Piratas del Caribe (2003) y su posterior secuela Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto (2006) constituyeron sin lugar a dudas unas de mis sagas preferidas hace ya unos años. Incluso su tercera parte, aunque con cierta pereza, fue bien recibida por mí, así que; ¿Cómo es posible que con Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017) confirme mi desamor y/o ruptura para con la vida pirata? Pues así es, mi relación con la franquicia se ha vuelto tóxica, supongo que muchos de vosotros habréis tenido alguna de este tipo, no puedes dejar de verla pero este hecho nunca trae nada bueno; y a menudo en estos casos, es mejor cortar por lo sano. Las relaciones se cimentan en el respeto y aquí ya habíamos tenido una falta de este (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas de 2011), yo estoy a favor de las segundas oportunidades pero con esta nueva entrega el vaso ha rebosado junto con mi paciencia. Jack Sparrow (Depp) ya no es el que era, los viejos conocidos vuelven sólo como gancho sentimental y complaciente para el fan, cuando en realidad ya ni pinchan ni cortan…Y lo peor aún es que la sabia nueva tampoco está a la altura. Perdón, perdón lo peor realmente es que habrá una nueva continuación y que posiblemente vuelva a caer…la vuelva a ver…es lo que tienen las relaciones tóxicas.
Piratas del Caribe: La venganza de Salazar se ha estrenado en nuestros cines el 25 de Mayo, bajo la dirección de Joachim Rønning y Espen Sandberg contando en el reparto con: Johnny Depp, Javier Bardem, Brenton Thwaites entre otros.
Piratas del Caribe: La venganza de Salazar. Crítica
