El fútbol lleva más de cien años siendo el deporte más querido del planeta. Su mezcla perfecta de sencillez, táctica y emoción lo ha convertido en una religión global, una lengua universal que se juega en calles, parques y estadios en cada rincón del mundo. Como no podía ser de otra forma, el mundo del videojuego ha intentado recrear de diferentes formas esta emoción. Aunque antes era mucho más frecuente ver cosas distintas, actualmente EA Sports FC domina el mercado con una propuesta basada en intentar recrear el futbol real. Pero en esta coyuntura, el equipo de Sloclap, creadores de Absolver y el reciente Sifu, han decidido crear una experiencia que se diferencia por completo de lo visto en los últimos años. Estamos hablando de Rematch, una propuesta tan sencilla como ambiciosa: hacer que jugar al fútbol se sienta como jugar al fútbol. Tras poder probar durante unas horas esta apuesta, os dejamos nuestras impresiones del juego.
Un enfoque completamente distinto
Olvídate de controlar a once jugadores, de estadísticas y licencias millonarias. En Rematch, controlamos a un solo jugador. Un jugador exactamente igual a los demás sobre el campo, que forma parte de un equipo formado por cuatro o cinco jugadores reales. Cada uno con sus funciones, decisiones y errores. Y todo lo que haces con el balón —pasar, disparar, controlar, despejar— lo haces manualmente.
Nada de ayudas ni asistencias para el control. Si queremos realizar un pase perfecto, tienes que apuntar al compañero, calcular la potencia y ajustar el giro. ¿Disparar desde la frontal? Apunta bien y reza para que el portero (también humano) no te lea la intención. Rematch te da control total, pero es también una experiencia exigente.
La sensación recuerda más a un juego de acción en tercera persona que a un simulador deportivo, pero en el mejor sentido posible: estás dentro del juego. Con presión, responsabilidad… y mucha emoción.

Fútbol callejero con alma competitiva
Cada partido es una batalla rápida de seis minutos, donde no hay reglas, ni faltas, ni fueras de juego, ni saques de banda. El balón nunca para. No hay interrupciones. Solo fluidez, táctica y toma de decisiones en tiempo real. Es un diseño que recuerda al fútbol callejero, pero con una capa táctica que exige cabeza fría.
El campo se adapta al número de jugadores (4v4 o 5v5), pero es el formato 5v5 el que Sloclap considera ideal para el equilibrio entre espacio, ritmo y jugadas trabajadas. Aquí no se gana regateando a medio equipo haciéndose una jugada al estilo Maradona. Aquí se gana jugando en equipo.
La posesión es vulnerable por diseño: es fácil perder el balón si no lo sueltas a tiempo. Hay amagos, toques suaves, regates… pero el sistema favorece claramente el pase y el movimiento sin balón. Si no colaboras, tu equipo lo nota.
Cada toque cuenta
Los controles de Rematch se basan en tres niveles de potencia: baja, media y alta. Parece simple, pero es sorprendentemente profundo. Usas el toque bajo para pases cortos o toques de control, el medio para la mayoría de jugadas y el alto para disparos o despejes. A esto se suman el efecto, la dirección y la lectura de la jugada. No hay dos pases iguales.
Una de las mecánicas más originales es la de voleas. Si estás cerca de donde va a caer el balón y pulsas el botón en el momento justo, puedes hacer desde un remate directo hasta bajarla con sutileza y continuar la jugada. Este sistema permite improvisación, creatividad y momentos de auténtica magia colectiva.

El portero también es humano
Una de las ideas más interesantes de Rematch es que no hay porteros automáticos. El jugador más retrasado del equipo se convierte en el guardameta, y tiene control completo para moverse, achicar espacios, lanzarse a los pies del rival o salir del área. Las posiciones se van rotando a medida que se marcan goles, de forma que todos o casi todos los jugadores pasarán por la portería salvo que un jugador quiera ocupar dicha posición de forma continua.
La portería ya no es una cuestión de IA. Es un duelo real. Y eso cambia por completo cómo se ataca. Ya no basta con apretar el botón de tiro y confiar en que el script te premie. Ahora necesitas leer al portero, engañarlo, encontrar el hueco. Como en la vida real, marcar un gol es un triunfo técnico y psicológico. Esto también puede provocar que se castiguen mucho más los fallos. Un error del portero puede ocasionar un gol, hasta en la jugada más tonta.
Eso sí, el sistema aún no está exento de errores, y hay algunos detalles que pueden romper la experiencia. Uno de los más graves: actualmente es posible pasar el balón hacia atrás al portero y que lo coja con las manos sin penalización, incluso si viene de un compañero. Esto permite que equipos que van ganando abusen de esta mecánica para perder tiempo de forma poco deportiva. Es un punto que necesita urgentemente revisión si Rematch quiere mantenerse competitivo y justo a largo plazo.
Fácil de aprender, difícil de dominar
Las primeras partidas de Rematch pueden resultar caóticas. La falta de automatismos obliga a los jugadores a adaptarse rápidamente a una experiencia mucho más manual e inmersiva de lo habitual. Perseguir el balón sin rumbo, fallar pases que parecen sencillos o llegar tarde a todas las jugadas son situaciones comunes en los primeros minutos. Pero esa misma dificultad inicial es parte del atractivo: el juego no te da nada regalado, y eso hace que cada mejora personal se sienta como un logro real.
Lo que engancha de Rematch es su progresiva curva de aprendizaje. A medida que juegas más, empiezas a entender los ritmos del partido, cuándo moverte sin balón, cómo posicionarte mejor o cómo calcular la potencia justa en un pase. Comienzas a anticipar movimientos, a leer el juego de tus compañeros y a tomar decisiones más acertadas en tiempo real. La comunicación y la química con el equipo se vuelven tan importantes como la técnica individual.
Este enfoque convierte cada partido en una oportunidad para mejorar, no solo en reflejos o habilidad, sino en comprensión táctica y mentalidad colectiva. Es un juego que premia tanto el talento como la visión, que castiga el egoísmo y recompensa la cooperación.
No es un simulador, pero sí transmite la intensidad del fútbol en su estado más puro. Cada jugada puede ser decisiva, cada error se siente, y cada acierto se celebra. Esa mezcla de exigencia, emoción y progresión constante es lo que hace de Rematch una experiencia única dentro del género.

Conclusión de Rematch
Rematch es una apuesta valiente y fresca en el género de los videojuegos de fútbol. Con una jugabilidad centrada en el control total del balón, la cooperación real entre jugadores y una ambientación vibrante y positiva, el nuevo título de Sloclap propone una experiencia completamente diferente a lo que domina actualmente el mercado. No hay licencias ni estadísticas: solo fútbol puro, manual y competitivo.
A pesar de algunas mecánicas que aún necesitan ajustes, la base es prometedora. Habrá que esperar al lanzamiento final para ver hasta dónde puede llegar esta ambiciosa reinterpretación del deporte rey. El juego se lanzará el 19 de junio y estará disponible en PC, PlayStation 5 y Xbox Series X|S.