Hoy en día el género del City Builder está bastante de moda, con muchísimo títulos saliendo cada año e intentando crear su propia propuesta. Lo que no suele ser tan habitual es ver uno de estos juegos donde los protagonistas son castores. Timberborn es un city builder con todas las de la ley pero con estos curiosos animales como sus habitantes, y no, no se van a dedicar a hacer solo presas.
A pesar de lo que pueda parecer, Timberborn es un título mucho más extenso y tecnológico y es que en este mundo, los humanos se han extinguido por completo. Ahora le toca el turno a los castores, quienes han levantado toda una sociedad inteligente a base de trabajo, mucho pensar y una buena cantidad de madera.
Tendremos todo lo básico que se puede encontrar en un City Builder, como casas para que puedan dormir, campos que labrar, leñadores, mineros… pero lo cierto es que el título está estructurado para ser mucho más. Para empezar, la construcción en vertical es uno de sus elementos más interesantes, y es que no solamente vamos a poder expandirnos a lo ancho.
Esto hace que tengamos muchas más posibilidades a la hora de construir, aunque para ello hay que ser inteligente y no se puede correr antes de empezar a andar. Los comienzos son duros y la verdad, su tutorial tampoco nos exprimirá demasiado. Sin embargo, asienta bastante bien las bases para permitirnos iniciar nuestra pequeña civilización con buen pie y a partir de ahí experimentar.
Timberborn no es un juego muy complicado, aunque hay que decir que cada paso que demos deberemos hacerlo con cabeza. Entre las cosas que pueden acabar con nuestro asentamiento están las sequías, las cuales pueden hacer que nuestros castores se queden sin agua y, por consiguiente, mueran de sed. No es un juego donde aumentar la población sea excesivamente fácil al principio, por lo que hay que tener bastante cuidado debido a que crece lentamente.
Eso sí, es uno de esos City Builder donde vamos a acabar teniendo una burrada de construcciones, prácticamente vamos a tener que realizar cadenas de montaje. Personalmente no suele ser mi tipo de juego favorito, ya que ver 30 veces el mismo edificio puede ser algo monótono, pero no abusa demasiado de esto y se deja querer.
Una vez tengamos todo bien asentado, es el momento de comenzar a desbloquear edificios con los puntos de ciencia y aumentar nuestros recursos y la posibilidad de expansión. De esta manera no solamente vamos a poder ganar en tecnología, sino que llegará un punto en el que podremos crear robots, a su imagen y semejanza, para hacer la vida más fácil.
Quizás donde más puede flaquear el juego es a nivel técnico y es que tampoco hay nada que sorprenda demasiado. Sí que es cierto que hay detalles graciosos y curiosos como los ruidos de los castores o la banda sonora, que encajan a la perfección. Sin embargo, en cuanto a su apartado gráfico es normalito sin el más mínimo alarde. Hay que tener en cuenta que es un juego donde se van a juntar un enorme número de edificios, por lo que si lo hacen muy pesado, esto acabaría teniendo consecuencias en su rendimiento.
Actualmente, estando en su actualización número cuarto, Timberborn tiene una cantidad ingente de contenido y una durabilidad gigantesca, y eso que todavía está en Early Access y, por lo tanto, va a seguir añadiendo cosas. Es por esto que nos parece un momento perfecto para subirse al carro si lo vuestro es el City Builder, y es que la cantidad de horas que nos va a dar es realmente impresionante.