dado que no trae demasiadas tecnologías que podamos configurar. Como decíamos anteriormente, es un dispositivo de 27 pulgadas, curvo y con panel AV, por lo que realmente no podemos pedirle mucho más.
Entre las opciones que nos encontramos vemos una gestión de la luz azul, el cual podemos activar o desactivar, así como el tipo de entrada a escoger o la imagen, donde vemos la mayor parte de opciones interesantes. Aquí nos encontramos con el contraste dinámico, que varía el contraste en función de lo que vemos en pantalla, la respuesta inteligente que configura el refresco y órbita pixel, que evita la generación de imágenes fantasma, las que se quedan fijas en pantalla una vez ya han pasado.
Después nos encontramos con el resto de opciones más típicas, como la selección del idioma, volumen de los altavoces, el color, la gestión de la propia interfaz… Todo muy sencillo y que nos ofrece las opciones justas de gestión.
Por último, si queréis ver cómo se comporta en pleno movimiento el Philips 278E8QJAB, podéis verlo en acción en nuestro vídeo de prueba del Thrustmaster TMX Pro con Forza Motorsport 7 y F1 2017.
Conclusiones
Philips pone ante nosotros un monitor con unas prestaciones bastante interesantes, sobre todo si tenemos en cuenta el precio al que llega hasta nosotros que ronda los 250€. La gestión de la interfaz es algo incómoda pero que haremos esporádicamente, gozando de un tipo de panel interesante con un refresco decente, aunque nos obligará a darle uso a la sincronía vertical artificial de los videojuegos si no queremos ver cómo el tearing llega para quedarse.
Por todo esto y lo anteriormente citado, otorgamos al monitor Philips 278E8QJAB el galardón de calidad/precio. Podéis encontrarlo en Amazon.es en estos momentos a un precio de 250€.